Controladores aéreos de la empresa privada Ferronats sufren presiones y amenazas por su intento de afiliación a sindicatos, que no son del agrado del empresario, así como sobrecargas de trabajo administrativo que los controladores de la empresa pública no realizan.
Miércoles 28 de diciembre de 2016
Foto: Web Unión Sindical de Controladores
El origen del conflicto se remonta al proceso de privatización que se llevó a cabo tras el conflicto entre los controladores y Aena que se produjo desde finales de noviembre hasta principios de diciembre de 2010, cuando el control de 12 aeropuertos de la red nacional pasó a manos de compañías privadas.
Ferrovial y Saerco fueron las empresas ganadoras en la privatización en 2011. La constructora, mediante la unión con Nats, formó Ferronats y se hizo con dos lotes de aeropuertos, que comprendían las torres de Alicante, Valencia, Ibiza, Sabadell, Sevilla, Jerez, Melilla, Cuatro Vientos y A Coruña durante un período de cinco años.
Ferronats, la filial de Ferrovial que gestiona nueve torres de aeropuertos que fueron privatizadas en 2011, no quiere que sus trabajadores se afilien a la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA).
En una grabación a la que ha tenido acceso eldiario.es, el jefe de la torre de Sevilla amenaza a un controlador con que la afiliación a USCA puede "echarle a la puta calle". Sin embargo, asegura que no se trata de una amenaza, sino solo de una advertencia. Curioso lenguaje que permite enmascarar las verdaderas intenciones.
No se trata de la única evidencia de que Ferronats trata de disuadir a sus controladores de afiliarse a USCA e, incluso, toma medidas contra aquellos trabajadores más beligerantes. Eldiario.es ha visto varios correos electrónicos en los que los responsables así lo transmiten.
Por si fuera poco a esta forma de actuar típica de matones, restringiendo los derechos y libertades sindicales, se le suma la sobrecarga de tareas administrativas, falta de control de los descansos estipulados y turnos nocturnos que no se ajustan a la normativa pactada. Esta situación, dicen, produce en ocasiones "sobrecarga de trabajo y falta de tiempo de reposo estipulado”.
Según los controladores han de tener un descanso de media hora cuando dejan de controlar, pero es ese el tiempo que deben emplear en tareas administrativas que van desde traducciones a supervisar manuales o rellenar tablas de cuadrantes, y eso les acaba generando un cansancio extra.
Sin embargo a ojos de un delegado sindical de CCOO en una de las torres de Ferronats, este defiende la privatización como medio para sacar rendimiento y admite que se encargan del trabajo administrativo, pero dice que "nadie se queja". "Cumplimos estrictamente el 1001 y compatibilizamos las tareas administrativas con el descanso", dice el delegado, que actualmente ostenta un cargo de responsabilidad.
Tampoco sabe explicar por qué el convenio que firmaron no habla explícitamente de estas tareas.
Por su parte UGT ha renunciado a explicar su posición en el asunto.
La privatización y este sistema piramidal de contratación, e incluso subcontratación, está siendo habitual como medio de eliminación de todo tipo de derechos de los trabajadores gracias a la pasividad de las direcciones sindicales mayoritarias y su política de pactos con el capital.
Se está logrando llevar a mínimos tanto salarios como derechos, precarización generalizada, pero cuando se trata de trabajadores que tienen en sus manos la vida de miles de viajeros cada día, ese descanso debería estar garantizado.