Factores como la inflación, el endeudamiento, la interrupción en las cadenas de suministro y la variante ómicron complican el panorama económico.
Jueves 27 de enero de 2022
La recuperación en las economías latinoamericanas se está viendo afectada por factores como el aumento de la inflación a nivel global, los ajustes monetarios y fiscales que algunos gobiernos llevan adelante intentando hacer frente al endeudamiento, la interrupción en la cadena de suministros, la desaceleración china, el alza en el precio de los energéticos y la variante ómicron del coronavirus.
Mientras un puñado de grandes bancos, farmacéuticas, fondos de inversión especulativos y empresas trasnacionales han logrado ganancias récord en estos dos años que lleva la pandemia, la mayoría trabajadora a nivel internacional ha visto empeorar sus condiciones de vida, con precarización, desempleo y pérdida del poder adquisitivo.
La inflación global se come el salario, mientras distintos gobiernos buscan aplicar planes de ajuste reduciendo el gasto público o dando todas las facilidades para garantizar la ganancia capitalista intentando atraer inversión.
En este panorama, el pronóstico del Fondo Monetario Internacional (FMI) que en octubre del año pasado había sido que México crecería al 4% este año, recientemente lo ajustaron en 1.2%, pronosticando un crecimiento de 2.8% para 2022.
Otros países como Estados Unidos también sufrieron una baja en la estimación de su crecimiento pasando de 5.2 a 4, mientras Brasil atraviesa una recesión pasando de 1.5 a 0.3 por ciento.
Por su parte, la desaceleración de China afectaría aún más las perspectivas de la economía global, dado su rol como importador de materias primas de regiones como Latinoamérica.
En este marco, el FMI calcula una tasa de inflación de 3.9% en los países centrales y un 5.9% en la periferia capitalista. Con estos datos, la inflación estaría creciendo más rápido que el crecimiento del Producto Interno Bruto, generando cierta presión a la estanflación, es decir al estancamiento económico combinado con alta inflación.
Capitalismo, pandemia y crisis
Este escenario de desaceleración, recesión y crisis económica que se vive en distintos países, puede complicarse aún más con los anuncios del aumento de las tasas de interés de la Reserva Federal estadounidense, con presiones para el aumento del dólar, el aumento de las deudas de diferentes países y el encarecimiento del crédito.
La recuperación del 2021 por su parte, no se ha traducido en mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora, siendo que el trabajo precario e inestable es lo que más ha crecido.
El mundo no logra salir de la pandemia, una pandemia provocada justamente por la dinámica capitalista de explotación de recursos y territorios y agravada al no liberar las patentes de las vacunas poniendo por delante el interés empresarial.
Mientras tanto, Rusia y Estados Unidos tensan la situación en Ucrania dejando claro que este sistema y los Estados que gobiernan al servicio del capital, tienen para ofrecernos guerras, crisis y pandemias.
Es momento de que los trabajadores, quienes somos los verdaderos productores de la riqueza, nos organicemos para defender nuestros intereses y hacer frente a la crisis capitalista con medidas que pongan por delante el interés de las grandes mayorías y no el de un puñado de parásitos capitalistas que hoy domina el mundo.