El hostigamiento de los colonos hacia aldeanos palestinos no es nuevo, viene desde la ocupación de Cisjordania en 1967. Pero desde el pasado 7 de octubre, cuando el Estado de Israel comenzó una guerra contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza, recrudeció. Una nueva catástrofe que recuerda a la de 1948 cuando miles fueron expulsados de sus hogares por el colonialismo israelí.
Martes 31 de octubre de 2023 23:17
Colonos apoyados por soldados del ejército del Estado de Israel
Familias palestinas en la Cisjordania ocupada se ven obligadas a desplazarse. Sobre todo en los poblados que quedaron cerca o en la misma zona que Israel domina militar y financieramente (más del 60% de la Cisjordania ocupada).
Una publicación del diario The Guardian, fechada este martes 31 de octubre lo describía así: "La vida en Khirbet Zanuta, una aldea palestina situada en lo alto de una colina ventosa en las desoladas colinas del sur de Hebrón, en lo profundo de la Cisjordania ocupada, nunca ha sido fácil. La comunidad está formada en su mayoría por pastores que crían cabras y ovejas durante los veranos abrasadores y los inviernos gélidos del paisaje árido, y que se han negado rotundamente a abandonar sus hogares a pesar de las crecientes dificultades planteadas por los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), por un lado, y los colonos israelíes radicales, por el otro. Pero después de semanas de intensa violencia de los colonos tras el ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre, los 150 residentes de Zanuta tomaron la decisión colectiva de irse. Colonos armados –algunos con uniformes del ejército de reserva, otros cubriéndose el rostro– han comenzado a irrumpir en sus casas por la noche, golpear a los adultos, destruir y robar pertenencias y aterrorizar a los niños."
Uno de esos aldeanos -Issa Ahmad Bagdad, de 71 años-, lo relataba así: “Es una nueva Nakba” (en alusión a la expulsión de 700.000 palestinos en 1948 tras la creación del Estado de Israel). “Mi familia va a Rafat. Pero no conocemos a nadie allí. No sabemos qué decirles a los niños”
Los colonos, protegidos por el ejército sionista, tras la ofensiva del Estado de Israel en la Franja de Gaza se envalentonan y ahora llegan hasta las casas de los palestinos que viven en esas zonas, cometiendo actos salvajes.
En este caso se trata de Masafer Yatta -un puñado de aldeas palestinas-. Se trata de la zona C de Cisjordania, dominada en su totalidad por Israel. Allí tanto colonos como el ejército destruye paneles solares, cisternas de agua y construcciones palestinas. La "excusa" es que ellos no tienen autorización legal de estar allí. Autorización que depende del Poder Judicial israelí, por supuesto. Así, sin nada y con la violencia ejercida sobre todo a mujeres y niños o adolescentes, los pobladores palestinos, a pesar de largas décadas de resistencia para permanecer en sus hogares, terminan decidiendo entre todos que lo mejor para preservar sus vidas es cargar sus pertenencias en camionetas, obligados a irse.
Precisamente en la zona de Massafer Yata hay unas 3.000 hectáreas que Israel usa como zona de entrenamiento militar, autorizado por la Corte Suprema israelí, mediante un falló del mayo pasado. Se la conoce como Zona de Tiro 918. Esto es considerado ilegal, según el derecho internacional. A partir de ese mes, las llamadas "Fuerzas de Defensa Israelíes", junto a los colonos, aumentaron la presión sobre las familias que viven en las aldeas cercanas a esa zona de tiro, para que se vayan.
Pero a partir de este 7 de octubre pasado los tiroteos de las milicias de colonos, contra las casas y muchas veces contra los mismo palestinos, aumentó considerablemente.
Así el Estado de Israel, apoyado y a través de los colonos, va obligando al desplazamiento forzoso de palestinos. El objetivo es la anexión de tierras, con el fin de judaizarlas. Al igual que sucede en varios barrios de Jerusalén este, siendo Sheik Jarrah el símbolo de esa política, pero también de la resistencia palestina.