Julieta, Tamara, Johana y Gloria trabajan en comedores populares. Saben que el hambre no llegó con Milei, pero cuentan como hoy se profundiza. “Los gobiernos no piensan en el pueblo, piensan en los empresarios” dicen. Pero no bajan los brazos. “De miedo no comemos. No nos vamos a quedar en nuestras casas. El miedo que arda” gritan. Informe especial. Voces de las mujeres que alimentan y luchan.
Lunes 1ro de abril 12:39
En los últimos meses se agudizó el problema del hambre. La pobreza, que superaba el 40%, con las medidas de Milei y Caputo, ya golpea a la mitad de la población. La infancia, la más golpeada. Los comedores populares venían enfrentando el ajuste, pero la ministra Sandra Pettovello dejó de enviarles alimentos. Al final la casta era el pueblo hambriento.
“Comer dos veces al día es un privilegio”. “La gente se pregunta: ¿compro comida o el remedio a mi pibe?”. “Si la línea de indigencia está en 286 mil pesos, ¿qué somos nosotras? ¿Qué hay más debajo de la indigencia?”. Julieta, Tamara, Ariel, Johana y Gloria trabajan en comedores del Gran Buenos Aires. Ellas ven, día a día, el deterioro de la alimentación y la vida de las familias trabajadoras. Cada vez más platos que llenar, ollas cada día más vacías.
“Muchos gobiernos no pensaron en el pueblo, piensan en los empresarios” dicen. “Y si no salís a pelear los piojos te van a comer. El rico se llena más y nosotros estamos peor”. Saben que toda pobreza es política.
Pero no se quedan en la denuncia. Hace años están la primera línea contra el hambre. Son parte de los movimientos sociales donde se organizan los sectores más precarios de la clase trabajadora. La Izquierda Diario estuvo con ellas en los comedores de Matheu (Tigre) y Tristán Suárez (Ezeiza), impulsados por el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y Frente Arde Rojo (FAR), respectivamente.
“De miedo no comemos, no vivimos” dice Tamara. “El miedo que arda” agrega Gloria. Y así, como cuando cocinan, las denuncias se van condimentando con la convicción de que no van a salir de las calles. “No nos vamos a quedar en nuestras casas” dicen. No.
Las voces van desde los comedores a las movilizaciones. Desde allí también llegan las voces de la primera línea.
Un informe de Lucho Lucero, Javier Brat, Matías Galix y un equipo de La Izquierda Diario.