Millones de trabajadores reciben un salario por debajo de la línea de bienestar, un tema fundamental en el cual los cuatro candidatos a la presidencia han planteado sus propuestas.
Viernes 15 de junio de 2018
Según el instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el primer trimestre del 2018 se registran 8 millones 645 mil 273 personas ocupadas que ganan el salario mínimo (88.36 pesos al día) y el 45% de la población ocupada, percibe dos salarios mínimos.
Uno de los salarios más bajos de América Latina, incluso más bajos que en China, que ha constituido la punta de lanza del gobierno saliente de Enrique Peña Nieto para atraer inversión extranjera.
En marzo, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, puso sobre la mesa una condición para la industria automotriz en el marco de la renegociación del TLCAN: salarios equivalentes a 15 dólares la hora (alrededor de 270 pesos).
Es en este marco que los candidatos a la presidencia vierten sus propuestas. El único punto en el que coinciden los candidatos es justamente en subir el salario mínimo y recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores.
El candidato José Antonio Meade no le ha puesto monto a su propuesta y se ha limitado a comentar que es necesario que el salario aumente en proporción a la competitividad, prometió más empleos, mejor pagados y con seguridad social.
Por su parte, Ricardo Anaya presentó inicialmente una propuesta de aumentar el salario mínimo a 100 pesos diarios y un aumento gradual hasta llegar a los 190 pesos, además de quitar el Impuesto Sobre la Renta (ISR) a las personas ganen menos de 10 mil pesos al mes. En el último debate, agregó que duplicaría el salario mínimo (176 pesos).
Jaime Rodrigues “El Bronco” pasó de la propuesta de “eliminar el salario mínimo” para decir que subirá el salario mínimo a 350 pesos diarios y eliminaría el ISR para quienes ganen 12 mil 500 pesos.
Por último Andrés Manuel López Obrador, ha comentado que es necesario duplicar el salario mínimo. Sin embargo, ha respaldado en varias ocasiones la propuesta de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) para aumentar el salario de manera responsable y gradual.
Según la última encuesta de Ingreso-Gasto de los Hogares en México, el promedio del gasto trimestral por hogar es de 28 mil 143 pesos, 9 mil 380 pesos mensuales. Incluso con el aumento al doble que plantean Anaya y AMLO no alcanzarían a cubrir ni la mitad de la canasta básica.
No hablemos de los gastos cada vez más elevados de luz y gas, así como el pago de predio, renta, transporte, educación y salud.
Ninguna de las propuestas de los candidatos a la presidencia logra satisfacer las necesidades básicas de las familias trabajadoras. No hay una propuesta que pueda darle salida a los salarios castigados que perciben millones de trabajadores en el país.
¿Por qué no hay una propuesta superior? Porque para ganar las elecciones es imposible que alguno de los candidatos se plantee una ruptura más clara con los empresarios, es decir, ninguno se va a apostar a cuestionar las millonarias ganancias que empresarios extranjeros y nacionales se llevan a costa de la explotación de millones de trabajadores que por jornadas laborales que rebasan las 8 horas, sin seguridad social ni contrato (outosurcing), reciben un salario de miseria.
¿En la coyuntura electoral la única propuesta es subir el salario mínimo al doble o a 350 pesos? No, en el distrito 32 de Coyoacán, la candidatura independiente de la maestra de secundaria, Sulem Estrada, plantea un aumento salarial acorde a la canasta familiar y que se ajuste a la inflación. Aunado a esto, propone una jornada laboral de 6 horas al día, 5 días a la semana y que las horas laborales se repartan entre empleados y desempleados, para acabar también con el desempleo.
Sabemos que esta propuesta no va a venir por el simple hecho de presentarla o de aspirar a tener una “mayoría en el congreso”, es necesario plantearnos la organización de los trabajadores, las mujeres y la juventud para arrancar lo que nos pertenece y al servicio de esa perspectiva esta puesta esta candidatura.
Esta candidatura local demuestra que es posible levantar un programa político distinto, que, confiando en las fuerzas de trabajadores, mujeres y jóvenes, hemos tenido el apoyo de miles de personas que adhieren a una propuesta que cuestiona profundamente los privilegios de la casta política y del empresariado.