¿Qué se dirime en Madrid este 4M? ¿Fascismo versus democracia o la disputa entre dos campos del régimen del 78? ¿Qué impacto tendrán las elecciones para el panorama político del Estado español?
Lunes 3 de mayo de 2021 11:13
El cierre de campaña electoral en Madrid ha coincidido con los actos de conmemoración del 2 de mayo, aquellos levantamientos del pueblo madrileño en 1808 contra el invasor francés retratados para la historia por Goya. Y con múltiples apelaciones a las “invasiones” y al “levantamiento del pueblo” han culminado todos los candidatos sus actos de campaña, desde la derecha hasta la izquierda institucional.
"Madrid es España. Esa es nuestra grandeza. En realidad, esa es nuestra identidad: para ser madrileño basta con querer serlo. Lo he dicho muchas veces: Madrid es un resumen de lo mejor de cada forma de ser español. Es España", aseguraba Isabel Díaz Ayuso en el cierre de campaña del PP. El tono y la apelación a la españolidad era un claro guiño para ese sector de votantes disputado con VOX que la presidenta de la Comunidad de Madrid aspira a llevar nuevamente a la “casa común de las derechas” que es el Partido Popular. Por algo le dicen a Ayuso que es la candidata más trumpista del PP, recreando una especie de populismo de derechas para “renovar” su mandato.
Por su parte, VOX cerraba la campaña en Plaza de Colón, asegurando que su objetivo era “evitar que la izquierda entre en el Gobierno madrileño” y denunciando la “equidistancia” de Casado. La estrategia electoral de campaña de VOX buscaba asegurarse un lugar a la derecha de Ayuso. Y lo que es cierto es que logró cambiar la agenda en los últimos días. De “Comunismo o libertad” (el lema que pretendía imponer Ayuso para polarizar con Unidas Podemos), se terminó pasando a “Democracia o fascismo”, con Unidas Podemos y VOX como protagonistas.
No está claro, sin embargo, qué consecuencias tendrán estas polarizaciones en la campaña electoral. Hasta el momento, todas las encuestas indican un triunfo para el PP, que podría gobernar en solitario o con el apoyo de VOX.
El falso relato “democracia o fascismo”
Pedro Sánchez ha intervenido de forma directa en la campaña, llamando a apoyar a Gabilondo. Según su discurso, este 4M hay que evitar que VOX tenga influencia en el gobierno madrileño, porque eso implicaría "el principio del fin de la democracia vigorosa, rebosante de derechos y libertades".
Una línea similar a la que han tenido todos los partidos de la izquierda del Régimen en los últimos días: plantear que lo que se dirime el 4M es la lucha entre “democracia” o “fascismo”. Pero esto es una trampa. Como ya explicamos en varios artículos publicados en Izquierda Diario, este relato es una buena forma de “blanquear” al régimen del 78 y sus partidos tradicionales, empezando por el PSOE.
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La polarización “fascismo o democracia” blanquea el racismo institucional y la represión de quienes supuestamente están del “campo democrático”. Si el peligro que representa VOX es el aumento de un discurso reaccionario contra los inmigrantes, lo que hay que empezar por decir es que cada vez que la policía nacional detiene a un inmigrante, está promoviendo el ascenso de la extrema derecha. Cada vez que el gobierno “progresista” construye un nuevo CIE, está colaborando con el aumento de la xenofobia. Cada vez que se deporta a los migrantes, o se los deja morir en el Mediterráneo, se está promoviendo el racismo desde el Estado, lo que da alas a la extrema derecha. Porque como dijo un integrante del Sindicato de Manteros recientemente en una charla previa al 1 de mayo, “VOX no tiene el patrimonio del racismo. El PSOE también es racista”. Lo mismo podemos decir sobre la criminalización de la juventud, o la represión policial en los barrios populares como en Vallekas o contra las ocupaciones de centros sociales como la Ingobernable. El gobierno “progresista” ya toma en sus manos gran parte de la agenda de la derecha y la extrema derecha, por más que estos últimos la radicalicen.
Además, la disyuntiva “fascismo o democracia” blanquea también a los poderes reales del capitalismo español. En esta campaña “antifascista” donde hasta el PSOE es un “defensor de la democracia más plena”, se ha dejado de lado todo cuestionamiento a los que ostentan los poderes reales y que han amasado fortunas amparados en los mecanismos de esta democracia para ricos: la banca, las eléctricas, las constructoras y las multinacionales españolas.
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Finalmente, cuando va a cumplirse una década del 15M, Unidas Podemos cuenta en su haber con haber logrado transformar la lucha contra “la casta” (PSOE y PP la misma mierda es) en un combate “antifascista” para investir a Gabilondo en presidente de la Comunidad de Madrid. Eso sí que es autonomía del discurso, hay que reconocerlo, o más bien, puro relato, que no se corresponde en lo más mínimo con la realidad.
Más allá de los matices en la campaña, tanto Mas Madrid como Unidas Podemos apuestan por sumar escaños para gobernar con el PSOE en la Comunidad de Madrid, recreando y ampliando la coalición “progresista” que ya gobierna en el Estado español. Y allí está la prueba más concreta de que todas sus promesas son papel mojado. Porque en más de un año, este gobierno no ha derogado las reformas laborales, ni ha regularizado a las personas migrantes, ni ha cerrado los CIEs, ni ha derogado la Ley mordaza. En cambio, ha destinado miles de millones en ayudas a las grandes empresas, mientras aumenta el paro y la precariedad. Ha enviado a la policía nacional a reprimir a la juventud en los barrios obreros, para prohibir las manifestaciones feministas o desalojar los centros sociales.
Votar al “mal menor” no es la alternativa
Este 4M no se dirime ninguna batalla entre “democracia o fascismo”, sino entre dos variantes, una conservadora y otra social-liberal, para superar la crisis del Régimen del 78. Por eso, llamar a seguir apoyando el “mal menor” del gobierno con el PSOE nada bueno puede traer. Solo es la mejor forma de evitar una ruptura verdaderamente por izquierda con este régimen monárquico y para ricos.
Desde la CRT, nos negamos a que la única alternativa para los trabajadores y trabajadoras, para la juventud, las mujeres combativas y las personas migrantes sea elegir entre el “mal mayor” y el “mal menor”. Nos negamos a que la única alternativa sea que no hay alternativa. Por eso, en estas elecciones no apoyaremos con nuestro voto a las variantes de la izquierda del régimen. Ante la falta de una candidatura anticapitalista y de clase, llamamos a votar nulo. Porque lo más importante no es lo que ocurra este 4M, sino lo que ocurra el día después. Y para eso tenemos que avanzar en coordinar a todos los sectores en lucha, a la vez que avanzamos en construir una alternativa política anticapitalista y revolucionaria de la clase trabajadora, las mujeres y la juventud.
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