En el último año los empresarios pasaron a apropiarse una mayor tajada del ingreso total a costa de una caída en la parte que obtuvieron los asalariados. La "pandemia" no afecta a todos por igual.
Lucía Ortega @OrtegaLu_
Miércoles 21 de julio de 2021 18:48
💰 ECONOMÍA | Ajuste: ¿cómo se reparte la torta en Argentina? #AS - YouTube
La semana pasada el Indec publicó un dato muy importante que a diferencia de otras veces cuando se trata de índices de desocupación o de pobreza, esta vez pasó por su ausencia en los grandes medios de comunicación. Sin embargo explica mucho sobre la realidad económica que las grandes mayorías sociales están viviendo en nuestro país.
Se trata de la distribución funcional del ingreso, del reparto de la torta entre el capital y el trabajo, de la riqueza generada en el país por los trabajadores.
El resultado para el primer trimestre del año es contundente: los asalariados tuvieron un retroceso de casi 4 puntos en la distribución del ingreso de 49,8 % a 46,1 % respecto al mismo trimestre del año anterior. Mientras que la proporción de ingresos apropiados por los empresarios subió 5 puntos, de 35,2 % a 40,2 %.
Es decir, mucho de lo que perdieron los trabajadores es directamente proporcional a lo que pasaron a embolsar los propietarios de los medios de producción.
Mirado en términos reales (teniendo en cuenta la evolución de los precios), la masa salarial retrocedió el 6,8 % en el último año, mientras el excedente empresario aumentó un 15,3 %. Más evidencia del mismo resultado en cuanto a ganadores y perdedores en el último año.
Este reparto de "la torta" entre asalariados y propietarios del capital que en las estadísticas se denomina "distribución funcional del ingreso" o "distribución primaria del ingreso" es muy distinto que el análisis referido a la "distribución personal del ingreso" que suele comparar los ingresos entre "los deciles que más ganan" y "los deciles que menos ganan", sin distinción de su relación con el capital en el proceso productivo.
De acuerdo a los datos de mercado de trabajo del Indec, entre los ocupados el 72% ocupados son asalariados, mientras que solamente un 3% patrones. Y dentro de estos últimos, una pequeña parte de familias propietarias de la tierra y grupos económicos concentrados es la que se queda con la mayor parte de las ganancias.
Pero no se trata meramente de una "injusta" distribución del ingreso per se. Aquí, lo que queda de relieve es que un sector mayoritario de la población sólo vive de su salario, de la posibilidad de vender su fuerza de trabajo, mientras que un sector minoritario obtiene ganancias a costa del trabajo de los asalariados: por ser propietarios del capital o de la tierra.
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El agropower siempre gana
Entre otros aspectos sobresalientes del informe de "Cuenta de generación del ingreso e insumo de mano de obra" que publica el Indec con los datos de la distribución funcional del ingreso, quienes aumentaron el "Excedente Bruto de Explotación" (asimilable a la masa de ganancias bruta del sector empresario) fueron la industria manufacturera que acaparó 2,17 puntos más, el comercio que sumó 2,21 puntos y agricultura y ganadería que se quedó con 1,98 puntos más en la participación en el ingreso total.
Precisamente sobre este último sector, esta semana fue tema de debate las elevadas las ganancias que está teniendo el agropower, de las cuales se jacta el propio kirchnerismo: los terratenientes y los sectores concentrados de la región pampeana.
Acá juegan un conjunto de elementos: desde ya el alto precio de los granos en el comercio internacional, pero también el nivel de las retenciones que es incluso inferior a lo que había en los gobiernos kirchneristas y que como dijo Gastón Caligaris el lunes en la entrevista que le hicimos en Alerta Spoiler, nunca las retenciones fueron demasiado altas como para quedarse con la mayor parte de la renta agraria.
Pero también entran en juego en la ecuación de negocios agrícolas que arroja millonarias ganancias, el nivel del tipo de cambio que incluso al dólar oficial es muy favorable, el costo interno de los insumos, y en especial el bajísimo costo salarial que está muy atrasado respecto al dólar y a los precios.
Esto refuerza una conclusión: en las crisis hay ganadores y hay perdedores que no son un “resultado natural” de la pandemia sino que hay decisiones políticas.
Lo que sucede en el agro es un ejemplo, dentro de aquel resultado más general de una regresión en la participación de los asalariados en el ingreso, de que se optó por afectar las condiciones de vida del pueblo trabajador y de las mayorías sociales, mientras hay unos pocos que “se la siguen llevando en pala”.
Lucía Ortega
Economista UBA. Coeditora de la sección de Economía de La Izquierda Diario.