El 30 de octubre de 1960 nacía Diego Maradona, un zurdo que desde chico, pintaba ser distinto a todos y que, amigos, hermanos y porque no rivales sabían que iba ser el llamado mejor de la historia.
Domingo 30 de octubre de 2016 17:56
Un 30 de octubre de 1960 es una fecha inolvidable para los amantes del fútbol mundial, una fecha en que se descubrió que los “Marcianos” existen, que hay vida en otro planeta y cayó en suelo argentino, precisamente en Villa Fiorito. Un zurdo que pintaba desde chico ser diferente a todos, desde ese momento sus amigos, hermanos y porque no rivales sabían que iba ser el llamado mejor de la historia.
La verdad que uno se pone a pensar en lo que es su vida pero, ¿por qué tengo que juzgar a alguien por sus errores?, ¿por qué yo tengo que señalar con el dedo lo que hizo con su familia? Yo solo puedo juzgarte en la cancha por cómo fue tu desempeño como jugador o técnico. Es difícil poder ser objetivo pero por más que lo sea, las palabras serían todas las más trilladas porque no existen calificativos para describir lo que fuiste en la cancha, no sólo para los argentinos sino para el mundo entero, si cuando viajamos a otros países decimos que somos argentinos y nos dicen, “Maradona”.
Sos un símbolo del fútbol, de ese fútbol que el mundo desea practicar, pero creo que estoy equivocado como la mayoría de las personas, vos jugabas a la “pelota”, ese hermoso juego que desde chico jugamos y luego fue llamado fútbol, pero para vos siempre fue eso, jugar a la pelota. Supiste ser siempre un niño que ama a su juguete y que no quiere dejarlo ir. Alguna vez una famosa banda de rock dijo “danza el diez con su mujer” y si eso era una danza de una persona que ama a su mujer, que la cuidaba y la mimaba que la llevaba a su lecho de amor que era la red.
Vos jugabas a la “pelota”, ese hermoso juego que desde chico jugamos y luego fue llamado fútbol, pero para vos siempre fue eso, jugar a la pelota.
Recuerdo desde mi niñez, que me decían que no hay que hacer trampa para sacar ventaja frente al rival o cuando estudiaba. Se siente un mal sabor ganar de una manera deshonesta gracias por enseñarme esos valores, pero acá voy contra un problema moral, si está mal hacer trampa, ¿por qué festejamos toda la vida un gol con la mano? Toda mi vida siempre me hice esa pregunta, pero a lo largo de los años me di cuenta que no fue un simple gol con la mano, fue un gol que hizo que nuestro dolor por la pérdida de los pibes de Malvinas duela un poquito menos. Porque nuestro amor por este deporte nos hace pensar, de esta manera, que le robamos donde más les duele, le robamos al creador de este deporte y a ellos les duele ese robo.
Los que amamos este deporte, sé que piensan como yo, que no nos interesa lo que sea tu vida afuera del campo, que no nos importa en qué gastas tu dinero o tus problemas familiares, yo solo sé que te agradezco por hacer feliz a este país, por siempre representarnos de una manera increíble y dejarnos en lo más alto del fútbol.
Por eso señoras y señores como dice el gran escritor Eduardo Sacheri me van a tener que disculpar porque nosotros los amantes de la pelota, nunca te vamos a juzgar con la misma vara que a todos.