Durante las últimas semanas, ha estado sobre la palestra el debate acerca del CAE, debido a que se acerca la tercera cuenta pública del gobierno de Boric, en donde las principales promesas de campaña como la condonación del #CAE y la reforma de pensiones aún no son una realidad. Desde el gobierno han salido a ponerle un tinte de moderación a la forma de resolver la deuda educativa y desde la derecha buscan oponerse a cualquier punto que toque las ganancias de los grandes bancos.
Miércoles 29 de mayo
Diferentes dimes y diretes durante la semana pasada y también esta se han dado por los diferentes medios de comunicación, respecto a la discusión de “condonación” del CAE. El gobierno ha salido a poner paños fríos a raíz de las diversas críticas que ha llevado adelante la oposición, tachando de inmoral un perdonazo a todas y todos los deudores de dicho crédito. Las figuras del oficialismo, ya descartan una condonación universal, algunos han hablado que sería efectiva para quienes han pagado la deuda estos últimos años.
El CAE es un sistema de préstamos estudiantiles que fue creado en 2005 durante el Gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006), el que consiste en la entrega de un crédito a los estudiantes de la educación superior a través del sistema financiero, es decir los bancos. Al inicio, la tasa de interés del préstamo alcanzaba un 6%, cifra que bajó a un 2% en 2012. Una de las principales críticas al sistema es el alto endeudamiento que no se compensaba con el salario recibido por los alumnos una vez terminadas sus carreras. En la actualidad, y en medio del debate es una completa realidad este último punto, debido a que se comprueba que los sueldos son bajos en comparación con la “promesa” del ser profesional.
¿A quiénes beneficia el CAE?. Esto ha beneficiado principalmente a los bancos que hacen negocios con estudiantes matriculados en universidades privadas, Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica. El 54% de las personas no paga el CAE, porque además de las tasas de interés, sirve para financiar una mala educación.
El CAE es una política que presupone que la educación es un bien de consumo y que ha demostrado ser una fuente de deudas y problemas para el Fisco, según la columna de CIPER de Juan Andrés Guzmán y Gregorio Riquelme: "mucho antes de que el crédito con aval del estado haya producido una sola camada completa de jóvenes egresados de la educación superior, los siete bancos que han participado como intermediarios en su financiamiento obtuvieron una ganancia de 150 mil millones de pesos entre 2006 y 2011”.
Esta política pública fue un fracaso y una estafa. Fracaso porque lo que se hizo fue que el Estado se dedicara a pagar masivamente montos millonarios anuales para los bancos privados. Y estafa porque cientos de miles de estudiantes quedaron endeudados de por vida, cuando casi el 70% de los deudores del CAE ganan menos de 750 mil pesos. Fue una política orientada a aumentar el negocio educativo y el de los bancos. El aumento de matrícula sólo se pensó como un aumento del mercado, a costa de los sueños de miles de familias. El dinero nunca fue recuperado, nunca hubo buenos sueldos y la mochila de las deudas impide cosas tan básicas como acceder a la casa propia, casi ya tres generaciones de estudiantes, a casi 20 años de implementación del Crédito con Aval del Estado.
Entre los años 2006 y 2019, el Estado ha desembolsado $ 4,57 billones de pesos (US$ 6.118 millones) producto de la implementación del CAE. El Estado ha desembolsado más de 1,3 billones de pesos en sobreprecios a los bancos.
El 55% de quienes deben el CAE, en la actualidad son mujeres y pertenecen a los quintiles más bajo, contrario a lo que plantean sectores de la derecha, diciendo que son en su mayoría sectores de los quintiles más altos los deudores del Crédito con Aval del Estado, por lo que “se les quitaría” el dinero a los más pobres para pagar deudas educativas.
Esto último es un argumento que viene directo desde la hipocresía, debido a que para ellos es “inmoral” e “inviable” condonar el conjunto de la deuda educativa, pero no es nada de inmoral, el perdonazo a las Isapres, que sucedió hace menos de dos semanas. Para la derecha y los empresarios la lógica es clara: si el dinero del Estado sirve para beneficiar a un grupo reducido de empresarios, está todo permitido, pero sí es para ayudar al conjunto de la población y afectar las ganancias multimillonarias de los grandes bancos del país, es un problema.