Funcionales a Milei. Despidos en el Estado: UPCN y la CGT siguen en la tregua y dejan avanzar el ajuste

Este jueves por la mañana, los trabajadores y las trabajadoras del Hospital Posadas iniciaron una jornada de protesta contra los despidos y en defensa de la salud pública. Lo hicieron con una ronda frente a la institución ubicada en Morón, Provincia de Buenos Aires. Contaron el acompañamiento de asambleas barriales, vecinos de la zona, organizaciones sociales, sindicales y políticas, además de diputados nacionales y provinciales del Frente de Izquierda.

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La medida de lucha es parte de la pelea que vienen llevando adelante sectores estatales que resisten una nueva ola de despidos lanzada por el Gobierno de Milei, en función del ajuste que ordena el FMI y avalan las grandes patronales.

También están luchando las trabajadoras y trabajadores de los Espacios de Memoria como la Esma o el Olimpo, donde se contabilizan más de 60 cesantías. Este mismo jueves circuló un video que causó indignación: la Policía Federal controlaba quienes podía entrar o no a la Esma.

Las conducciones sindicales peronistas no están respondiendo a la altura del ataque. Vienen de borrarse de una pelea seria contra la aprobación de la Ley Bases y ahora continúan con una orientación que se divide entre quienes hacen medidas casi testimoniales, quienes critican, pero no movilizan y quienes directamente traicionan, alineados para darle gobernabilidad a Milei.

En el primer grupo está la conducción de ATE Nacional, que este jueves llamó de manera sorpresiva a un paro que ni siquiera se encargó de garantizar. Este mediodía tiene lugar una olla popular en Plaza de Mayo, pero la estrategia general es apostar a medidas aisladas y poco contundentes. Desde la oposición, la Agrupación Marrón Clasista (PTS e independientes) propuso y logró que se apruebe el llamado a una asamblea abierta para discutir un plan de lucha.

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En el caso de UPCN, la traición no puede ser más abierta. Andrés Rodríguez, el millonario secretario general de ese gremio, viene de declarar que estuvo bien no movilizarse contra la Ley Bases. Desde hace meses se ubica como parte de quienes quieren negociar el ajuste con Milei. No es el único en la CGT: tanto Héctor Daer como Gerardo Martínez (Uocra) son parte de quienes usaron el paro del 9 de mayo para ofrecerle al Gobierno de Milei una negociación.

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La CGT, sin embargo, tiene una interna que es pública. Entre los gremios y referentes que se ubican una posición opositora discursivamente se encuentran Pablo Moyano (Camioneros) y Sergio Palazzo (bancarios). Sin embargo, su estrategia es apostar a que el reaccionario Poder Judicial sea el que frene las consecuencias de la Ley Bases.

Este mismo jueves realizan un encuentro donde “discutirán las medidas gremiales a tomar o bien judicializar la Ley Bases que sólo beneficia al sector empresarial y atenta sobre la clase trabajadora” (InfoGremiales). La estrategia es la misma que la ejecutada frente al megaDNU. Si bien la judicialización logró frenar parte del ataque allí contenido, posteriormente el Senado y la Cámara de Diputados dieron vía libre a ataques al derecho de huelga.

Esta orientación de las centrales sindicales es funcional al avance del ajuste que impulsan el Gobierno y las grandes patronales. Un ataque que tiene lugar no solo en el sector público sino también en el sector privado, como lo muestran los despidos en FATE y el Preventivo de Crisis trucho que presentó el multimillonario Madanes. O los despidos en Siat, ejecutados por otro gran multimillonario, Paolo Rocca.

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Es necesario imponerles a estas direcciones una ruptura de la tregua que mantienen con el Gobierno. Hay que imponerles retomar el camino del paro nacional del 9 de mayo y darle continuidad con un plan de lucha que avance hasta derrotar el conjunto del ajuste.

Al mismo tiempo y, sobre todo, es esencial rodear de solidaridad cada una de las peleas en curso, apoyando cada una de las medidas de lucha, aportando a hacerlas más contundentes. Esas luchas son parte de una resistencia que tiene que seguir creciendo para enfrentar a un gobierno que, a pesar de los discursos, viene golpeado y cuestionado por la misma crisis en curso.

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