A propósito del Día Internacional de la Danza (29A), bailarinxs, coreografxs y docentes de la área inundaron las redes sociales manifestando mediante videos su situación laboral crítica en medio de la cuarentena. La Izquierda Diario entrevistó a Viviana Prado, coreógrafa y docente de danza.
Jueves 30 de abril de 2020 18:29
El 29A se conmemora el Día Internacional de la Danza establecido por la Unesco en 1982, atendiendo a una iniciativa del Comité Internacional de la Danza, perteneciente al Instituto Internacional del Teatro (ITI/UNESCO). Se eligió el 29 de abril, por ser el natalicio de Jean-Georges Noverre, innovador y estudioso de este arte, maestro y creador del ballet Moderno.
La Izquierda Diario entrevistó a Viviana Prado, Directora de “Baires Ballet” Coreógrafa y Profesora Nacional de Danzas egresada de la UNA y de la Ex Escuela Nacional de Danzas.
Viviana nos comenta que “el trabajo de los docentes de danzas y de las compañias autogestionadas siempre fue duro, e invisibilizado”
A pesar de la complejidad de este panorama, son cada vez más los que se dedican profesionalmente a la danza, (intérpretes, docentes, coreógrafos, investigadores, etc.); y las instancias formativas se multiplican en distintos niveles, en el ámbito público y también en el privado. Lamentablemente, las instituciones arrojan cientos de profesionales a un mercado laboral que no posee las condiciones mínimas para contenerlos: en un país tan extenso como el nuestro, contamos sólo con dos compañías nacionales, y una docena de compañías provinciales. Por lo tanto, la mayor parte de la actividad dancística en Argentina se concentra en el sector que denominamos “danza no oficial”, insuficiente hasta el momento de fomento, incentivos, y carente de regulación y normativa.
Los trabajadores de la danza se vienen organizando hace años por la conquista de esta Ley, en la cual exigen por la organización de ciclos, certámenes coreográficos, festivales y sesiones de danzas. También la creación de un Archivo Nacional de La Danza que tendría el objetivo de promover la recuperación, recopilación, conservación y difusión dentro del área. Están impulsando la generación del Registro Nacional de la Danza, como base de datos de acceso público de artistas, grupos, docentes, infraestructura y operadores de la danza, incluyendo las actividades de formación, creación, producción, exhibición, investigación, documentación y cualquier otra que surgiese en el futuro.
Viviana remarca: “No somos improvisados, quienes impulsamos este proyecto de ley nos hemos formado y hemos recorrido escenarios con nuestro trabajo.”
Más que nunca este 2020, que nos encuentra bajo una cuarentena obligatoria profundiza aún más la situación de vulnerabilidad de los trabajadores de la danza, ya que aunque la cuarentena finalice eventualmente, su herramienta de trabajo, que es el cuerpo que en este caso, se encuentra totalmente damnificado para poder restablecer la actividad de manera presencial y al no contar con cobertura sindical y frente a la falta de respuestas del Estado son muchísimxs lxs trabajadorxs de la danza que se encuentran sin cobrar un sueldo, ni generar ingresos actualmente.
En relación a esto Viviana subraya: “Nos encontramos en una crisis laboral profunda, difícil de pelear, la tecnología no suplanta el contacto con el alumne, el espacio dónde se mueven no es el ideal, ni se acerca no hay ensayos de obras, no hay fechas de funciones, se nos fue la alegría de bailar”. A esto agrega: “No tenemos ingresos pero tenemos que mantener infraestructura. Nos duele la Danza en este estado, nos duele no salir a bailar.” Y finaliza: “Por eso necesitamos de la ley Federal. ¡Que en cada rincón del país donde haya un bailarín o un docente de danzas, se mantenga la esperanza intacta para volver con más fuerzas!”
Somos conscientes que desde siempre ningún gobierno se puso a disposición de los derechos de los artistas, que siempre fueron vulnerados e ignorados. Para poder llevar adelante este reclamo es necesario que lxs trabajadorxs de diversas áreas artísticas puedan hacer asambleas y organizar comités de lucha que permitan discutir para resolver allí una salida por y para lxs trabajadorxs.
Los artistas son trabajadores de la cultura, y por lo tanto deben contar con una remuneración digna y plenos derechos sindicales.