Este lunes se conoció el documento del gobierno de Milei en respuesta a los pedidos de cambios a la Ley ómnibus que le hicieron los bloques del PRO, UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal. Algunos medios destacan que hay cambios “positivos” en los artículos “de cultura”, pero lo principal del proyecto se mantiene y en muchos casos es peor que el original. La cultura sigue movilizada y va al paro este 24
Cecilia Rodríguez @cecilia.laura.r
Lunes 22 de enero 19:03
Imagen: Enfoque Rojo
Por la mañana de este lunes se conoció el documento del gobierno de Milei, en respuesta a los pedidos de cambios a la Ley ómnibus que le hicieron los bloques del PRO, UCR, Hacemos Coalición Federal (liderado por Pichetto) e Innovación Federal (ligado a gobernadores cercanos o con terminales con Sergio Massa). Fue tras una semana intensa de negociaciones entre funcionarios y estos bloques, que desfilaron por el despacho del presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem.
Uno de los temas que aborda el documento son posibles modificaciones a los artículos que afectan a trabajadores de la cultura y artistas de todo el país. El sector se encuentra estado de rebelión, asambleas y lucha en las calles, y va a sumarse activamente al paro del 24, tanto en una columna de cultura organizada por la CGT como en la columna de Unidxs por la Cultura, que marchará de modo independiente a las conducciones sindicales bajo la consigna “plan de lucha hasta que caiga el DNU, la Ley Ómnibus y el protocolo represivo”.
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Algunos medios plantean que las modificaciones que se vienen a la Ley Ómnibus significan una “derrota” de la política cultural del gobierno. Sin embargo, el borrador mantiene lo esencial del proyecto original y en algunos casos lo empeora.
Aquí aportamos una primera lectura de las modificaciones propuestas, teniendo en cuenta que el documento que circula no es oficial y que el proyecto definitivo puede ser otro.
Se mantiene el cierre del INT aunque presentada con el eufemismo de un “traspaso” de sus funciones y recursos a la Secretaría de cultura. El resultado es el mismo: deja de ser un ente autárquico. Contradictoriamente, si “traspasan” a los trabajadores del INT a la Secretaría de cultura, pasarían a ser trabajadores del Estado. Entonces el gobierno miente y sí quiere agrandar la planta del Estado, o miente y no hay “traspaso” sino despidos y cierre del organismo.
Se mantiene la derogación de la Ley de protección a la actividad librera, por lo que el precio de los libros aumentará eventualmente sin techo, se concentrará el mercado en las dos multinacionales del libro en español (Random, Clarín) y cerrarán librerías y editoriales independientes (en Inglaterra cerraron un tercio de las librerías luego de que liberaran los precios). Esto traerá mayor ruina a escritores y escritoras que ya en muchos casos trabajan gratis.
El Fondo Nacional de las Artes (FNA) ya no se cierra pero se desfinancia. Además se mantiene el desfinanciamiento del INCAA (cine), el INAMU (música) y la CONABIP (bibliotecas populares) por la vía de colocar un tope del 20% para los gastos de funcionamiento interno.
Lo más grave es que el desfinanciamiento puede terminar siendo peor que en el proyecto original. La Ley contiene una trampa: si se aprueba un tope de gastos sin establecer un mínimo de ingresos, el camino es el vaciamiento de estos organismos. Este peligro es más que concreto: recordemos que dentro de los superpoderes que la UCR, el PRO y Pichetto están dispuestos a conceder al gobierno se incluye la facultad de derogar por decreto las asignaciones específicas a la cultura.
Si se aprueba el tope sobre los gastos y luego el gobierno deroga por decreto la mayor parte de los ingresos de estos organismos (asignaciones específicas), ese tope del 20% se aplicará sobre una base virtualmente inexistente, por lo que el resultado solo puede ser el cierre de hecho de estas instituciones (1).
Imagen: una de las comisiones en la asamblea de Unidxs por la cultura el sábado 20 en Congreso. Foto de Enfoque Rojo.
Es preciso insistir sobre este punto: en las modificaciones se incluye en el artículo 6 de “Reforma del estado” el punto g), que faculta al Poder Ejecutivo Nacional a “transformar, modificar, unificar o eliminar asignaciones específicas, y/o revertir sus recursos a Rentas Generales”, por lo que se retrocede de lo ya conquistado y votado por el Congreso Nacional en 2022 con respecto a las asignaciones específicas que sostienen a los institutos de Cultura. Con esta disposición, de un momento a otro el PEN puede quedarse con todos los recursos presupuestarios de Cultura y destinarlos al pago al FMI o a beneficios a sus amigos empresarios. Se trata de un robo a los artistas y trabajadores de la cultura, ya que esas asignaciones específicas no provienen de impuestos al pueblo trabajador sino que son recursos mayormente autogenerados por la actividad cultural.
En el caso de la producción cinematográfica, que es el área de la cultura que más puestos de trabajo genera , el proyecto “modificado” mantiene lo esencial.
Además de desfinanciar, por otra vía, al INCAA, se mantiene que los que acceden a subsidios deben cubrir el 50% del costo de producción, por lo que priva de recursos al cine independiente, en favor de las grandes productoras.
Mantiene la derogación de artículos sobre distribución y exhibición, que da vía libre a que las salas de cine estén ocupadas 100% por las megaproducciones, en general norteamericanas.
Mantiene la derogación de las categorías de películas de interés especial, cortometrajes, y noticieros cinematográficos de producción nacional, o sea producciones de contenido educativo y de interés social en general.
Estas medidas reducirán fuertemente el desarrollo del sector audiovisual que genera 94 mil puestos de trabajo de modo directo, 174.000 puestos de trabajo indirectos y más de 365.000 en actividades inducidas.
Paro y plan de lucha
Sin respuestas del Congreso, la calle va ganando terreno como lugar donde se dirime el futuro. El paro y la movilización de este miércoles tienen como motor central el rechazo al DNU y la ley ómnibus, y la cultura viene siendo una de las protagonistas de esta pulseada.
Después del cacerolazo cultural en 80 ciudades, este sábado se realizaron asambleas y acciones culturales en Plaza Congreso y varias localidades de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Jujuy, Tucumán, Córdoba, Santiago del Estero, San Juan, Neuquén Chubut y Mendoza.
En Congreso se desarrolló la asamblea presencial más masiva de Unidxs por la Cultura desde la asunción de Milei. Allí se votó no solo movilizar este 24 sino además una serie de medidas para continuar con el plan de lucha: propuesta a todos los sectores de la cultura para seguir en las calles.
Entre las medidas votadas, se destacan la de autoconvocarse frente al Congreso Nacional cuando se traten la ley o el DNU, exigiendo a los sindicatos que convoquen a paro ese día, y la convocatoria a una gran Marcha Cultural Federal.
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(1) Para dar solo un ejemplo, según datos del FNA, los gastos internos de funcionamiento son fijos y lo que varían son los ingresos totales. Si se observan los datos históricos del periodo 2010-2022, la relación entre gastos internos y prestaciones a artistas se mantuvo estable en una relación promedio de 60-40. El único año en el que este organismo cumplió la meta de gastar menos del 20% de los ingresos en su funcionamiento interno fue el año 2020, cuando debido a la pandemia se realizaron aumentos de emergencia a los ingresos del organismo. Al aumentar los ingresos, se reduce el porcentaje de lo que se gasta, que es fijo, en relación con las prestaciones a artistas. Poner un tope de gastos sin un piso de ingresos es una trampa que lleva a vaciar estas instituciones y que no existan recursos ni para gastos ni para prestaciones.