Fernando fue asesinado a golpes por un grupo de jóvenes jugadores de rugby de clase alta. Este lunes se oyeron los duros relatos de los padres de la víctima. Y el tribunal rechazó el pedido de nulidad por parte de la defensa. Un crímen que conmocionó por su brutalidad y fue motivo de diversos debates.
Lunes 2 de enero de 2023 14:30
Este lunes 2 de enero comenzó el juicio el contra los ocho jugadores de rugby acusados por el asesinato del joven Fernando Báez Sosa el 18 de enero de 2020 en la localidad costera de Villa Gesell. El proceso se lleva a cabo en el Palacio de Tribunales de Dolores, provincia de Buenos Aires, con los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari, y está previsto que el debate oral finalice el 31 de enero. En el transcurso de este mes, serán citados a declarar 130 testigos.
Fernando Baéz Sosa fue golpeado hasta su muerte, a los 18 años de edad, por un grupo de jóvenes que, al momento de los hechos, rondaba su misma edad. Fernando se encontraba vacacionando con amigos en Villa Gesell, y según contaron sus padres, Silvino Báez y Graciela Sosa, lo habían ayudado con mucho esfuerzo a pagar el viaje, luego de que el joven había aprobado el CBC para la carrera de abogacía. Se trata de una familia de laburantes paraguayos, radicados en Argentina, que perdió a su único hijo.
Los acusados por el crímen de “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”, se encuentran detenidos en la Alcaldía Departamental La Plata 3. Son Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli, Ayrton y Luciano Viollaz, Ciro y Lucas Pertossi. Los jóvenes son hijos de familias con alto poder adquisitivo, oriundas de la localidad de Zárate. Entre las actividades de sus padres hay empresarios, un jefe de la Toyota y la exfuncionaria de la municipalidad Rosalía Zárate, entre otros. Otra clase social.
“Me llamó la atención que los presos me miraban hablar y no bajaban la mirada. Sentí como madre que no estaban arrepentidos para mirarme de esa manera”, dijo Graciela Sosa, madre de la víctima, luego de que declarara ante el Tribunal. Los familiares de Báez Sosa piden la pena máxima de prisión perpetua para los ocho acusados.
Primer día del juicio
En esta jornada, el Tribunal rechazó un segundo pedido de nulidad del juicio por parte del abogado defensor, Hugo Tomei, quien expuso como teoría del caso que “los acusadores no podrán probar el hecho tal fue descripto e imputado”.
Por su parte, los abogados querellantes, Fernando Burlando y Fabián Améndola, señalaron que ésta fue una maniobra para “dilatar el inicio de este proceso”.
Durante la exposición oral, se oyeron los conmovedores relatos de Silvino Báez y Graciela Sosa.
Declaración de la madre de Fernando
Declaraciones del padre de Fernando
Crímen de odio
Fabián Améndola dijo durante la exposición oral que, como abogados de la familia Baéz Sosa, habían tenido “posiciones encontradas” con la fiscalía de instrucción y que “algunas no fueron resueltas a nuestro favor, como por ejemplo, la calificante de odio racial”.
En el mismo sentido, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) emitió un comunicado éste mismo lunes.
“Desde el INADI entendemos que aunque la carátula no contemple el homicidio agravado por el odio racial no debemos olvidar que al grito de ’es un negro de mierda mátenlo’, según imágenes y testigos, el 18 de enero, pasadas las 5 de la madrugada, Fernando fue atacado por la espalda, a patadas y brutales golpes que le originaran su muerte, en un claro ataque racista” -dice el texto.
A pesar de las evidencias que muestran un odio xenófobo y de clase, por parte de los victimarios hacia el joven Fernando Báez Sosa, por el momento no han sido contempladas como agravantes en el caso.
Debates
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Los grandes medios de comunicación que muchas veces sostienen líneas editoriales en defensa de la baja en la edad de imputabilidad o exigen mayores penas en torno a lo que califican como “inseguridad”, repentinamente comenzaron a cuestionar el estado deplorable de las cárceles y la violación a los derechos de los presos, mostrando un tratamiento diferencial con acusados que son de otra clase social.
A su vez, por parte de algunos sectores progresistas que suelen rechazar la brutalidad del sistema penitenciario y, sobre todo en redes sociales, se instaló un clima de “ojo por ojo”.
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En estos casi tres años, la familia Baéz Sosa ha convocado numeras movilizaciones para exigir justicia por el asesinato de su hijo Fernando.