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Red Internacional
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Después de una gran campaña militante de la CRT, sigamos construyendo una alternativa política anticapitalista y socialista

La extrema derecha no avanza sola. Las políticas de derecha aplicadas por el progresismo y los conservadores le abren la puerta. Hay que desatar la fuerza de la clase trabajadora, las mujeres, la juventud y los sectores populares para enfrentarla sin repetir la trampa del mal menor. Súmate a la CRT para construir una izquierda que pelee por una salida anticapitalista y socialista en los curros, los barrios y los centros de estudio.

Miércoles 12 de junio

Ha pasado el momento electoral. Toca hacer balance y preparar las luchas que vienen. Por ello queremos dirigirnos a todos y todas aquellas que nos apoyasteis o que nos votasteis el pasado domingo, para compartir el balance de la CRT sobre las elecciones europeas y reafirmar la necesidad de tomar partido, para seguir organizándonos y construir juntas una alternativa política anticapitalista y socialista.

Los resultados generales de las elecciones europeas dan muestra de la dinámica de la situación. Le Pen gana en Francia, Meloni en Italia y Alternativa por Alemania se sitúa segunda. La extrema derecha queda como primera fuerza en seis países y segunda en dos. Sus diputados suman el 25% de la Eurocámara, por delante de los socialdemócratas. No cabe duda de que los resultados han sido la confirmación del avance de la extrema derecha en Europa. En este marco, la CRT nos presentamos con una idea clara: no se puede parar a la derecha de verdad con una izquierda de mentira. Sobre eso, queremos reflexionar, para ir más allá del balance electoral y prepararnos para lo que viene.

El “extremo centro”, en el que han terminado confluyendo liberales, socialdemócratas, verdes y conservadores, ha demostrado ser incapaz de parar esta ola reaccionaria. En realidad, son quienes le han abierto el camino. La agenda compartida por todos ellos, basada en hacer pagar la crisis al pueblo trabajador y preservar los beneficios de los capitalistas, ha hecho crecer el descontento social. La confluencia de progresistas y conservadores en el fortalecimiento de las fronteras migratorias y el rearme imperialista para defender los intereses nacionales ha sido la legitimación definitiva del discurso racista, nacionalista y en favor de las grandes empresas que levanta la extrema derecha para capitalizarlo. Aplicar políticas de derechas solo hace que crezca la derecha.

Muchos analistas sostienen que en esta situación de crisis social y política el fortalecimiento de la derecha sería inevitable. Sin embargo, hace unos años hubo un estallido social en el que el malestar social provocado por la gran crisis de 2008 se expresó por izquierda. Hablamos de la crisis de representación que sacudió a aquel “extremo centro” y sus democracias para ricos de 2011 en adelante. En el Estado español vimos las ocupaciones de las plazas, el 15M y las movilizaciones contra los recortes impugnando al conjunto del régimen político al grito de “PSOE y PP la misma mierda es". En Grecia más de 30 huelgas generales.

¿Cómo fue posible la enorme fuerza social desplegada en este período fuera canalizada en los marcos del estado capitalista? Desde nuestro punto de vista, se combinaron dos factores centrales. Por un lado, las burocracias sindicales operaron para que la clase trabajadora no entrase en escena de forma generalizada y con sus propios métodos de lucha. De esta manera lograron que aquellos estallidos no llegaran a quebrar los regímenes capitalistas y derrotar los planes de ajuste. Por el otro, emergieron nuevos proyectos políticos neorreformistas que dijeron que venían a cambiarlo todo, pero acabaron gobernando con los social liberales, como hizo Syriza o Podemos, para que nada cambie.

En el Estado español fue primero con el gobierno del PSOE y Unidas Podemos, y después con el PSOE y Sumar. Cinco años en que los alquileres no han parado de subir y el poder adquisitivo ha ido cayendo gracias a los pactos entre ministerios, patronal y burocracias sindicales. No se ha derogado el legado de contrarreformas y recortes, y se ha apuntalado un régimen político heredero de la dictadura franquista.

El aval de Unidas Podemos en 2023 a la subida histórica de presupuestos militares, haber mantenido las relaciones con el estado genocida de Israel y haber militarizado las fronteras durante su gobierno, lo único que han hecho es blanquearle la agenda a la extrema derecha. El giro a la derecha del PP, el asentamiento de Vox como tercera fuerza y la irrupción de Alvise, son la respuesta reaccionaria al malestar sembrado por los supuestos “progresistas”.

La idea de que “asaltar los cielos” era terminar en los despachos de ministros de un gobierno del IBEX35 porque así se podía cambiar la vida de la clase trabajadora y los sectores populares, resultó en todo lo contrario. Se convirtieron rápidamente en la pata izquierda de esta democracia para ricos e impusieron una desmovilización que ha debilitado a la clase trabajadora y los sectores populares para enfrentar los ataques. El “sálvese quien pueda” o la “guerra entre los de abajo”, en que se basa la derecha, puede avanzar cuando la perspectiva de que no hay salida con la lucha colectiva se impone mediante la pasivización social.

Por eso, la lista que presentamos desde la CRT pretendía plantarse frente a la trampa del mal menor. No se trata de seguir apoyando con la nariz tapada a quienes han restaurado un orden social y un régimen político que nada tiene que ofrecer mientras pone la alfombra roja a los que pretenden profundizar en clave reaccionaria su obra. Sino de construir una alternativa independiente de los partidos capitalistas que apostara por el desarrollo de la movilización y la autoorganización con la clase obrera a la cabeza.

Por otro lado, los dos grandes proyectos capitalistas en disputa en la UE nada tienen que ofrecernos. De una parte, una extrema derecha en clave soberanista, que refuerza la vuelta a lo nacional y hacia regímenes más represivos. De la otra, el proyecto de la integración europea en clave neoliberal que ya conocemos. Distintos planes con un mismo objetivo, mejorar las posiciones de los distintos imperialismos europeos en el tablero mundial y apretarnos cada vez más las tuercas. Frente a ambos, la CRT ha levantado una voz internacionalista y antimperialista, por terminar con el expolio imperialista, por la abolición de las deudas externas y por retomar la lucha por una Europa socialista y de las y los trabajadores.

La nuestra ha sido una candidatura desde abajo, que hemos levantado con nuestras propias fuerzas militantes, conformada por jóvenes y trabajadores de sectores como la logística, educación, sanidad, la limpieza o la hostelería. La hemos llevado adelante sin recursos económicos del Estado, sin apenas espacios en los grandes medios de comunicación. Una gran campaña militante hecha a pulso, con nuestras fuerzas.

Con nuestra campaña nos propusimos un objetivo ambicioso, el de levantar una voz que se negará a tragarse ese “mal menor” y recuperar la confianza en las fuerzas de la clase trabajadora, las mujeres, los migrantes y la juventud. Creemos que en estos días de intensa actividad militante hemos logrado extender estas ideas entre miles de personas que las han visto con simpatía, aunque aún no sean mayoritarias. Por ello creemos que estamos en el camino correcto.

A pesar del bloqueo de la prensa y los ínfimos espacios que nos ha dado la televisión pública, el domingo 9 de junio 5.527 personas de todo el estado votaron la lista de la CRT. Nuestros spots electorales y publicaciones han sido vistos por cientos de miles de personas en las redes sociales. Al mismo tiempo, agradecemos a medios como CTXT, El Salto, Arainfo y Tercera Información que nos dieron espacio en esta campaña, a diferencia de los grandes medios de comunicación y la mayoría de los que se reivindican progresistas.

Pero nuestra campaña no solo ha sido en las redes. Hemos hecho una enorme campaña militante en las calles, pegando miles de carteles, repartiendo decenas de miles de panfletos y poniendo decenas de mesas en barrios y universidades, a pesar de los escasos medios con los que contamos en comparación a los grandes aparatos políticos financiados por los bancos y corporaciones.

Más de 500 personas participaron en los distintos actos electorales que realizamos en Madrid, Barcelona y Zaragoza. Decenas se sumaron a la campaña en distintas ciudades del estado, en algunos casos imprimiendo nuestros carteles y panfletos, aportando económicamente a la campaña, pegándolos en sus pueblos y difundiéndolos entre sus amigos y compañeros de trabajo. Los compañeras y compañeros de Corriente Roja, a pesar de las diferencias que mantenemos, llamaron a votar a nuestra candidatura, colaboraron con la difusión y con apoderados/as el día de la votación, lo cual agradecemos. Desde el inicio de la campaña muchas personas nos están escribiendo y contactando para agradecernos habernos presentado, para sumarse como apoderados/as, interesarse por nuestras ideas y sumarse a nuestra a militar en nuestra organización.

En una primera experiencia electoral para nosotros en medio de la desafección, la amenaza del crecimiento de la extrema derecha y la presión “malmenorista”, nos llenan de ilusión todas y cada una de las personas que han decidido dar su voto a nuestra lista. Tal y como hemos dicho a lo largo de la campaña, ahora toca la tarea más importante: organizarse y construir una izquierda con independencia de clase que pelee por una salida anticapitalista y socialista.

Porque no todo gira a la derecha como pretenden que pensemos. Un sector de la juventud a nivel mundial nos estamos levantando en solidaridad con Palestina y la complicidad de nuestros gobiernos, como ha mostrado el movimiento de las acampadas universitarias -en el que muchas de nuestras candidatos y candidatas participamos desde el primer momento en varias ciudades del Estado-; el movimiento de la vivienda se moviliza contra los especuladores y quienes gobiernan para ellos; los docentes y el personal sanitario salen a la huelga en Madrid en contra de las políticas neoliberales de Ayuso; la juventud se sigue organizando contra la catástrofe climática a la que nos lleva el capitalismo.

Es momento de tomar partido por construir una política y una izquierda distintas. Una que se plante y pelee contra el papel de las burocracias sindicales y de los movimientos que contienen la lucha de clase para no molestar demasiado al gobierno. Una que quiera desatar toda la fuerza de la movilización y la autoorganización desde abajo. Que se prepare para que no vuelvan a desviar la lucha y llevarla detrás de nuevas ilusiones y nuevos gobiernos con el PSOE, como pretende Podemos. Ese camino ya ha demostrado que solo lleva a la decepción y el crecimiento de la derecha. Como lo hace también el triste espectáculo de la dimisión de Yolanda Díaz en Sumar, que abandona un aparato hecho a su medida cuando ya no le sirve, pero sigue en el gobierno con el PSOE. Eso hacen los políticos “profesionales” integrados al régimen capitalista, pero nosotros somos otra cosa.

Quienes militamos en la CRT somos jóvenes, precarias, sanitarios, profesores, limpiadoras, kellys y pizzeros en lucha, somos migrantes y activistas LGTB y nos proponemos construir una alternativa política de independencia de clase. Y, sobre todo, somos internacionalistas. Junto con miles de compañeras y compañeros en distintos países de América Latina, Estados Unidos y Europa somos parte de la Fracción Trotskista – Cuarta Internacional. Por ello compañeras de nuestras organizaciones hermanas en Francia (Rèvolution permanente) y Alemania (RIO) participaron de nuestros actos de campaña, y recibimos el apoyo de nuestras compañeras del PTS en el Frente de Izquierda de Argentina, que están a la vanguardia de enfrentar a la extrema derecha de Milei con la lucha en las calles.

Creemos que es fundamental para politizar el malestar, convertir la rabia en organización y dar la pelea por recuperar la confianza en nuestras propias fuerzas, las de la clase trabajadora unida con la juventud y los sectores populares para luchar por una salida anticapitalista y socialista. Para que dejen de hacer negocio con nuestra salud y nuestra educación y financiarla con impuestos a los ricos; para que dejen de hacer negocio con cuestiones básicas como la vivienda y la luz mientras destruyen el planeta; por trabajar menos y trabajar todas y con un salario que nos permita llegar a final de mes; por el fin de todas las leyes racistas y de las fronteras militarizadas; por acabar con todas las leyes represivas y para poder decidir sobre nuestro presente y nuestro futuro.

A todos aquellos y aquellas que nos habéis dado vuestro voto, quienes compartís las ideas que planteamos y queréis conocer más, os invitamos a participar en las asambleas abiertas de la CRT que haremos en las próximas semanas. Os animamos a sumaros a estos encuentros donde hacer un balance de las elecciones y la situación en Europa y discutir sobre las perspectivas de la izquierda revolucionaria en el Estado Español y cómo plantarle cara a la derecha.

En un momento donde quieren que seamos la carne de cañón de las próximas guerras entre grandes potencias capitalistas, cuando quieren aceptemos un gobierno “progresista” cómplice de un genocidio, cuando nos piden normalizar e incluso defender que se maten a millones de personas de hambre por el expolio de las multinacionales y después se las masacre en la frontera, mientras emerge una extrema derecha que se llama “rebelde” que viene a por nuestros derechos conquistados con la lucha y a gobernar para los ricos, es necesario tomar medidas radicales. La famosa cita de Rosa Luxemburgo, “socialismo o barbarie”, es hoy más vigente que nunca, es un llamamiento a la acción. Como dijimos en la campaña, queremos construir una fuerza social que pueda oponerle a la extrema derecha el único método que puede derrotarla, la lucha de clases.

Lo hacemos por nuestro futuro y en defensa de nuestro pasado. Militamos por todos aquellos y aquellas que lucharon y fueron traicionados y derrotados, para que todos esas peleas y lecciones no sean en vano. Queremos retomar las banderas del socialismo revolucionario manchadas por el estalinismo y limpiarlas para lucha por una sociedad libre de toda opresión y explotación. No compramos la ideología liberal de que el individualismo y el egoísmo son inherentes al ser humano, pues vivimos la solidaridad en cada huelga, en cada desahucio, en cada lucha en la que ponemos el cuerpo. Tampoco nos creemos los cuentos de las salidas individuales y los empresarios generadores de riqueza. Porque quienes producimos y creamos todo, quienes movemos el mundo, somos las y los trabajadores, y por ello somos capaces de pararlo e incluso transformarlo para construir una sociedad socialista.

Tenemos una gran tarea por delante. Súmate con nosotras y nosotros a construir una alternativa política socialista y revolucionaria. ¡Súmate a la CRT!


Lucía Nistal

Madrileña, nacida en 1989. Teórica literaria y comparatista, profesora en la Universidad Autónoma de Madrid. Milita en Pan y Rosas y en la Corriente Revolucionaria de Trabajadores y Trabajadoras (CRT).

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