La llegada de las aplicaciones de reparto y de transporte revolucionó el mundo del trabajo, de la nada miles de personas encontraban una fuente de ingresos, que presumiblemente se lograba “trabajando lo que tú querías”, sin embargo, era una treta para negar la relación laboral que existe y que hasta el día de hoy no es reconocida.
Martes 22 de octubre
Desde la pandemia las y los repartidores y choferes iniciaron movilizaciones donde reclamaban que se les reconociera como trabajadores de los gigantes UBER, Didi y Rappi. En ese 2020 muy poca gente le dió importancia a sus reivindicaciones, desde La izquierda Diario México dimos cobertura a su lucha y difundimos sus demandas.
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Recientemente el tema ha tenido una fuerte exposición mediática, ya que el 1° de Octubre la presidenta Claudia Sheinbaum prometió que iba a lanzar una iniciativa de reforma que regularizara la situación laboral de los trabajadores de plataformas digitales, con la principal consigna de que pudieran obtener seguridad social.
No son socios, son trabajadores
El esquema de flexibilización laboral de las apps es tal que le llaman a sus trabajadores “socios” para así evitar tener cualquier responsabilidad legal con ellos, ya no hablemos de seguro social o derecho a la jubilación, cuándo un trabajador se accidenta -decenas han fallecido han sufrido lesiones gravísimas- no hay ni una sola compensación, no sólo pierden su fuente de ingreso y su material de trabajo, también quedan en el desamparo total, pues las apps deciden no hacerse cargo de un accidente laboral.
Estas empresas han creado monstruos corporativos en tiempo récord, el secreto no es ni su ingenio, ni sus innovadoras ideas, en realidad es mucho más sencillo, no respetan ni las más mínima regularización laboral, actúan al margen de cualquier legislación mínimamente progresiva y disfrazan de emprendedurismo una modelo de total explotación labora, más cercano al que se vivía en el Siglo XVIII, que al de un mundo que con enormes luchas y huelgas a logrado que se reconozcan los derechos laborales.
La reformas del gobierno y la negativa empresarial
A nadie que tenga un poco de decencia le parece mal que los y las trabajadoras de las plataformas digitales tengan acceso a una Seguridad Social por el trabajo que realizan, cosa que todos tenemos por el simple hecho de desempeñar un trabajo.
Sin embargo, aún no hay ni en el Congreso ni en el Senado iniciativa alguna, e igual que la de la reforma de una jornada laboral de 40hs, genera mucha expectativa, pero sigue siendo una promesa para la que ni la derecha ni el oficialismo han movido un sólo dedo. Y a pesar de esto, de la inacción de las fuerzas políticas del congreso, las patronales de las apps de reparto ya se han opuesto a la iniciativa.
Aunque con un tono dialoga, dicen que van a cooperar, pero que les preocupa cómo quedaría configurada la relación laboral, pues su modelo de empresa no está pensando para tener empleados, con mentiras cómo que les interesa que se mantenga la libertad y flexibilidad de los “socios”, buscan que se siga sin reconocer la relación laboral, un verdadero insulto a el casi medio millón de trabajadores al servicio de estas empresas.
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¿Cómo conquistar las demandas de las y los trabajadores de aplicaciones?
Ya decíamos antes, que la reforma que propone el gobierno sería un paso adelante en los derechos laborales que hoy tienen casi 500 mil trabajadores al servicio de estas apps, sin embargo, esta reforma puede aún no ser la última de nuestras respuestas.
Así cómo cuando en lugar de prohibirse, se reguló el outsourcing, la promesa del acceso a la seguridad social, no tiene claro con qué figura laboral serán inscritos, pues a partir de 2020 pueden inscribirse como auto-empleados, dando casi el 20% de sus ingresos.
Otra duda es la regulación salarial, pues todos estos trabajadores no cobran por el tiempo que pasan conectados a la aplicación, que en los hecho es su jornada de trabajo aunque no estén repartiendo o realizando un viaje, pues en ocasiones hay tiempos de espera largos, otra manera en las apps roban el fruto de su trabajo, pues están atados a la labor, pero no reciben pago por ello.
Para una reforma que pueda resolver estos y otra problemáticas, opinamos que nos basta con una iniciativa en el Congreso, o con confiar en el Congreso, es necesario movilizar de manera independiente la enorme fuerza social que representan los repartidores y choferes de apps en el país, para imponer que se reconozca la relación laboral de manera íntegra, derecho a la seguridad social, a la jubilación y a la sindicalización.
Que establezca una tarifa mínima, más el pago por viaje realizado, significando así una sustancial alza en los ingresos de las y los trabajadores que han visto pulverizados sus ingresos por los ajustes de las apps en sus tarifas, donde sólo los patrones ganan y por la inflación que en el último lustro azotó el país, el ingreso debe alcanzar para cubrir una canasta familiar.
Además, indemnizaciones y pensiones a las familias de los repartidores fallecidos o mutilados en accidentes laborales, nunca más la vida de un conductor de reparto puede valer menos que un pedido de comida rápida.
Estas son sólo algunas de las demandas que debemos contemplar, para poder actuar organizados y en las calles, contra la voracidad patronal.