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Efeméride. Día del diseñador y la diseñadora gráfica: las mujeres marcaron el camino

Hoy se recuerda la fecha en que obtuvo su título la mendocina Haydée Stritmatter, primera diseñadora gráfica argentina, egresada en 1966 de la Universidad Nacional de Cuyo. Las mujeres marcaron el camino en el diseño del siglo XX.

Domingo 24 de octubre de 2021 09:17

Diseño e ilustraciones de Mar Ned, para Ediciones IPS

Diseño e ilustraciones de Mar Ned, para Ediciones IPS

La primera diseñadora argentina
La joven mendocina fue la primera estudiante en aprobar la última materia del cuarto año de la carrera de Diseño Industrial, obteniendo así el título intermedio de Diseñadora gráfica. Este hecho impulsó el reconocimiento del diseño gráfico como profesión, que ya existía pero era desempeñada por artistas plásticos o arquitectos, pero sobre todo como disciplina académica, que comenzando en Mendoza y siguiendo en La Plata, será luego dictada en varias universidades del país.

Poco más es lo que se sabe de Haydée Stritmatter: recién recibida viajó a Estados Unidos contratada como diseñadora textil por una empresa de Chicago. No hay rastros de su actividad profesional o académica fuera o dentro del país. Sin embargo su nombre quedó asociado a la efeméride cuando en 1975 las Facultades de Artes y Diseño de Mendoza y La Plata, instituyeron, en honor a la primera diseñadora, el “Día del diseñador gráfico”. Hoy volvemos a sacar a la luz su nombre resaltando la incongruencia de excluir a las mujeres de la historia.

Otra mujer revolucionó el diseño
Cincuenta años antes que Haydée y en otro punto del mundo, otra mujer estaba haciendo historia en el diseño. Varvara Stepánova, nacida en 1894 en una familia de campesinos, se formó como artista plástica en Odessa, donde conoció a su amigo y compañero Alexandr Rodchenko con quien integraría el grupo fundador del movimiento Constructivista ruso, que tuvo gran influencia en el arte del siglo XX. Luego del triunfo de la Revolución Bolchevique en 1917 Stepánova abandonó los pinceles y el caballete para volcarse al diseño textil y de indumentaria, al diseño gráfico y a la fotografía, intentando dar respuesta desde el arte a las necesidades de la naciente República Soviética.

Ejército Rojo. Ilustración de Varvara Stepánova

Stepánova formó parte junto a Rodchenko, El Lissitsky, Liuvov Popova, Vladimir Maiakovski, los hermanos Stenberg y otros artistas, poetas, diseñadores y arquitectos, del grupo de vanguardia que, nucleados en la escuela Vkhutemas, se proponía ligar el arte a la nueva sociedad soviética. Junto a Popova aplicaron innovadores motivos abstractos derivados del constructivismo en el diseño de las telas, de la ropa para los trabajadores de las fábricas, y de la indumentaria para los deportistas. Estos diseños inspiraron décadas después los motivos de grandes marcas de ropa deportiva, como Adidas, al crear sus modelos de indumentaria en los 70.

Diseño de indumentaria. Liubov Popova

El arte para usar
Este concepto de diseño como arte aplicado encontró, en la primera década de la Rusia revolucionaria, un terreno fértil para desarrollarse. La economía planificada, con la dirección soviética de todas las ramas de la industria, la cultura, la educación y la salud, permitía al diseño concentrarse puramente en lo funcional, respondiendo a las necesidades de comunicación visual que la nueva sociedad requería.

Formas geométricas puras, diagonales, repetición, fotomontajes, tipografías sencillas, predominancia del rojo y el negro, son algunos de los elementos utilizados por el constructivismo para crear un estilo de diseño gráfico simple, directo, dinámico y libre de artificios, que cien años después sigue siendo reconocible como identidad visual de la Rusia pos revolucionaria, y como muestra de las posibilidades creativas de una sociedad sin explotación.

Diseño de vestuario. Varvara Stepánova

Afiches para agitación y propaganda, portadas de libros, posters de películas, facilitaban la comunicación de las actividades, y la difusión de las ideas políticas y la cultura en un extenso país sumido aún en un profundo atraso. En sólo diez años las ideas visuales y artísticas desarrolladas por el constructivismo revolucionaron las formas de expresión y comunicación. Luego, con el ascenso al poder de la camarilla comandada por Stalin, las artes y el diseño fueron reorientados burocráticamente. Los artistas, para sobrevivir, tuvieron que adaptarse entonces a las formas del "realismo socialista" que imponían las necesidades de construcción del "socialismo en un solo país".

Izq: Autorretrato. Der: Retrato de Alexandr Rodchenko. Varvara Stepánova.

Las ideas constructivistas sin embargo tuvieron influencia directa en la creación de la Bauhaus (“casa de la construcción”) en la Alemania de posguerra. Una escuela de arte y diseño aplicados, adscripta políticamente a la socialdemocracia gobernante y a su estrategia de reforma del capitalismo, que sin embargo tenía un funcionamiento democrático inédito para la educación de la época, con propuestas pedagógicas innovadoras.

Diseño gráfico y de indumentaria. Varvara Stepánova

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Estos movimientos artísticos de vanguardia surgidos a principios del siglo XX en un contexto convulsivo, a los que se puede sumar el De Stijl en Holanda, tenían en común una visión integral del arte en todas sus ramas y la necesidad de vincularlo a la vida cotidiana. Primaba la idea de un arte para ser usado, la belleza de las formas aplicada a una función. Un antecedente de estos postulados se puede encontrar en los llamados modernismos de fines del siglo XIX, como el art nouveau o el art decó, que ya intentaban aplicar las formas bellas a objetos de uso diario.

Afiches y portada de revista. Diseños de Varvara Stepánova

El diseño en el siglo XX: para vender o para comunicar
Aunque no con ese nombre, el diseño gráfico había comenzado mucho antes. Podríamos pensar en las pinturas de las cavernas como los primeros intentos de comunicar ideas mediante dibujos. Los jeroglíficos egipcios fueron otra forma, más avanzada, de comunicación gráfica. El desarrollo del lenguaje escrito desde la Antigüedad hasta la Edad Media, implicó la combinación de tipografía e ilustraciones. La imprenta de tipos móviles de Gutenberg revolucionó la forma de comunicar las ideas, e implicó un diseño más sofisticado de la letra impresa y de las portadas de los libros.

Pero fue a fines del siglo XVIII que, con la Revolución Francesa y luego con la Revolución Industrial, apareció la necesidad de publicitar las bondades de los productos de consumo. Afiches callejeros, avisos gráficos en la prensa, etiquetas y envases de productos comienzan a difundirse durante el desarrollo capitalista del siglo XIX, aunque su utilización se masificó con la expansión imperialista del mercado, ya comenzado el siglo XX.

Es en ese particular momento histórico de crisis, guerras y revoluciones, a comienzos del siglo pasado, donde podemos ver con claridad las diferentes estrategias visuales para la comunicación.

Por una parte el diseño aplicado a las necesidades de la economía de mercado, donde la creatividad artística está dirigida hacia un único objetivo: vender más productos.

En el lado opuesto encontramos el innovador desarrollo, comentado más arriba, del diseño puesto al servicio de la construcción de una sociedad nueva, superadora de la decadencia capitalista que estaba sumiendo al mundo en la guerra y la miseria.

En esa nueva sociedad, el arte del diseño, liberado de los dictados del mercado, debía servir para sus fines más simples y primarios, que son crear las formas más bellas para comunicar las múltiples ideas y expresiones de un mundo de iguales sin explotación ni opresión.

Un siglo después, estamos atravesando una época de crisis cada vez más profundas, que podrían desembocar probablemente en guerras y en revoluciones. Los artistas, arquitectos, fotógrafos, diseñadores, necesitamos prepararnos para construir esa sociedad desde sus raíces, y para ayudar a crear belleza en el mundo que vendrá.