El empresario que acumula en su patrimonio más de 3700 millones de dólares según la revista Forbes, ha aumentado su riqueza en gran medida gracias al empobrecimiento de la población y la consiguiente racionalización del consumo.
Miércoles 29 de julio de 2020
La actual crisis económica que atraviesa el país y buena parte del planeta no afecta a todos por igual. Mientras millones se han visto arrojados al desempleo, rebajas salariales y a quedarse sin el sustento básico para sobrevivir, grandes carteles empresariales como el de Horst Paullman, vieron incrementada su fortuna de manera explosiva: Las acciones de Cencosud, que agrupa en sus filas las cadenas Jumbo, Paris, Easy, Santa Isabel y Johnson , aumentaron un 123% su valor en los últimos meses.
La explicación de como las acciones de Cencosud hoy valen más del doble de lo que valían hace 4 meses, se debe en gran medida a que la inyección de liquidez generada por los bonos del gobierno y por la liberación del 10% de las AFP, será gastada principalmente en insumos básicos.
Así lo demuestran las cifras entregadas por la Cámara de Comercio, según la cual el 60% de la población que hará uso del 10% de las AFP, lo utilizara para comprar alimentos y artículos de primera necesidad. Y es del todo lógico que cuando el hambre, la pobreza y la escasez se hacen presentes, el gasto prioritario de las familias sea la comida.
Lo que no es para nada lógico, es que uno de los hombres mas ricos del país, se vea beneficiado por el aumento de la pobreza y la racionalización del gasto de la población, puesto que al ser Cencosud uno de los mas grandes proveedores de artículos de primera necesidad en el país, se ve favorecido por la especulación en la bolsa de valores, donde se pronostica un aumento de sus ventas con el nuevo impacto en el consumo que significará la entrega del 10% de las AFP.
La dramática situación que enfrenta el país deja al descubierto con mayor dureza como el sistema financiero y el sistema económico en su conjunto esta diseñado para favorecer los intereses de los grandes empresarios, a costa de la miseria de millones.
Pero si algo dejo en claro la revuelta del octubre, es que si podemos luchar por un sistema distinto. Si todo un pueblo, junto a sectores claves como los portuarios, lograron arrebatarle el 10% a las AFP, organizados podemos ir por más.
Es necesario que los súper ricos paguen esta crisis, partiendo con un impuesto específico del 20% a sus grandes fortunas, y con ello costear rentas básicas de 500 mil pesos para todos los desempleados e informales, e ir por más: la nacionalización de los recursos naturales bajo gestión de sus trabajadores, para que
el pan y la salud puedan ser garantizados para todos.