El ataque al dirigente sindical es un nuevo aporte al mito del combate a las mafias por parte del Gobierno. Circo para tapar el arranque de año con despidos y tarifzos.
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Sábado 6 de enero de 2018 00:00
Dirigentes sindicales con las manos sucias sobran, los hay hasta abajo de las baldosas. El Poder Judicial según parece, los encuentra con mayor frecuencia bajo las numerosas baldosas flojas de la ciudad de La Plata. Manotazo de ahogado para Cambiemos, la receta de meter en cana a un sindicalista en momentos críticos u oportunos, es la que va. Ya pasó con el “Pata” Medina en el marco de la campaña electoral.
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Ahora, el Poder Judicial arremetió contra el empresario mediático y secretario general del Soeme, Marcelo Balcedo, en un contexto en el que la imagen del Gobierno decae. Despidos, represión, revisión del plan económico. Todos estos son aspectos de la realidad que más vale tapar o disimular en lo posible. Qué mejor que el “combate a las mafias”, esa supuesta obsesión del oficialismo, una especie de lluvia de purpurina mediática con la que los noticieros intentan embellecer la gestión cambiemita.
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Cambiemos quizás no tenga muchas ideas. Como el montaje evidente de ir a comprar regalos de Reyes a la juguetería o sentarse en un local de comida rápida con look casual, en materia de campañas y operaciones, cuando una le sale bien, seguro la repite.
La del Pata les salió y los medios amigos manijearon la disposición del Gobierno para “combatir” a los sindicalistas mafiosos. El objetivo, como se sostuvo desde este medio, era doble: por un lado apuntalar a uno de los pilares discursivos de la campaña electoral y por otro, mostrar a los dirigentes sindicales hasta dónde puede llegar el Gobierno. Como si la CGT necesitara más incentivo para sostener la tregua con Cambiemos, por las dudas, una apretada a un sindicalista con peso regional y bien sucio como el Pata o Balcedo, no está demás.
Hijo’e tigres
Detrás de la detención de Balcedo se nota la clara intencionalidad de Cambiemos, que dista mucho de ser un combate genuino a la corrupción. Mucho menos se trata de liberar a los trabajadores de los dirigentes que se enriquecen con negociados en los sindicatos, que los administran burocráticamente como si fuesen sus empresas y se atornillan a sus cargos por décadas.
La vida transparente y democrática en las organizaciones sindicales no es algo que desvele al Gobierno. Aunque sí es algo que no debería dejar de observar, dado que esos dirigentes son los que hoy hacen aportes ultravalorables a la gobernabilidad. Deslegitimarlos más de lo que están ante sus bases, o tocar sus intereses más de lo debido, puede ser un arma de doble filo para Cambiemos.
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Cuando Medina sabía que las fuerzas de “la ley” venían tras él, arengó a los afiliados a la Uocra para que lo defendieran, desde el balcón de la sede gremial de calle 44. Los trabajadores a los que supuestamente representa Balcedo, parecen estar menos dispuestos aun a poner el cuerpo en defensa de su dirigente.
Marcelo Balcedo asumió el cargo de secretario general del Soeme, porque es el hijo de Balcedo padre, quien dirigió el sindicato durante décadas y no pudo hacerlo más, debido a su estado de salud. Jamás fue estatal ni estuvo afiliado al sindicato previamente.
Qué decir de los trabajadores de prensa de los medios platenses que son de su propiedad. Para cualquier estudiante de periodismo en La Plata, el peor destino laboral al alcance de la mano es el diario Hoy. Hasta hace poco, el matutino que se reparte gratuitamente en la ciudad de las diagonales, era administrado por Myriam Chávez de Balcedo, mamá de Marcelo. La señora es conocida entre los trabajadores de prensa de la ciudad, por haber reconocido abiertamente, ante la denuncia por despidos y trabajo en negro en el diario Hoy, que es una mujer “reaccionaria y dictatorial”.
Lo cierto es que los despidos en el diario Hoy, persecutorios, discriminatorios e injustificados son un clásico platense. Los trabajadores de prensa de la capital bonaerense se han organizado contra el trabajo en negro y la precarización, lo que prima en el conjunto de los medios locales. El diario Hoy y la FM Red 92, ambos medios propiedad de Balcedo, no son la excepción. Marcelo dio continuidad a la tradición de su mamá en las empresas mediáticas y de su papá en el sindicato.
La situación que viven los trabajadores bajo el yugo explotador del clan Balcedo, se ha sostenido gracias a la inacción del Sindicato de Prensa Bonaerense que ahora, dice estar preocupado por su futuro. Además, durante muchos años, los Balcedo actuaron bajo el amparo del gobierno de Daniel Scioli.
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La libertad de expresión, claro
“El juez federal Ernesto Kreplak inició una embestida contra este medio gráfico como represalia por las investigaciones que publicó en el año 2015 y que comprometieron seriamente a su hermano, Nicolás Kreplak, exviceministro de Salud del gobierno de Cristina Kirchner, en el escándalo del Plan Qunita”, sostiene el diario Hoy en una nota de este viernes.
“Eso no es todo: tanto el diario Hoy como la Red 92 pusieron al descubierto la protección que viene ejerciendo este juez en favor de represores vinculados al exjefe del Ejército, César Milani, y también se informó que el magistrado tiene cajoneada una causa millonaria que involucra seriamente al exministro de Planificación Federal, Julio de Vido, en el marco de los convenios que oportunamente firmó con la Universidad Tecnológica Nacional, regional La Plata”, agrega el matutino.
Según la versión del medio, el ataque contra Balcedo constituiría un grave ataque a la libertad de expresión por parte del juez en cuestión.
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La libertad de expresión y la calidad periodística no son valores que a la patronal encabezada por Balcedo le interese defender. Nada de eso es compatible con la realidad que viven cada día los trabajadores de prensa en sus empresas.
Lo único que les importa es sostener la continuidad de sus negociados con el poder de turno y el lucro a costa del trabajo en negro y precarizado.