Durante la Semana de la Moda en París (PFW por sus siglas en inglés), Karl Lagerfeld, excéntrico diseñador de Chanel, presentó la nueva colección de primavera-verano 2015, pero, esta vez, lo hizo de una forma muy particular. El diseñador tomó como inspiración el espíritu de las protestas estudiantiles de Mayo de 1968.
Úrsula Vivas @ursulavivas
Miércoles 22 de octubre de 2014
Foto: Revistadda
“Las mujeres primero”, “La historia es la historia de ella”, “Los derechos de las mujeres están más que bien”, "Soy cualquier mujer" eran algunas de las consignas de las divas de Chanel que desfilaron con las propuestas de la firma francesa para la próxima temporada.
La PFW siempre da que hablar, y sin duda, lo más esperado es el desfile de Chanel, que cada año sorprende a todos los asistentes del mundo de la moda.Tras convertir el recinto parisino en una amplia avenida francesa, donde mostró su nueva colección inspirada en el traje masculino con estampados y las icónicas chaquetas de tweed de Chanel, Boulevard Chanel finalizó triunfalmente, cuando las modelos aparecieron con carteles de protesta simulando una marcha feminista, encabezadas por Lagerfeld.
Debajo de los adoquines... los millones de Chanel
Extraña recuperación del legado del Mayo Francés la que realiza Lagerfeld. Los estudiantes y obreros franceses decían “Debajo de los adoquines, la playa”. Pero debajo de los adoquines de las pasarelas de Chanel no está la playa, sino los millones de dólares de una industria que no hace sino reproducir los modelos y la estética asignados socialmente a la mujer. Para ello, la industria de la moda se vale de mujeres que por poco dinero, muchas veces en talleres clandestinos, cosen prendas que nunca vestirán.
Esas prendas exhibidas en las vidrieras de las principales marcas son vendidas a precios que solamente puede alcanzar una minoría privilegiada. Nada más incompatible con la crítica a la sociedad de consumo de las jornadas revolucionarias de mayo del ‘68.
Karl Lagerfeld, utilizando el feminismo y el contexto histórico del Mayo Francés como una estratagema comercial, contrasta mujeres escuálidas levantando consignas feministas. El movimiento de mujeres, en su trayectoria de lucha por sus derechos, ha batallado contra los preceptos de belleza imperantes en el capitalismo. Esos cánones de la mujer bella (es decir, flaca, exitosa y a la moda) están personificados en Lagerfeld, y son sustentados por las grandes marcas y los medios de comunicación. Más aún, las mismas mujeres que caminan esa pasarela son víctimas de ello. Es bien sabido que, en el mundo de la alta costura, belleza es sinónimo de enfermedades como la bulimia y la anorexia.
Por último y no menos importante, muchos estudios históricos han puesto su mirada en el ambiente cultural y social de la juventud francesa en los años previos al estallido del Mayo Francés. Desde este punto de vista, las expresiones más de avanzada de las vanguardias que irrumpieron en esos años dan cuenta del hastío hacia una cultura del consumo sostenida por el boom económico de posguerra, percibida como hipócrita y conformista. Si hiciésemos un ejercicio de historia contrafáctica, las pasarelas de Chanel hubiesen estado en el blanco de las críticas hacia esa cultura burguesa tan impugnada en las barricadas francesas.
Las vanguardias culturales que impugnaron social y políticamente al capitalismo, y acompañaron a las grandes revueltas en las fábricas, seguramente hubiesen tenido como modelo a desarmar a este feminismo “light” y a esta estética funcional a los grandes negocios de la moda que se lucieron estos días en París.