Claudia Sheinbuam al firmar una colaboración con AirBnB impulsa una política de gentrificación y contra los más pobres de la Ciudad de México.
Martes 1ro de noviembre de 2022
Hace unos días la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo estableció un convenio con AirBnB (plataforma digital dedicada al arredramiento de viviendas y habitaciones especialmente para turistas).
La morenista se jacto que dicha acción atraerá inversión a la capital del país y será un imán para los nómadas digitales.
No obstante, especialistas en temas de vivienda, así como activistas señalaron que a la larga se aburguesara o gentrificara la CdMx, es decir, dado que se busca que personas de altos ingresos para que se instalen en diversas zonas de la ciudad esto generará un aumento en las rentas, servicios y bienes básicos, expulsando a las comunidades de trabajadores que tradicionalmente han habitado la urbe y que, por lo general, tiene salarios muy bajos.
Además, dado que se instalarán mayor cantidad de personas, la infraestructura urbana enfrentará mayor presión, lo que bajará la calidad de vida de la población.
Es bien sabido que el modelo de negocio de AirBnB es el cobró por estancias cortas, lo que se asemeja más a un hotel tradicional. Aquí el problema es que viviendas que se rentaban por periodos largos de tiempo cambiaran por estancias cortas, lo que encarecerá los precios.
Por ejemplo, en lugar de pagar 7 mil pesos por mes por un departamento, se pagará 700 pesos por noche. En resumidas cuentas, Claudia Sheinbaum promueve la elitización de la Ciudad de México y la expulsión a la periferia de los más pobres.
Asimismo, no basta con la afirmación de que cada quien es libre de hacer lo que quiera con su propiedad, porque al ser una política impulsada por grandes empresas y por gobiernos su impacto alcanza a toda la sociedad, en este caso la que vive en el valle de México.
En este sentido la directora del Centro de Derechos Humanos de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey, Carla Escoffie, declaró que:
“Esta falta de regulación no solo afecta a quienes resultan expulsados de los lugares que habitan, sino también a los dueños de los inmuebles y a los huéspedes, porque la empresa no se hace responsable de daños, delitos o fraudes que ocurren en el marco de los convenios de la plataforma”,
Estos fenómenos de turificación y aburguesamiento o gentirficación no es nuevo, varias ciudades europeas y de Estados Unidos (París, Milán, Barcelona, Nueva York, etc.) lo vienen sufriendo desde hace años y dejado funestas consecuencias para la población trabajadora.
No sólo por la expulsión de facto (que también afecta psicológicamente y emocionalmente), sino por los escándalos de desalojos masivos contra familias y los suicidios provocados por el estrés de perder sus hogares son noticias comunes en esos países.
Por su parte, el investigador Adrián Hernández Cordero señala que “Desde entonces se diseñaron un conjunto de políticas estratégicas para rescatar varias zonas, entre ellas, el Centro Histórico, la Alameda Sur y Polanco, pensando que al activar estos puntos se iba a generar dinamismo y desarrollo, con una intención neoliberal de transformación que se ha consolidado con los últimos gobiernos”.
Algunos que tratan de defender este tipo de medidas arguyen que representa un ingreso extra para los dueños de las casas, sin embargo, y a pesar de que en cierta medida es cierto, lo que se oculta es que las verdaderas ganadoras son las grandes empresas, porque su inversión es mínima (la propiedad y el mantenimiento corren a cargo del arrendador) a comparación de las ganancias.
Al mismo tiempo, grandes inversores fijan su mirada a este tipo de negocios porque les representan utilidades mucho mayores que las rentas tradicionales, por lo que empiezan a comprar edificios completos promoviendo la especulación inmobiliaria y afectando a la mayoría de la población.
Lo que se necesita es un fuerte movimiento desde la base que imponga limitaciones a este tipo de empresas, que se destine mayor presupuesto a la construcción de vivienda social para que todas y todos tengan un lugar donde vivir. Para conseguir lo anterior es fundamental ya no destinar miles de millones de pesos a la militarización de país y dejar de pagar la ilegitima deuda externa.
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