En Tucumán, el presidente habló durante los actos de conmemoración por el Día de la Independencia. Además, realizó forzadas comparaciones históricas entre 1816 y la actualidad.
Martes 9 de julio de 2019 10:44
Este martes por la mañana, en Tucumán, el presidente Mauricio Macri y el gobernador Juan Manzur fueron los oradores en un acto destinado a conmemorar el Día de la Independencia.
Se llevó a cabo en la histórica Casa de Tucumán, donde se firmó la declaración de la independencia el 9 de julio de 1816. En la primera fila de los presentes se encontraban Juliana Awada, esposa de Macri, Miguel Ángel Pichetto, candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, y varios integrantes del gabinete nacional.
En un discurso más que breve, el gobernador tucumano habló en tono positivo de lo que llamó la “nueva Argentina federal”. Además, rindió homenaje al ex presidente Fernando de la Rúa, fallecido en la madrugada de este martes.
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Manzur habló de un “profundo dolor” y recordó al dirigente radical como “un hombre de la democracia, que a través del voto popular, llegó a ocupar la máxima magistratura”.
Luego tomó la palabra el presidente Macri, que se refirió a a Fernando de la Rúa como “una buena persona” y “un dirigente bienintencionado”.
Hay que recordar que, en diciembre de 2001, De la Rúa fue echado por la movilización popular. Esto ocurrió luego de haber decretado el estado de sitio y ordenado una represión que dejó decenas de muertos en todo el país. Esto hecho en defensa de una política de ajuste para garantizar los pagos al Fondo Monetario Internacional y los grandes acreedores externos.
Posteriormente el presidente intentó trazar un paralelo entre los hechos y debates que tuvieron lugar en 1816, en el momento previo a la declaración de independencia, y la actualidad.
Las comparaciones históricas, forzadas al límite de lo posible, fueron hechas en función del discurso electoral de Juntos por el Cambio. Así, Macri recurrió a afirmaciones trilladas como decir que “nunca es fácil una transformación tan grande, de cosas tan arraigadas que llevan décadas”.
No es la primera vez que el presidente recurre a comparaciones históricas forzadas para dar sustento a su discurso político. Se trata de un pobre intento de inyectarle épica a un proyecto que, como el conjunto de las fuerzas políticas patronales, se propone garantizar la continuidad de los planes de ajuste del FMI.