En junio las exportaciones sumaron 8.432 millones de dólares, con una suba interanual del 20,3 %, y las importaciones alcanzaron los 8.547 millones de dólares, lo que representó un alza del 44,6 %. Así, la balanza comercial registró un saldo negativo de US$ 115 millones. En medio de la corrida cambiaria se confirma la situación crítica del Gobierno para aumentar las reservas del Banco Central y poder cumplir con el FMI.
Matías Hof @HofMatias
Miércoles 20 de julio de 2022 18:30
En medio de una disparada de las importaciones, la balanza comercial registró el primer saldo negativo desde diciembre de 2020 a la fecha, el mismo fue de US$ 115 millones, informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). "Las importaciones se incrementaron 44,6 % respecto a igual mes del año anterior como consecuencia de una suba de 26,4 % en los precios y de 14,6 % en las cantidades", destacó el organismo oficial.
El total de importaciones creció en el semestre en US$ 12.685 millones. El 33 % del aumento estuvo explicado por combustibles y lubricantes (más US$ 4.246 millones), el 15% por bienes intermedios de las industrias (US$ 1944 millones), el 10 % por bienes de capital en máquinas, aparatos y material eléctrico (US$ 1.200 millones) y el 9,5% por piezas y accesorios para bienes de capital de máquinas y material eléctrico (US$ 1.200 millones).
En este marco, el resultado del intercambio comercial a lo largo del primer semestre del año marcó un saldo positivo de US$ 3.093 millones, frente a los US$ 6.774 millones de enero-junio del 2021. La norma del Banco Central (BCRA) que estableció mayores restricciones al pago de las importaciones fue oficializada el 27 de junio, por lo que recién comenzarán a percibirse los efectos con los datos de la balanza comercial de julio.
El Estado viene intentando distintas medidas para moderar este problema controlando las importaciones, pero además del poder de las empresas para sortear estos controles, cerca de un tercio de las compras al exterior corresponden a hidrocarburos indispensables para producir energía, cuyos precios vienen aumentando de forma abrupta. En el primer semestre del año el segundo producto que más dólares insumió fue el gas natural licuado que lo hizo en US$ 1.044 millones, explicando el 8,2% del aumento total de importaciones; a su vez la importación de gasoil creció un 240 %.
#DatoINDEC
Comercio exterior: en junio de 2022, la exportación creció 20,3% interanual; y la importación, 44,6% https://t.co/GSfphEub8B pic.twitter.com/bCNgIsXDpM— INDEC Argentina (@INDECArgentina) July 20, 2022
El empeoramiento de la balanza comercial vuelve a expresar los límites históricos de la economía argentina que depende de insumos del exterior por su baja producción de energía y el atraso de la industria. Si bien la importación de productos terminados implica un porcentaje menor de las compras exterior, los componentes para ensamblarlos (autopartes, insumos para la producción de celulares) o las máquinas para fabricarlos son indispensables debido a la falta de tecnología en el país para producirlos.
Sin embargo, el comercio exterior por sí mismo no explica la falta de dólares, ya que en el largo plazo los resultados son positivos. El problema es que ese saldo no alcanza para cubrir la sistemática pérdida de divisas por vías financieras. Esta se debe a la fuga de capitales a guaridas fiscales, la simulación de pagos de deuda al exterior para sacar dólares baratos del país, la remisión de ganancias de las empresas extranjeras que operan en el país y los pagos de deuda externa del Estado (como los dólares que el Fondo Monetario le exige al Gobierno acumular para cumplir con el programa pactado).
Esta extracción constante de recursos es imposible de frenar sin establecer un monopolio estatal del comercio exterior. Una medida de este tipo permitiría al Estado tener una capacidad real de control al ser el único habilitado para exportar e importar y dando la posibilidad de planificar qué comprar afuera y qué no. Abriendo así el camino, junto a otras medidas, de planificar el comercio exterior en función de las necesidades de las grandes mayorías y ya no de unos pocos millonarios.
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