La frágil economía provincial ya está sufriendo el ajuste y la recesión. La principal afectada es la clase trabajadora.
Martes 23 de agosto de 2016
Decenas de fábricas chicas y medianas de la provincia de Catamarca están atravesado una dura crisis industrial producida por los tarifazos y las caídas en las exportaciones.
Finpak (ex Helametal) suspendió a todos sus empleados por el sobrestock y la caída de las ventas a principios de mes. La medida fue por quince días. Calzados Catamarca fue otra que presentó problemas y también debió suspender personal. Tileye, por su parte, suspendió a cerca de 40 empleados. Desde la firma negaron esta situación hasta último momento, pero desde el Ministerio de Producción confirmaron la situación.
Longvie, que fabrica electrodomésticos, también tomó medidas por la crisis. Suspendió a 125 trabajadores por dos días a la semana durante tres meses.
También la histórica mina de oro Farallón Negro, a cargo de la estatal YMAD bajo la gestión macrista de Santiago Albarracín, aseguró que está “en bancarrota”. Sus trabajadores no creen los lamentos patronales por su “grave” situación financiera. Los números de la empresa, en efecto, son una intriga para todos, porque a fines de 2015 la nueva gestión habría ingresado con reservas de casi $ 1.000 millones.
El responsable de la UIA Catamarca, Raúl Colombo, indicó que desde enero vienen planteando la difícil situación económica producto del tarifazo. “Hemos escuchado tantas cosas que iban a aparecer y no aparecieron, espero que en el último trimestre venga la reactivación para que muchas empresas puedan subsistir, porque no sé si aguantamos hasta fin de año”, dijo.
Este empresario y exfuncionario del Frente Cívico y Social, peregrina por los medios locales y las oficinas del gobierno en busca de subsidios y paliativos gubernamentales. “Que nos devuelvan el mercado”, dijo refiriéndose seguramente a los planes estatales de construcción, la famosa obra pública. “No hay mucha voluntad de invertir”, sentenció como fiel representante de los empresarios y de su propio “negocio” en la construcción.
Sin embargo esta profunda crisis que azota a la provincia, amenazando a miles de trabajadores industriales, ya puso en alerta a las cúpulas gremiales. Hace pocos días representantes de decenas de sindicatos industriales como STIA (alimentación), Uocra (construcción), Comercio, Vialidad, UOM (metalúrgicos), Camioneros y otros mantuvieron un “encuentro cumbre” en la CGT Catamarca, nada menos que con el mismísimo Colombo de la UIA para garantizar la paz social, en consonancia con la CGT Nacional.
"El objetivo es que nos juntemos los sectores empresarial, comercial, industrial y gremial, en señal de alerta a la crisis que estamos atravesando todos, porque no hay ningún sector que esté bien”, explicó Colombo. Y sostuvo que el Estado debe ser el generador de políticas urgentes y de inyección de dinero en el mercado para poder salir de la crisis. "No hay otra solución. Más de lo que hacemos del sector privado para mantener la fuente laboral y llegar a fin de mes no podemos hacer”, afirmó. "Todos expusimos que estamos muy mal, sobre todo el sector gremial, que sabe más que nadie cómo estamos los empresarios”, dijo Colombo.
La estrategia de las cúpulas sindicales es clarísima: evitar el conflicto social y tratar de “negociar” y terciar poniendo la fuerza de la clase obrera a favor de los intereses de la UIA y las patronales. Los intereses de los trabajadores y los empresarios son incompatibles. Cuando al empresario le va bien se llena de riqueza, al obrero lo explotan por un mísero salario. Cuando al empresario le va mal, al obrero lo intentan echar a la calle como a un perro.
Esto está volviendo a pasar en Catamarca, como en los 90 cuando la desocupación llegaba a dos dígitos, sin trabajo, sin comida, con hambre y sin perspectivas para los trabajadores y la juventud. Las cúpulas sindicales no están haciendo nada para los trabajadores, se juntan con la UIA a negociar. El máximo objetivo que tienen todos es evitar la lucha de clases.
Lejos de la política conciliadora de las cúpulas sindicales de la CGT y los “gordos”, los trabajadores de la educación, de la salud, de ATE, ya se vienen movilizando con paros, huelgas y cortes de ruta en defensa de sus derechos.
La clase obrera industrial, con sus miles de trabajadores en las fábricas de la provincia, tiene que empezar a organizarse en defensa propia. La UIA y los empresarios ya comenzaron con su lucha de clases, para hacerle pagar el costo de la crisis a los trabajadores. Es necesario preparar una gran respuesta obrera a esta declaración de guerra patronal.
Como hicieron los trabajadores de Zanon en Neuquén, la exeditorial Atlántida hoy Madygraf, las obreras de Brukman y las más de dos mil fábricas ocupadas en la crisis de 2001, toda empresa que cierre o despida personal tiene que ser tomada y puesta en producción por sus trabajadores, sino los “buitres” capitalistas las abandonan y cierran. Las experiencias de Zanon y Madygraf son un ejemplo de cómo la clase trabajadora puede dar una respuesta a la crisis.
Estos tres videos muestran cómo, por medio de la organización obrera, se puede triunfar en la lucha de clases.
Brukman. Obreras sin patrón
Zanon, escuela de planificación
Zanon, escuela de planificación [Contraimagen] Duración: 35 minutos 2002 from tvpts on Vimeo.