Este jueves alrededor del mediodía, un joven estudiante que cursaba el segundo año de la carrera de Medicina en Ciudad Universitaria de la UNAM, se quitó la vida al lanzarse de un balcón de la facultad.
Jueves 23 de junio de 2022
La formación de médicos bajo la lógica capitalista, de mercado y deshumanizante, llega al límite de provocar que los que estudian para salvar vidas, decidan renunciar a la propia.
Hasta el momento la universidad ha informado que ya fueron contactadas las autoridades ministeriales, que las clases y actividades fueron suspendidas y que se mantiene “atenta y ocupada ante el creciente índice de casos de personas con problemas de salud mental”.
Sin embargo, es bien sabido que la depresión y los problemas de salud mental son más que comunes en las carreras de medicina en general y en particular en la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, donde la norma es la competencia, una presión académica exorbitante y pésimas condiciones para los internados, el servicio social y las residencias.
En junio del 2019, hace casi exactamente tres años, una alumna de la FM intentó suicidarse del mismo modo y también en las instalaciones de la facultad, sin embargo fue disuadida por lo que no logró su cometido. La joven intentó quitarse la vida después de reprobar un examen.
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Esta es una brutal expresión de lo que la lógica mercantil en la educación y en particular en la formación de profesionales de la salud, genera a nivel subjetivo en las y los estudiantes de esta carrera. La presión por tener un alto promedio y de esa forma poder realizar una residencia en la Zona Metropolitana, para evitar de esta forma tener que desplazarse a la periferia del país, donde las condiciones laborales y de inseguridad son aún peores, claramente va en detrimento de la salud mental de quienes quieren formarse como médicos o médicas.
En este contexto, resultan indignantes las declaraciones del presidente en semanas pasadas acusando a los estudiantes de la UNAM de no querer trabajar durante la pandemia y de rehusarse a ir a lugares pobres del país para realizar sus residencias.
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México es uno de los países con una mayor tasa de suicidios, en 2020 se calculaba que al año 7 mil personas se quitan la vida en el país. A nivel mundial se suicida una persona cada 4 segundos y esta es la segunda causa de muerte en jóvenes de entre 15 y 29 años.
Esto no es ninguna sorpresa si pensamos en el futuro que le espera a la juventud, lleno de incertidumbre laboral, de crisis económicas, un contexto de guerra a nivel internacional y de un deterioro descomunal del medio ambiente. Es urgente organizarnos y pelear por un mundo distinto, donde la ansiedad y la incertidumbre no sean nuestro único presente.
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En el caso de la formación de los futuros y las futuras profesionales de la salud, la pandemia terminó de demostrar a nivel mundial las catastróficas repercusiones de un sistema de salud golpeado durante décadas de políticas neoliberales que ha tenido como resultado el deterioro de la atención de clínicas y hospitales pero también de las condiciones laborales de este sector.
Los futuros profesionistas no pueden ser formados bajo una lógica de mercado y deshumanizante, es necesaria una educación integral para las y los estudiantes de medicina, a la par de un incremento de emergencia a la salud pública del país para garantizar condiciones dignas tanto para los pacientes como para todo el personal de salud.
Nota en desarrollo