El día del niño se celebra todos los años en la Argentina. Hoy contamos la historia de este día y qué hay detrás de esta fecha que, en el capitalismo, no puede ser más que comercial.
Sábado 15 de agosto de 2015
El día del niño se celebra desde 1954 por una declaración de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, en la que recomendó que se instituyera del Día Universal del Niño "para fomentar la fraternidad y promover su bienestar".
A partir de esa fecha, los distintos países eligieron el mejor día para celebrarlo. En Argentina, se festeja actualmente en tercer domingo de agosto, fecha que se fue modificando a lo largo de los años teniendo en cuenta la fecha de cobro de los trabajadores, ya que como todos sabemos, se acostumbra dar regalos. En Paraguay, el día se elige como un homenaje al acto de heroísmo realizado por niños y adolecentes el 16 de Agosto de 1869 durante la Guerra de la Triple Alianza. En la batalla de Acosta Ñu, donde miles de niños combatieron precariamente armados contra las fuerzas invasoras brasileñas y fueron masacrados sin piedad.
Pero detrás de la declaración de la ONU, hay una historia de activismo por los derechos de los niños y niñas. Luego de la Primera Guerra Mundial y la masacre que sufrieron millones de personas, en los que los más perjudicados fueron los sectores pobres de la sociedad, se empezó a generar conciencia sobre la necesidad de protección para los niños. Una de las primeras activistas, fue Eglantyne Jebb, quién fundo la organización "Save the Children", organización que fue apoyada luego por el Papa Benedicto XV, como así entre 1921 y 1923, durante la hambruna que azotaba a Rusia se llevó comida para más de 300 mil niños, desestimando las protestas que la acusaban de ayudar a un país comunista. También, ella impulsó la declaración de los Derechos de los Niños, que fue adoptada en 1924 en Ginebra.
Actualmente, el día del niño no es más que otra fecha comercial, pero la realidad es que, lejos de "promover el bienestar de los niños", gran parte de los niños siguen sin gozar plenamente de sus derechos. Según la Organización Internacional del Trabajo, alrededor del mundo hay más de 168 millones de chicos que trabajan.
En fábricas, en plantaciones, en talleres, en las casas; el trabajo les roba la infancia a millones de niños. La servidumbre y la trata de con fines de explotación sexual en los niños, lejos de ser una excepción, es moneda corriente de los capitalistas para extraer hasta la última ganancia. La explotación y el maltrato es regla entre los hijos e hijas de la desigualdad que los condena por el sólo hecho de nacer en el seno de una familia pobre.
En una sociedad basada en la desigualdad más profunda; para muchos niños, los juguetes son un privilegio mientras que por otro lado, el consumismo capitalista se encarga de mercantilizar la infancia como nunca antes. La única manera de que los niños gocen de una infancia plena es transformando de raíz las condiciones actuales, donde la infancia en vez de ser mercado para explotar sea el momento más feliz de nuestras vidas.
Carmela Torres
Nació en Gran Buenos Aires en 1987. Militante del PTS y miembro de Contraimagen. Licenciada en Artes Visuales de la UNA y maestranda en Artes Electrónicas de la UNTREF.