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Lunes 6 de mayo
En la conferencia matutina de este lunes, una periodista dio a conocer los resultados de un estudio de la “Comisión independiente de información sobre la pandemia”, según la cual, en México, de las 830 mil 473 muertes que hubo por covid, 300 mil pudieron evitarse. Entre las causas de esto se considera una subestimación del virus y la utilización de datos falsos, imprecisos o incorrectos para el cálculo del semáforo de riesgo.
En su respuesta, el presidente López Obrador dijo que se trata de un estudio hecho a modo, “para perjudicarnos, para mostrar ineficiencia en el gobierno”, cuyos señalamientos carecen de argumentos. Agregó que se trata de un acto vil de politiquería darlo a conocer en este tiempo (electoral), que “tenemos la conciencia tranquila; trabajamos mucho para salvar vidas” y aprovechó para destacar el papel de las Sedena y la Marina en la distribución de las vacunas.
De lo que no se habló es de que el grueso de las muertes las puso el pueblo trabajador, de la impunidad de los empresarios que no garantizaron condiciones de seguridad u obligaron a seguir trabajando sin ser sector esencial; de la reactivación de las maquilas en pleno semáforo rojo, bajo presión de Washington; del regreso inseguro a clases presenciales; de la falta de recursos en clínicas y hospitales, de las elevadas cifras de muerte entre las y los trabajadores de la salud, en un sistema público que venía desmantelándose y con enormes carencias desde los gobiernos del PRI y del PAN, cuya situación no se revirtió en el actual, etc.
Más adelante, una periodista de Bloomberg señaló que, según los datos les gobierno, el presupuesto para las fuerzas armadas ha crecido 150%; que además la Sedena y la Marina tienen un sobre ejercicio de 20%, por casi 200 mil millones de pesos, en el contexto de la austeridad republicana; y que gran parte de esos recursos se fueron a obras como el Tren Maya, el Tren Interoceánico y los aeropuertos Felipe Ángeles y de Tulum. Mientras tanto, crecieron los homicidios dolosos en relación a los sexenios de Peña Nieto y Calderón.
AMLO dio una larga respuesta para explicar que mediante la austeridad republicana y el combate a la corrupción se han obtenido recursos para atender al pueblo, con el programa del Bienestar, obras públicas para reactivar la economía y crear empleos. Que las fuerzas armadas tiene cinco misiones: defender la soberanía de México; el cuidado de la seguridad interior, a lo que se suma la creación de la Guardia Nacional; ayudar en el desarrollo social; continuar con el desarrollo de México; auxiliar a la población en caso de desastre. Todo eso explicaría el aumento al presupuesto para las fuerzas armadas, mientras que el aumento en los homicidios se atribuyó a la creación de bandas criminales como parte de la herencia neoliberal.
Por supuesto, el discurso del presidente va en el mismo sentido de siempre, en correspondencia con su política de limpiar la imagen de las fuerzas armadas luego de su nefasto papel en casos como el de Ayotzinapa, en el marco de la militarización que comenzó con Calderón, continuó con EPN y se ha profundizado bajo la 4T. Un discurso que pasa por alto, por ejemplo, las numerosas denuncias por violaciones a derechos humanos contra la Guardia Nacional, corporación a la que el Ejército le ha construido más de 300 cuarteles, cuando lo que hace falta son más escuelas y hospitales.
Finalmente, cuestionado por la transferencia de tareas desde el orden civil a los militares, luego de que en el 2010 había dicho que era importante mantener el gobierno civil en manos de los civiles, el mandatario se declaró “civilista”, pero justificó su política diciendo que tiene la tarea de transformar al país, que se encontró con una realidad catastrófica por la corrupción y que no iba a poder salir sin el apoyo de las fuerzas armadas. Agregó que tuvo suerte de que las fuerzas armadas “no estaban echadas a perder” y remató con un “es de sabios cambiar de opinión”, a pesar de que su política claramente incumple su promesa de campaña de desmilitarizar el país.
