La Unión Industrial Argentina cuestionó al Gobierno por la apertura de importaciones y reclamó por el “costo laboral”. Los empresarios, que aplauden el ajuste oficial, muestran descontento porque al interior de los industriales no todos los sectores tienen ganancias extraordinarias con este Gobierno.
Martes 19 de noviembre 20:42
Javier Milei con el presidente de la Unión Industrial Argentina, Daniel Funes de Rioja.
Foto: @UIPBA
Los industriales mostraron roces con el Gobierno durante una reunión de Junta Directiva de la Unión Industrial Argentina (UIA) por las recientes medidas que incentivan la importación de productos (las últimas facilitaron el ingreso de productos vía courier) y los chispazos que generan en el sector productivo.
“Avanzar sólo con políticas de apertura comercial está teniendo consecuencias negativas”, señaló el comunicado de la UIA. En ese mismo documento la cámara patronal aprovechó para presentar su clásico pliego de demandas de bajar impuestos y el “costo laboral”. El eterno reclamo de las patronales: aumentar la explotación de la fuerza de trabajo.
El comunicado agregó que "las autoridades de la Junta Directiva coincidieron en que si no se resuelven los problemas de competitividad del país, desde la baja de impuestos, las mejoras en infraestructura y conectividad, la promoción de inversiones nacionales y la modernización de los regímenes laborales, avanzar solo con políticas de apertura comercial está teniendo consecuencias negativas, especialmente a las PyMEs, y también en el empleo donde se perdieron más de 30 mil puestos de trabajo industriales desde agosto del 2023". Esta es la primera vez que después del encuentro de los directivos industriales se emite un comunicado oficial encabezado por la crítica.
La UIA presiona por una mejora de la competitividad a través de la flexibilización laboral, rebaja de impuestos, pero avala el esquema general del Gobierno que implica una apreciación cambiaria (dólar barato) aunque no los beneficie. En el comunicado no hay ninguna crítica directa al tipo de cambio actual.
La cámara patronal celebra el fuerte ajuste de Javier Milei, pero al interior de los industriales no todos los sectores tienen ganancias extraordinarias con este Gobierno. Hay sectores que son afectados por la caída del consumo (como el sector metalúrgico que en octubre cayó 7% interanual, según datos de la cámara ADIMRA), y la recesión. La UIA comenzó a reflejar ese malestar empresario.
Ganadores del gobierno de Milei
Javier Milei dijo a los empresarios en la Unión Industrial Argentina (UIA) “vinimos a achicar el Estado para agrandar el bolsillo a ustedes”, pero hay bolsillos que se agrandaron más que otros. Las grandes empresas y los bancos están entre los ganadores. Las firmas más grandes que cotizan en la Bolsa de Comercio quintuplicaron sus ganancias en el último año, según un informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP).
La megadevaluación de Luis Caputo multiplicó las ganancias de sectores clave como hidrocarburos, alimentos, energía, telecomunicaciones, laboratorios y finanzas. Según el documento, “el sector hidrocarburífero, a partir de sus principales actores como YPF (+1069,9% en resultados operativos) y Tecpetrol (+1860,4% en resultados netos), fue uno de los más beneficiados”. En tanto en alimentos, la empresa Mastellone Hermanos (+2050% en resultados netos) se destacó a pesar de la caída del consumo.
“En el sector bancario, entidades como Banco Macro y Santander Río también experimentaron aumentos significativos de más del 400%. Molinos Agro, la cerealera de Pérez Companc, expandió el resultado operativo en 7.543% y Metrogas lo hizo en un 2.581%, entre otras que también se destacaron por el acelerado crecimiento de sus ganancias”, destacó el documento de IPYPP.
El Gobierno afirma que la recesión terminó, pero la economía real aún no se recupera del golpe provocado por el ajuste. El “verano financiero” con dólares financieros planchados es contrario a los intereses de los sectores industriales o el agro que se beneficia con un dólar más caro. En la actualidad hay respaldo de los grandes empresarios al Gobierno, pero las contradicciones del modelo pueden despertar nuevos chispazos al interior de la burguesía para mejorar su rentabilidad.