En la tarde del viernes familias sin hogar intentaron tomar terrenos y fueron fuertemente reprimidos por policía y gendarmería durante la noche. Entre la pandemia y la falta de vivienda sale a las claras el fuerte déficit habitacional en la ciudad que gobierna Pablo Javkin.
Sábado 30 de mayo de 2020 18:56
Vecinos del barrio Bolati relataron que familias sin hogar intentaron tomar terrenos en la zona de Garzón y Juan Pablo XXIII (ex Biedma) pero fueron reprimidos durante más de una hora a los tiros. Contaron que había muchos patrulleros y chatas de gendarmería en este terreno y que la represión fue muy dura. En medio de una crisis económica y habitacional que se agudiza con la pandemia la respuesta de Perotti es la represión. En los hechos tuvieron participación tanto la policía provincial como la gendarmería nacional.
También el miércoles pasado, en un terreno en San José de Calasanz y Gardel, barrio Tango, de la zona oeste hubo intentos de ocupación, con unas 150 personas que llegaron a levantar algunas casas precarias,donde también intervino la policía llevándose a cinco personas detenidas. La gestión de Perotti en la provincia saca con la policía a palos a los que no tienen un techo, mientras las grandes mayorías viven un contexto en el que la pandemia dejará más pobres, pero sobre todo hará más pobres a los que ya lo eran. Esta es la política que lleva adelante el ministro de seguridad Marcelo Saín que usa un discurso garantista pero envía tropas a reprimir en las barriadas populares.
Según estimaciones del Ministerio de Hábitat de la Nación, hay más de 2 millones de viviendas sin ocupar en todo el país y un déficit habitacional de 3 millones de unidades residenciales y 9 millones de inquilinos a nivel nacional. El último censo, realizado en 2010, indicó que en el Gran Rosario había 80 mil viviendas deshabitadas, y entre los años 2004 y 2013 se construyeron 5800 viviendas por año en Rosario. Con toda la capacidad hotelera y de viviendas ociosas, es decir que no se encuentran en uso, si los gobiernos tomaran la determinación de tocar las ganancias de los grandes empresarios hoteleros y especuladores inmobiliarios podrían asegurar que nadie más tenga que dormir en la calle o en situación de hacinamiento en tierras tomadas. Por el contrario, la forma de solucionar este problema es la represión abalada por los gobiernos municipal, provincial y nacional.
La salida de la cuarentena deparará mayores penurias al pueblo trabajador, a menos que aquello que en lo cotidiano se dice imposible se imponga como necesario. Desde el Frente de Izquierda se presentó un proyecto de impuestos a las grandes fortunas que el peronismo y la oposición rechazan discutir. Con un 3% de impuestos a las grandes fortunas alcanzaría para que esta propuesta sea realizable. Para los capitalistas la vivienda no es un derecho, sino una mercancía más. Como parte un programa integral que tiene la izquierda, esta propuesta establece un impuesto progresivo a los patrimonios a partir de los $100.000.000 (cien millones de pesos) y el fondo se destinaríaa la primera etapa de un plan anual de construcción de 100 mil viviendas populares en un año con el fin de reducir los niveles de exposición a la transmisión del COVID-19 y otras enfermedades, por parte las miles de familias trabajadoras que viven en condiciones de hacinamiento o déficit habitacional.