El día lunes en la ciudad de Cochabamba, en horas de la madrugada, las instalaciones del colectivo “Mujeres de Fuego” sufrió un atentado, siendo afectado el inmueble donde se asiste a diversas víctimas de violencia machista, también es el espacio donde se albergan personas como la señora Pilar R. Madre de la víctima de feminicidio María del Carmen C., quien se vió fuertemente afectada y denunció este ataque como parte del amedrentamiento que sufre ella por exigir justicia.
Jueves 7 de julio de 2022
Foto: Opinión
Los sucesos que acontecieron el lunes, se suman a la lista de las distintas agresiones brutales a los que se han visto enfrentados el movimiento de mujeres, los colectivos feministas y las organizaciones LGBTIQ+, por lo que no se trata solo de eventos aislados. Además, esta organización en particular ya ha sufrido otro atentado hace menos de un año.
Se debe comprender que los sectores conservadores y fundamentalistas, van generando una respuesta violenta frente al avance objetivo de la lucha en el movimiento de mujeres, feministas y organizaciones LGBTIQ+, como lo ocurrido contra compañeres de la Pesada Subversiva en Santa Cruz, siendo que al día de hoy miles salimos a las calles exigiendo justicia y demandando la responsabilidad del Estado frente a la brutal violencia machista y patriarcal. Lejos de frenar los avances de estos movimientos, se hace cada vez más necesario el fortalecimiento de estos con otros sectores oprimidos y explotados como ser los trabajadores y trabajadoras, el movimiento campesino, etc.
La perspectiva de lucha que se ha fortalecido plantea un fenómeno de moralización en quienes toman el valor de exigir justicia, que a la par de denunciar, exigen al Estado el cumplimiento de sus derechos.
Y en un escenario donde la violencia patriarcal tiene un carácter tan naturalizado en la sociedad que en 6 meses ya son 48 víctimas de feminicidio, las denuncias de las víctimas toman una visibilidad innegable, que cuestiona, interpela y combate a esa misma violencia que se expresa como último eslabón en los feminicidas, donde las instituciones del Estado que asumen la tarea de impartir justicia, lejos de hacerlo, dejan en completa impunidad a los culpables y revictimizan a las víctimas, desde el inicio negándoles la recepción de su denuncia.
Por eso, lejos de confiar en el Estado y sus instituciones, garantes de la impunidad, es importante que se conforme una comisión independiente de investigación del atentado contra el local de la colectiva "Mujeres de Fuego", compuesta por familiares de víctimas de feminicidios, representantes de derechos humanos, organizaciones feministas y otros.
Desde el feminismo socialista llamamos a las organizaciones sociales, sindicales y de trabajadores, sectores populares, al movimiento de mujeres y de las disidencias, a la solidaridad con las víctimas de este atentado, a repudiar la complicidad del Estado, a denunciar el ataque en contra del movimiento de mujeres y los colectivos feministas. Como Pan y Rosas, estudiantes y trabajadoras, apostamos por un movimiento de mujeres independiente, combativo y anticapitalista.