El Pleno aprobó la eliminación de partidos políticos pequeños para evitar que participen en los próximos procesos electorales.
Kevin Wright @kevouv
Domingo 5 de noviembre de 2017
El pasado jueves 2 de noviembre, el Congreso de la nación peruana aprobó un proyecto legislativo que propone modificar la Ley de Organizaciones Políticas y la Ley de Elecciones Municipales. De esta manera, el parlamento del Estado burgués continúa con la lógica de una democracia que en verdad es sólo para los grandes partidos tradicionales de las clases dominantes. Así consiguen impedir, con otra reforma antipopular, la inscripción de las organizaciones locales, ya sean provinciales o distritales en vistas de las elecciones del 2018.
Con mayoría fujimorista, 71 votos a favor, 20 en contra y 5 abstenciones, fue aprobado el proyecto de ley. Durante el debate, la presidenta de la Comisión de Constitución y Reglamento del Congreso, Úrsula Letona, expresó de forma conservadora y respondiendo a sus intereses de clase, que las organizaciones vecinales son de carácter temporal y en muchos casos se utilizan como “trampolines para el acceso al cargo público representativo”.
La propuesta contó con el respaldo de la mayoría de las bancadas políticas como Fuerza Popular, Peruanos por el Kambio, Acción Popular y el Partido Aprista. Quedando fuera de carreras los movimientos locales y distritales, las elecciones regionales y municipales reducirán sus boletas para el próximo año; en contra, sólo se pronunciaron los representantes del Frente Amplio y Nuevo Perú, quienes con poco dijeron que “el dictamen vulnera el derecho a la participación de la ciudadanía”.
Por decisión del Congreso, la nueva ley sólo necesita de la varita mágica del presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, a quien le corresponde promulgar y hacer efectiva otra medida antipopular que se suma y atenta contra la potencial organización de las y los trabajadores y el pueblo peruano.
Con esta nueva ley, la marginalidad de las organizaciones que representan las reivindicaciones del pueblo se acentúa al quedar imposibilitadas para competir con los partidos políticos de los empresarios. El repudio popular debe expresarse en las calles para hacerle frente a esta maniobra reaccionaria del Gobierno.
