El testimonio de Roberto “Pepe” Kalauz, militante setentista del Partido Socialista de los Trabajadores y protagonista de la gesta obrera conocida como el “Villazo” mostró la alianza entre la burocracia nacional de la UOM, la patronal de Acindar y el Estado en la sangrienta represión de los trabajadores de Villa Constitución.
Facundo Durán @FakuDuran
Martes 5 de diciembre de 2023 19:16
“Pepe” Kalauz era obrero de la fábrica Metcon y uno de los dirigentes del segundo Villazo: fue uno de los delegados al Comité de Lucha que mantuvo la huelga de 60 días. Su militancia en el PST fue parte de su declaración en la causa Villazo, que busca demostrar la participación del empresariado de Acindar y del Estado en la represión a los trabajadores metalúrgicos.
“Era adherente a la posición política del Partido Socialista de los Trabajadores”. En octubre del ‘67, luego de terminar sus estudios en el Liceo Naval, decide recorrer el norte argentino y las zonas que había recorrido Ernesto “Che” Guevara. “Esos viajes me abrieron la mente”, cuenta impactado por las minas de Oruro donde “por las condiciones laborales de esos socavones, la gente no vivía más de treinta años”. “Uno se va dando cuenta de las condiciones de la gente, de los obreros”
Te puede interesar: Causa Villazo: “Acindar le pagaba al grupo de tareas que vino a reprimir
Te puede interesar: Causa Villazo: “Acindar le pagaba al grupo de tareas que vino a reprimir
El día del desembarco de los grupos de tareas en Villa Constitución cuenta que “no estaba trabajando en Metcon porque nacía mi hija en la Clínica San Nicolás”. “A los tres o cuatro días yo me reintegro a la fábrica y le pido a mis suegros que vayan con Ana y lleven a la bebé (a Rosario) y yo me quedo en la planta”. “Fue un asalto: eran falcons y falcons y falcons.”
Durante el juicio la defensa de los imputados por el secuestro, las torturas y el asesinato de los protagonistas buscan justificar la presencia policial en Acindar por la ‘violencia obrera’. Pepe Kalauz plantea en su declaración que “el pueblo de Villa Constitución claro que tuvo miedo pero lo fuimos venciendo con una organización que era pacífica”.
Rodolfo Mancini
“La clase obrera, ¿qué hacía los sábados, los domingos cuando alguien se iba a casar? Íbamos a ayudar a construir su casa”. Rodolfo Mancini era un obrero de Metcon de 21 años. “Fue un chico que se estaba por casar, tenía ilusiones”, sigue. “Yo era Secretario de Prensa del Comité de Lucha.” Cuenta que unos días después del 20 de marzo del ‘75 resuelven salir de la fábrica ocupada: “‘Hemos abandonado la fábrica pero no la lucha’. El comunicado era muy simple, lo escribí bajo un farol en una servilleta”. La servilleta viajó a Rosario y volvió al día siguiente transformada en volante para difundir en Villa Constitución. “Pepe, ¿necesitás un auto para repartir esto? Yo te ayudo”, cuenta que le dijo Rodolfo Mancini. “Tenía un auto Falcon muy lindo, metalizado, rápido. Y así empecé la relación”.
“Un día me dijo la mamá que no vino a dormir.” Rodolfo Mancini fue secuestrado el primero de mayo y su cuerpo apareció calcinado, atado en el baúl de su auto y acribillado a balazos en los alrededores de Sarandí. “¿Qué objetivo tiene el gobierno si se hace cargo de esta masacre? ¿La lista Marrón era subversiva o era un plan deliberado de generar miedo en una huelga que se negaba a concluir?”, pregunta Kalauz al tribunal.
Te puede interesar: https://www.laizquierdadiario.com/Causa-Villazo-Pacho-Juarez-puso-sobre-la-mesa-la-fuerza-de-la-clase-obrera
Te puede interesar: https://www.laizquierdadiario.com/Causa-Villazo-Pacho-Juarez-puso-sobre-la-mesa-la-fuerza-de-la-clase-obrera
“La huelga seguía y seguía. Hubo distintos intentos políticos de generar divisiones pero la solidaridad de los barrios era impresionante” y cuenta que siempre alguien te recibía en su casa para dormir sabiendo el riesgo que significaba.
Sobre el final de la huelga, en la asamblea del Club Riberas del Paraná deciden pedir una entrevista con Alberto Rocamora, Ministro del Interior del gobierno de María Estela Martínez de Perón, con el objetivo de reclamar por la liberación de los presos y el fin de la represión. A ese encuentro viaja en avión Pepe Kalauz y a Casa Rosada lo lleva un taxista que no le cobra -“si usted viene de Villa Constitución!”, le dice- pero vuelve sin ninguna respuesta del gobierno.
“Vamos barrio por barrio. Se estaba poniendo el sol y hacíamos asambleas”. Cuenta que no tenían donde dormir y deciden ir a Rosario a la casa de una compañera que era “una psicóloga socialista”. “Nos reciben enmascarados con armas y dicen ‘pasen, pasen’. Cuenta que estaban “Marta, la psicóloga, el ‘Petiso’ Páez que era un dirigente del cordón industrial, Mirta Carbone, periodista del diario socialista, Silvia Díaz, que era una importante dirigente de la juventud y Alberto Pujals”.
Sin identificarse y a punta de fusiles los detienen y llevan en un colectivo a la Jefatura de Policía. Pero Kalauz dice que tardan hasta las 3 de la mañana para decidirse a llevarlos: “hubo una indecisión entre los que mandaban en ese grupo sobre qué hacían”. Y cuenta que ellos pensaban que eran de la Triple A, el grupo de tareas paramilitar impulsado desde el gobierno y organizado por el ‘Brujo’ López Rega, pero que se salvaron porque “primero nadie tenía armas y segundo había personalidades importantes de un partido legal que se había presentado a elecciones”, en referencia al PST y a José Francisco Páez, que había sido candidato a vicepresidente contra la fórmula Perón-Perón en septiembre del ’73.
Un complot del Estado contra los trabajadores
Pepe Kalauz es trasladado junto a otros compañeros a Buenos Aires a Coordinación Federal y liberado más de un mes después. Durante el testimonio muestra el libro que escribió: ‘Sentencia para un complot’. “¿Por qué escribí el libro? Porque las cosas se olvidan” y dice que la represión contra el pueblo de Villa Constitución fue “un ensayo de golpe de estado. Siempre hubo una provocación nueva del Gobierno para ensuciar cualquier negociación”.
“Había un plan de debilitar una resistencia tan fuerte” dice, mientras busca explicaciones sobre la represión del 22 de abril del ‘75 sobre la enorme movilización en Villa Constitución en la que resultó asesinado José García, obrero de Acindar, diez personas heridas y cien detenidas. “¿Por qué nos reprimieron en esa marcha que estaba todo el pueblo? (...) ¿Por qué no hubo una persona que diga ‘paren la matanza’? (...) No hubo un complot. Si, un complot del Gobierno que fue el ensayo del Golpe de Estado”.