Ahora que las y los maestros estamos comenzando a cuestionar nuestras condiciones de trabajo, empezando por los salarios, pero también de las propias escuelas, entonces ¿Cuál sería el potencial de incorporar a nuestras demandas la necesidad de comedores en todas las escuelas?
Miércoles 17 de abril
Gobiernos nacionales y organizaciones internacionales se llenan la boca alertando el riesgo de la desnutrición-obesidad infantil y juvenil, pero hacen poco o nada para resolverlo, develando que en el capitalismo parte de las multimillonarias ganancias del mercado farmacéutico provienen de la cura de enfermedades y no de su prevención, asi como en el mercado alimentación, de inundar las góndolas de supermercados y tiendas con frituras envasadas y refrescos sobrepasados de azúcar refinada.
En México, basta con ver las estadísticas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en el año 2020, el 22.5% de la población nacional se encontraba en condición de vulnerabilidad por carencia de acceso a la alimentación nutritiva y de calidad.
Así. también el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), a través de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto en los Hogares, 2020, estimó que, en ese año, el 46.7% de los hogares mexicanos manifestaron preocupación de que la comida se les terminara por falta de dinero o recursos y el 12.7% de los hogares, efectivamente se quedaron sin comida al menos en una ocasión por por la misma causa.
Estas estadísticas se expresan en la realidad de nuestras escuelas, cuando nuestros alumnos nos piden dinero para comprarse algo de comer, o se duermen en las clases por debilidad, o con los golpes de calor y sin la ventilación apropiada en las aulas, les duele la cabeza. O al ver que se vuelven hiperactivos con el azúcar de las golosinas, o se enferman de gastritis por frituras híper enchiladas, o no se pueden concentrar, así como cuando se les pregunta si “comieron bien” la mayoría dice que no.
La Unicef advierte que “la desnutrición durante la infancia tiene impactos negativos en el resto de la vida, como tallas bajas y desarrollo insuficiente del sistema inmunológico”, critica al gobierno mexicano por no “tomar con seriedad el problema alimenticio de las infancias. Estos rasgos también se ven en las escuelas, con jóvenes de menores tallas de estatura y masa corporal, además de menor capacidad de comprensión, análisis o crítica.
Al mismo tiempo, son conocidas las estadísticas de la obesidad y la diabetes en nuestro país, donde 1 de cada 20 niñas y niños menores de 5 años y 1 de cada 3 entre los 6 y 19 años padece sobrepeso u obesidad. Esto coloca a México entre los primeros lugares en obesidad infantil a nivel mundial. Además de que las grandes empresas alimenticias despliegan costosas campañas de marketing para mantener el consumo de comida chatarra en la niñez y juventud, tanto dentro como fuera de las escuelas.
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Es necesario incorporar a nuestras demandas los comedores en todas las escuelas
Con la respuesta de López Obrador a la disidencia magisterial de la CNTE este lunes 15 de abril, dónde no expresa soluciones definitivas ni satisfactorias -a decir de la Secretaria General de la Sección 22 del SNTE-CNTE entrevistada por este diario-, ésta también aseguró que continuarán con el proceso de organización por cuanto el Ejecutivo no termina de resolver la inconformidad y solo deja ver que la suspicacia de sus respuestas es por estrategia electoral.
Es cierto que hoy, conseguir mejores condiciones salariales es la principal demanda de las y los maestros, y el “no hay presupuesto” se transformó el principal problema a discutir en las escuelas, abriendo el debate sobre ¿Cómo se maneja el presupuesto? ¿Por qué se va tanto dinero en la deuda externa y que podríamos lograr si no la pagamos?
Y para ello, debemos tener en cuenta que nos respondieron que “no hay presupuesto” para incremento salarial, pensiones o más escuelas, pero, sin embargo, se destinó el 49.9 % del Producto Interno Bruto durante el último trimestre del 2023 al pago de las deudas externa e interna generada con organismos internacionales y empresas privadas, lo cual generó un pago anual de casi 2 billones de pesos. Deudas no adquiridas por el pueblo trabajadores ni sus hijos. Al mismo tiempo los recursos destinados a las FFAA y la GN son de más de 210 mil millones de pesos y administran el 20% del presupuesto del 2024, según datos del medio Animal Político.
En este sentido, y de cara a reunirnos en los próximos espacios de organización de la lucha magisterial que convoca la CNTE el próximo fin de semana, opinamos que también debemos debatir e incluir a las demandas existentes, la de comedores escolares universales, los cuales en la CDMX solo existen en algunos planteles de nivel preescolar y primaria, mientras que en la mayoría fueron quitados hace tiempo, y ya no decir de las secundarias y bachilleratos, que han dejado a miles de jóvenes sin la garantía de alimentación. Hoy, ni siquiera el programa de desayunos escolares está garantizado para estos niveles.
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Esta demanda, es profundamente sentida por las madres y padres de familia, que por falta de recursos o tan solo de tiempo al tener que estar fuera del hogar en largas jornadas laborales, deben desatender o hacer malabares para garantizar el cuidado integral en el desarrollo físico y mental de sus hijos e hijas. Una razón más del porqué son ell@s l@s aliad@s naturales de la docencia en la lucha por defender la educación publica y gratuita. Pues tenemos los mismos intereses.
Por lo que vemos que lograr recomponer esa alianza tan poderosa en nuestra historia y unirnos a las comunidades escolares con nuestras demandas, esa gran fuerza conjunta, podría permitirnos conquistar efectivamente un aumento sustancial al presupuesto educativo, poniendo este tema en centro de agenda educativa y en la discusión política a nivel nacional.
Con un presupuesto suficiente se podría distribuir a los justos salarios que reclamamos, resolver el problema de las pensiones, la contratación con base de todo el personal que nos falta, la construcción de más escuelas solventar comedores en todas, así como garantizar una educación y condiciones laborales, a la altura de las que el pueblo mexicano requiere y se merece.