Tras seis días de movilizaciones, este domingo cayó el Gobierno ilegítimo de Manuel Merino en Perú. Las bancadas del Congreso, que debían designar una nueva mesa directiva y un nuevo presidente, no se pusieron de acuerdo profundizando la crisis y el vacío de Gobierno.
Lunes 16 de noviembre de 2020 07:47
Perú vivió seis días de movilizaciones que sacudieron la historia moderna del país, dejando al desnudo el agotamiento del régimen neoliberal heredado de la constitución fujimorista de 1993. La destitución del presidente Martín Vizcarra hace una semana, mediante un proceso de moción de censura en el Congreso, y la posterior asunción de quien fuera presidente del Parlamento Manuel Merino, desató protestas que crecieron con los días y fueron brutalmente reprimidas. Las pancartas denunciando la corrupción enquistada en todos los órganos del poder político, la ilegitimidad de Merino y los pedidos de una asamblea constituyente se multiplicaron. Las movilizaciones tuvieron su punto más alto el último sábado cuando la brutal represión policial se cobró la vida de dos manifestantes. Este hecho profundizó más la bronca en la calle y terminó provocando la caída de Merino el domingo al mediodía, cuyo interinato solo duró cinco días.
A la caída del ilegítimo Gobierno de Merino le siguió una frenética negociación entre las distintas bancadas del desacreditado Congreso peruano para elegir una nueva mesa directiva del órgano legislativo, que sería quién daría el nombre del presidente interino del país. Tras horas de "rosca parlamentaria" todo parecía haber llegado a un acuerdo que se sometería a votación con una lista encabezada por una candidata del neorreformista Frente Amplio junto con formaciones de derecha como el Partido Morado (que apoyaba al expresidente Vizcarra). Sin embargo, la lista no llegó a juntar siquiera los 60 votos necesarios y el país quedó con un vacío de Gobierno, sin presidente ni mesa directiva del Congreso. Este lunes se abrirán nuevas negociaciones en el Parlamento, mientras su descrédito e ilegitimidad se profundiza a los ojos de la sociedad peruana.
En la madrugada se anunció que se suspende la sesión parlamentaria hasta las 14 (hora local) de este martes, y que los portavoces de cada bancada se juntarán nuevamente a partir de las 10 para intentar desbloquear una salida.
Se suspende la sesión del #PlenoVirtual hasta las 14:00 horas.
La Junta de Portavoces se desarrollará a las 10:00 horas. pic.twitter.com/F797Lzmylv
— Congreso del Perú (@congresoperu) November 16, 2020
La calle y el palacio
Mientras en el Congreso se confirmaba el vacío de Gobierno, miles de jóvenes se seguían movilizando y hacían vigilias en diversas plazas de Lima y del interior del país arengando contra la corrupción de la denominada “clase política” y denunciando los asesinatos, presos, heridos y al menos siete desaparecidos de la jornada anterior.
Recordemos que el factor que acelero la renuncia de Merino, fue el asesinato de dos jóvenes estudiantes por la policía nacional cuando estos se movilizaban en la noche del pasado sábado 14 de noviembre junto a miles de manifestantes por el centro de Lima. A raíz de este hecho, muchos de los Ministros renunciaron a sus cargos y el congresista Luis Valdés Farías (presidente, en ese entonces, del parlamento) llamo a Merino a renunciar y anuncio que el también renunciaría a su investidura como presidente del Parlamento. Presionado por estos sucesos, al mediodía del domingo, Manuel Merino renuncio de manera irrevocable a la presidencia.
La ira popular que se focalizo en la persona de Manuel Merino y en los 105 Congresistas que votaron a favor de la vacancia (destitución) de Vizcarra, se basa en que la mayoría de la población los percibe a todos ellos como parte de los políticos corruptos ansiosos de controlar hegemónicamente el poder legislativo y el poder ejecutivo para salvaguardar sus intereses económicos. De esta manera, se terminó asumiendo de manera implícita que ninguno de estos 105 parlamentarios debería participar en la nueva mesa directiva, por esa razón no fueron considerados y solo se tomaron en cuenta a quienes no votaron por la vacancia.
Así pues, se terminó presentando una lista única, la cual quedo constituida de la siguiente manera; Rocío Silva Santisteban del Frente Amplio (a la presidencia); Francisco Sagasti del Partido Morado (a la 1era vicepresidencia); Luis Roel de Acción Popular (a la 2da vicepresidencia) y Yessica Apaza de UPP (a la 3era vicepresidencia). Si esta lista resultaba electa con los 66 votos requeridos, Roció Silva se convertía inmediatamente en la primera presidenta mujer de la Republica y Francisco Sagasti sería el presidente del Parlamento. Sin embargo, no alcanzaron los votos requeridos, lo cual obligó a que se abra un cuarto intermedio para que los congresistas busquen una salida a este impase que les impide designar un nuevo presidente del Perú.
Rocío Silva Santisteban, quien hace parte de la bancada del Frente Amplio pero que no voto por la vacancia de Vizcarra, era vista por algunos sectores como una figura que podría aplacar la ira juvenil y con ello contribuir a la desmovilización social, esto debido a su condición de docente universitaria, a su vinculación con las organizaciones de derechos humanos y por sus posiciones liberales de izquierda. Santisteban es considerada por la gran prensa y por algunos sectores empresariales como una política de la “izquierda seria y moderna” ya que es una asidua defensora de la institucionalidad democrática, por esa razón, desde que llego al parlamento se mostró muy cercana a las políticas de Martin Vizcarra.
Esta fallida elección de la mesa directiva, contribuye a deslegitimar aún más al grueso del Parlamento y seguramente abonara el descontento social.
Desde la Corriente de Socialista de las y los Trabajadores de Perú (CST) creemos que ninguno de los congresistas que termine siendo elegido como presidente es una garantía para el pueblo trabajador ya que todos ellos hacen parte de la casta de políticos al servicio de los empresarios. Solo la imposición de una Asamblea Constituyente Libre y Soberana nos abrirá un camino hacia cambios más de fondo que beneficien a las grandes mayorías explotadas y oprimidas, y para que esta Constituyente sea convocada necesitamos un gobierno de emergencia nacido de la movilización social y que esté constituido por los trabajadores y los sectores que luchan, es por esto que es importante que la CGTP y las otras centrales sindicales aprueben cuanto antes un Paro Nacional para acabar con los corruptos y con el régimen de 1993 heredado por el fujimorismo.
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