Alonso Enrique Hernández, padre con 40 años de edad que, con hepatitis hepática crónica, fue internado en el hospital público Carlos Cisternas de Calama. Allí, pasó 4 días internado para ser dado de alta. Al llegar a casa, con un amplio recetario de pastillas de gran impacto sobre el hígado, fueron suficientes 2 días para que él debiera volver a ser internado en el hospital. Allí no se les da una respuesta satisfactoria a la familia, motivo por el cual es trasladado a la clínica Andes salud el Loa.
Martes 26 de octubre de 2021
Ahora en la clínica, Alonso recibe el diagnóstico correcto. Pero hay un problema, la clínica, lugar donde se esperaba que se le diera el tratamiento correcto, resulta no tener el equipo necesario para salvarle la vida a Alonso, quien necesita una diálisis con urgencia. Ya contra el tiempo, la familia busca soluciones, a lo cual, la opción que parece disponible, y lógica, es volver al hospital donde fue llevado en un principio, donde poseen el equipo para una diálisis. Sin embargo, la dirección del hospital no habilitó una cama UTI para Alonso, motivo por el cual, el sábado 23 de octubre, Alonso supera el punto de recuperación, noticia que además, con tardía, es entregada a la familia.
La razón de que no se aceptara tratar a Alonso en el hospital, según los administrativos que hablaron con la familia, es por que se lo retiró y derivó a otro consultorio. Sin embargo, la familia argumentó que el hospital no le dio un diagnóstico claro, ni indicación de tratamiento alguno, más que los fuertes medicamentos recetados y destinados al hígado, cosa que solo le hizo empeorar la hepatitis. Luego, teniendo la capacidad de rescatarlo, le niegan el tratamiento correspondiente, tratamiento que, por la mala atención entregada, debería haber sido una cortesía, sin mencionar que es el único lugar que podía haberlo tratado. Martina, madre de Alonso, considera que su error fue sacarlo del hospital en un principio, sin embargo, de no haberlo hecho, jamás sabrían que lo que él necesitaba era diálisis constante, a la espera de un trasplante de hígado sano.
Dejando sobre los hombros de la familia de Alonso una deuda de 7 millones y medio de pesos, la negligencia de la dirección del hospital, que, coincidentemente trabaja de manera coordinada con la dirección de la clínica, dan a pensar que buscaban el cobro de los procedimientos e insumos dedicados a él, más que de buscar la recuperación de un paciente en grave estado.
¿Caso aislado de negligencia o precarización de la salud pública dirigida bajo lógicas empresariales?
Está claro que el hospital le negó una atención correspondiente a Alonso pero ¿Fue realmente a propósito de cobrar? Si bien no se puede afirmar esto, siguen dejando una deuda a una familia trabajadora con condiciones que dificultan costear los procedimientos que, tarde, mal y nunca salvaron a su querido.
Tampoco podemos obviar la crisis que posa sobre la salud pública en Chile, crisis que recae principalmente en las y los trabajadores del área de la salud como doctores, enfermeros, TENS, auxiliares de aseo, etc. El fin del estado de excepción trajo consigo una gran disminución de los recursos destinados a la salud pública, disminución que llevó a más de 9000 despidos a nivel nacional, principalmente de trabajadores a honorarios, quienes representan a uno de los sectores precarizados de la salud, y consigo a la deshabilitación de camas y equipamientos médicos.
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Si pensamos en las ya largas listas de espera para procedimientos médicos, sumado a la enorme carga sobre las y los trabajadores, podemos encontrar un motivo sobre los errores, de serlo, en la atención a Alonso en el hospital, y su posterior rechazo a tratar, dado que además, él necesitaba cuidados intensivos.
Pero entonces ¿Quién es responsable? ¿La directiva del hospital que negó el acceso a la salud? ¿Las y los trabajadores que, agobiados, habrían realizado un mal procedimiento médico? ¿La familia que derivó a Alonso del hospital a la clínica?¿O el Estado, que retiró gran cantidad de los fondos destinados a la salud, generando una gran precarización hacia las y los trabajadores que ya estaban agobiados por la pandemia y que bajo el sistema de cobro, resulta en un constante aumento en el precio de la salud bajo la crisis económica actual?.
Resulta así, un entramado de factores que impiden tratar a Alonso. la falta de recursos hacia la salud pública, la falta de personal y su alto nivel de precarización, las directivas del tipo empresariales, con sueldos de gerencia que, dentro de la “seguridad” económica que entrega a este sector, impide ver o compartir la situación del pueblo trabajador, la decisión de destinar espacio, tiempo y recursos a otro paciente -decisión de la directiva- y la delicada situación de Alonso. Todas, cosas que no logran descartar el mal uso de procedimientos para cobrar a la familia.
Pobladores de Calama nos comentaban que situaciones así se repiten en lugares como el hospital del cobre.
Actualmente, Alonso se encuentra en la clínica, donde esta siendo cuidado para una muerte menos dolorosa y menos traumática para la familia bajo cuidados intensivos.
Todo mi apoyo a la familia en estos últimos momentos con su querido padre, hermano, hijo y esposo.