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Red Internacional
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POLÍTICA ESTADO ESPAÑOL. Ciudadanos camina a la extinción: un actor menos en el bloque de derechas

La crisis partidaria de Ciudadanos que afronta su Asamblea Extraordinaria esta semana es el último paso en la desaparición del partido naranja. Con apenas 7.000 afiliados y habiendo cerrado la mitad de sus sedes por falta de financiación, el partido pierde posiciones institucionales con cada proceso electoral.

Roberto Bordón

Roberto Bordón @RobertoBordon13

Martes 10 de enero de 2023

Foto de la agencia EFE

Foto de la agencia EFE

Puñaladas por la espalda y acusaciones de fraude, así es como parece que Ciudadanos encara la que puede ser su última etapa como partido antes de desaparecer en el próximo periodo electoral. El partido naranja afronta esta semana su Asamblea Extraordinaria en la que la actual dirección confiaba en refundar el proyecto para evitar su disolución tras la interminable caída en la irrelevancia que sufre la formación desde el fracaso electoral en las últimas elecciones generales en 2019. Las cabezas visibles que quedan en la formación se disputan el control del aparato divididas en dos listas que se enfrentarán esta semana en un proceso de primarias en el que de fondo se discute el proyecto estratégico para sobrevivir al naufragio.

El enfrenamiento por el control del aparato entre Inés Arrimadas, actual presidenta, y Edmundo Bal, portavoz del grupo parlamentario y dirigente de la ejecutiva actual, corre el riesgo de reventar la poca estructura que mantiene Ciudadanos en 2023. El partido afronta un proceso de renovación entre dos proyectos que buscan refundar un espacio en la derecha tras haber perdido la carrera con Vox por ganar el voto de la ultraderecha en 2019 y sufrir una OPA hostil por parte del PP que lleva más de dos años absorbiendo cuadros políticos del partido naranja.

Con diferencias políticas entorno al modelo organizativo (presidencialista o bicéfalo) y entorno a cómo definirse políticamente (participar como derecha liberal de forma clara o tratar de reconstruir esa idea de un extremo centro que apele a centroizquierda y centroderecha). El enfrentamiento se recrudece a nivel mediático, con Bal acusando de fraude a la lista que dirige Patricia Guasp (y que es apoyada tanto por Inés Arrimadas como por Begoña Villacís) debido al opaco control que ejerce el aparato sobre el proceso de las primarias. El síntoma que habría permitido detectar el problema sería la desproporcionada diferencia en avales que tendría cada lista, siendo la de Guasp apoyada por el doble de avales.

Más allá del cruce de acusaciones, lo cierto es que la crisis del partido naranja tiene más que ver con haberse quedado sin lugar en el bloque de derechas que con una cuestión concreta de perfiles institucionales. Ciudadanos creció mediáticamente en el anterior periodo electoral presentándose como un supuesto partido bisagra que permitiría la gobernabilidad tras la crisis del viejo bipartidismo, evitando una supuesta “izquierdización” del escenario político debido a Podemos. Su función dentro del bloque de derechas parecía ser la de desbloquear un posible impass entre los dos grandes partidos.

Y si bien inicialmente se movieron entorno a ese objetivo, por ejemplo, pactando gobiernos autonómicos con PP o PSOE (Andalucía), rápidamente su crecimiento y la ambición de poder por disputar al PP la dirección del bloque de derechas transformaron su estrategia. En 2019, Albert Rivera renunció a la posibilidad de cogobernar con el PSOE porque se veía capaz de superar al PP de Casado tras haber crecido erigiéndose en el paladín del nacionalismo español en Catalunya. Su fracaso en noviembre de 2019 abrió una enorme crisis política en Ciudadanos que se ha ido replicando desde entonces en cada proceso electoral: Castilla-León, Andalucía…

Ciudadanos no pudo lograr el sorpasso al PP y ha sido incapaz de seguir compitiendo con Vox en el voto más ultra. Es por ello que el PP andaluz pudo absorberlos fácilmente en una carrera electoral donde los cuadros políticos naranjas andaban más preocupados de integrarse en el aparato andaluz del PP que en representar su propia formación.

La disputa actual en las primarias de Ciudadanos gira en torno a esta crisis para un sector de la derecha que se dirime entre tratar de volver a ese origen de partido bisagra que les devuelva un rol dentro del bloque de derechas y quienes buscan explorar la opción de existir como una oferta más en dicho bloque.

Los resultados de las primarias y el ciclo electoral de este mes de mayo dirán que opción se impone en el debate.


Roberto Bordón

Andalucía

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