Ante el anuncio de Trump para su primer día de gobierno, las monedas de Canadá y México cayeron frente al dólar: la moneda estadounidense ganó 2% frente al peso mexicano y 1% frente al dólar canadiense tras el anuncio. Un nuevo capítulo de la guerra comercial proteccionismo versus globalización.
Martes 26 de noviembre 08:37
Desde su red social Truth Social, el presidente electo del imperialismo estadounidense, Donald Trump, se refirió a una caravana de migrantes que se dirige a Estados Unidos desde México, y afirmó que aplicará una orden ejecutiva para imponer un arancel del 25% a los productos de Canadá y México hasta que las drogas y los migrantes dejen de entrar por las fronteras.
“¡Este arancel permanecerá vigente hasta que las drogas, en particular el fentanilo, y todos los inmigrantes ilegales detengan esta invasión de nuestro país! Tanto México como Canadá tienen el derecho y el poder absolutos para resolver fácilmente este problema que lleva tiempo latente. Por la presente, exigimos que utilicen este poder y, hasta que lo hagan, ¡es hora de que paguen un precio muy alto!" amenazó el magnate que volverá a ocupar la Casa Blanca tras su triunfo en las pasadas elecciones presidenciales estadounidenses.
A su vez, este mismo lunes 25 de noviembre, en una publicación aparte Trump hizo una dura advertencia a China: un 10 % más de aranceles a los productos provenientes de ese país, debido a que desde ahí se trafica fentanilo.
En la actualidad México, Canadá y China son los tres principales socios comerciales de Estados Unidos. Los dos primeros comparten con este imperialismo una de las mayores cadenas de valor del mundo. De acuerdo con The New York Times, la imposición de estos aranceles acarrearán serias consecuencias para las industrias estadounidenses, como la automotriz, la agrícola y las envasadoras de alimentos. "México, China y Canadá juntos representan más de un tercio de los bienes y servicios que importa y exporta Estados Unidos, y sustentan decenas de millones de empleos estadounidenses" señala el medio estadounidense y añade que los tres países juntos compraron más de un billón de dólares en exportaciones estadounidenses y proporcionaron casi 1,5 billones de dólares en bienes y servicios a Estados Unidos en 2023.
Si se concretan los aranceles prometidos por Trump, el precio de los productos importados en Estados Unidos subirá, lo cual puede frenar el comercio en toda la región. A su vez, no se puede descartar respuesta por parte de los gobiernos de México, Canadá y China. Hace poco el secretario de Economía del gobierno de Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, afirmó en una entrevista “Si me imponen aranceles del 25 por ciento, tengo que reaccionar con aranceles. Estructuralmente, tenemos las condiciones para jugar a favor de México”, sostuvo, quien fue uno de los negociadores del T-MEC que en 2020 firmaron Trump, López Obrador y Trudeau, el primer ministro de Canadá.
Se pondrá en marcha un efecto dominó: de tener una inflación relativamente controlada, se puede ir a un escenario de nuevos aumentos de precios y escasez para los consumidores de Estados Unidos y otros países, junto con quiebras de empresas y despidos a gran escala en la región. Se pondrán en cuestión los fundamentos del T-MEC y las reglas del juego para las corporaciones. Aunque se apoya en Silicon Valley, esta movida en el inestable tablero de ajedrez internacional puede tener un costo para Trump.
No todo es la crisis migratoria y la del fentanilo
Según un reporte de la Oficina del Censo de Estados Unidos y la Oficina de Análisis Económico de Estados Unidos publicado a inicios de noviembre, el déficit de bienes y servicios fue de 84.400 millones de dólares en septiembre, 13.600 millones de dólares más que los 70.800 millones de dólares de agosto, revisado.
El déficit de septiembre con México ascendió a 15.800 millones de dólares y fue el más alto registrado, mientras que el déficit para el mismo periodo con China llegó a 31.800 millones y fue el más alto desde septiembre de 2022, cuando había alcanzado los 37.400 millones. Las importaciones de septiembre procedentes de México (44.200 millones de dólares) fueron las más elevadas de la historia, al tiempo que las procedentes de China para el mismo mes (43.100 millones de dólares) fueron las más altas desde octubre de 2022 (44.700 millones de dólares), de acuerdo con el reporte citado.
La respuesta de Trump ante la balanza comercial negativa es una combinación de su receta de aranceles y de prometer el regreso de empresas a territorio estadounidense durante su campaña electoral, algo que prometió durante su campaña anterior, para ganar el voto de sectores de la clase trabajadora estadounidense perjudicada por la globalización (relocalización), como sucedió en el "rust belt" (integrado por parte de los estados de Nueva York, Pensilvania, Ohio, Virginia Occidental, Kentucky, Indiana, Michigan, Illinois, Wisconsin y Minnesota) y luego no cumplió.
A su vez, los "celos" económicos de Estados Unidos hacia México se enmarcan en la guerra comercial y tecnológica que mantiene con China, en el marco del declive de la hegemonía estadounidense. Durante la administración de Biden, en abril de 2023 Yellen, secretaria del Tesoro sostuvo que la estrategia de Estados Unidos hacia China tendrá como prioridad la seguridad nacional de Estados Unidos.
Las autoridades estadounidenses -las actuales y las que vendrán- no quieren que México sea plataforma de exportación de productos chinos, lo cual representa un riesgo para sus intereses comerciales. Según el Consejo Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce), se estarían minimizando las inversiones chinas en México, pues parte de éstas podrían estar llegando a través de Hong Kong y paraísos fiscales.
En el medio de las crecientes tensiones comerciales están las y los trabajadores de México, Estados Unidos y Canadá, que están ante la sombra de nuevos riesgos inflacionarios que afectarán en especial el costo de vida de las mayorías populares y de posibles ataques a sus condiciones de trabajo, incluyendo el peligro de despidos. Hoy más que nunca se hace necesario tejer lazos solidarios para enfrentar los ataques que se vienen en el segundo gobierno de Trump, porque la clase trabajadora más allá del país que habite, comparte la condición de explotada frente a los dueños de los medios de producción, los empresarios, que se enriquecen a costa del trabajo ajeno.