El 29 de octubre de 2020 la Policía Bonaerense de Axel Kicillof ingresaba al predio de Guernica para desalojar a las familias que ocupaban el terreno ante la falta de vivienda. Once meses después, las imágenes de topadoras enviadas por Larreta derribando las viviendas precarias en una toma del Barrio 31 volvieron a mostrar cuál es la respuesta compartida por espacios políticos.
Viernes 1ro de octubre de 2021 21:26
Por la mañana del jueves, con un megaoperativo policial de miles de efectivos,la Policía de la Ciudad desalojaba a las familias y niños que ocupaban un terreno abandonado en el Barrio 31. Sin previo aviso, topadoras avanzaron sobre las viviendas precarias levantadas destruyéndolas por completo, mientras la Policía de Larreta reprimía a las familias desalojadas. En la Ciudad más rica del país, la respuesta por parte del Estado fue la represión y el desalojo de 80 mujeres con 175 niñas y niños de la toma “Fuerza de Mujer”, tal como ellas decidieron llamarla.
Además del común desprecio de ese espacio político hacia los sectores más pobres, la respuesta ordenada por el Jefe de Gobierno está directamente ligada a su política para beneficiar a los grandes grupos inmobiliarios y la construcción de torres de lujo en la Ciudad.
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Los gobiernos responden con represión al reclamo de vivienda de las familias trabajadoras que no tienen donde vivir. Hoy en la ciudad lo hace Larreta, hace un año Kicillof y Berni desalojaban Guernica. En Berlín expropian a los especuladores inmobiliarios. Es por ahí https://t.co/hI5tuj8Xiv
— Nicolas del Caño (@NicolasdelCano) September 30, 2021
Pero esta respuesta represiva a la falta de vivienda que sufren millones de familias en el país, no es exclusiva de Larreta ni de Juntos por el Cambio. Casi un año atrás, a fines de octubre de 2020, las topadoras, los palos, las balas y los gases fueron también la “solución” que el Gobierno de Axel Kicillof dio a las cientos de familias que ocupaban el predio de Guernica.
Ese día, las precarias casillas fueron incendiadas por la Policía Bonaerense bajo las órdenes del excarapintada Sergio Berni. Hubo heridos, detenidos, mientras algunas madres huían como podían con sus hijos. Esas imágenes echaron por tierra los discursos de campaña del Frente de Todos sobre que “primero, los últimos”.
Discursos de campaña y planes de vivienda lejos de una real solución
Según anunció el Gobierno en diciembre de 2020, durante su mandato serían entregadas unas 264 mil viviendas. Esto sería a través del conjunto de programas vigentes y a través del Fondo Nacional de la Vivienda (FONAVI). El ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi había prometido en el mismo sentido la construcción de 75 mil viviendas por año a partir del 2022. ¿Esos números son suficientes para dar respuesta al reclamo habitacional?
La cifra actual del déficit habitacional basada en el censo 2010 (en el 2020 no hubo por la pandemia), es de 3,5 millones de hogares. Si se lograra sostener el plan de entregar 75 mil casas por año y los sucesivos gobiernos continuaran con ese ritmo, solucionar el déficit habitacional actual llevaría 46 años, mientras que si se avanzara de a 264 mil viviendas (como anunció el Gobierno) por mandato presidencial se necesitarían 52 años… Esto sería incluso suponiendo que el déficit habitacional se mantuviera en los mismos niveles.
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Las promesas oficiales contrastadas con las duras cifras del déficit habitacional, muestran que desde el Gobierno nacional no se busca dar una salida real a esta situación que afecta a millones de personas a lo largo del país. Los discursos de campaña se vuelven palabras vacías cuando en la realidad la respuesta tanto del Frente de Todos como de la oposición de Juntos por el Cambio viene siendo el desalojo y la represión a quienes ocupan un terreno, como se vio en Guernica y el Barrio 31, que son tan solo dos de decenas de casos en lo que va del año. Mientras, ambos espacios políticos garantizan los negocios de los grandes grupos inmobiliarios.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario