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Red Internacional
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A un año de su partida. Diez canciones de Pil según Pil

De Los Violadores iniciáticos a la expansión continental y su posterior etapa con esa banda, sus experiencias como solista y las apariciones de Pilsen: una cartografía en primera persona por las distintas motivaciones, influencias y propósitos que rodearon a su arte.

Juan Ignacio Provéndola @juaniprovendola

Sábado 13 de agosto de 2022 10:00

Ilustración: Seba Aladro.

Ilustración: Seba Aladro.

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“Represión”
(Los Violadores)
Los Violadores, 1983

“Si el principal ordenador del primer disco de Violadores fueron los Pistols, “Represión” es nuestro “Satellite”. Luca Prodan lo cazó cuando nos conocimos en un festival en la cancha de Estudiantes, marzo de 1982. Al comienzo la hacíamos distinta a como la terminamos grabando, el mismo día que el Papa Juan Pablo II venía a la Argentina, últimos días de la guerra de Malvinas. Más que punk, sonaba a rock, aunque con un toque punk por la pelotudez, el cinismo y esas cosas. Una banda más rockera y pesada, sin acelerar. Tipo The Who, pero en su época de no profesionalismo, jaja. Algo de eso sobrevivió en unas cintas de Le Chevalet, el primer lugar que nos habilitó para tocar con cierta continuidad. Sin imaginarlo (o no), se escucha que digo: “vamos a tocarla antes de que nos metan a todos en cana”. La canción termina en una onda medio jam: en un momento aparece el dueño y me dice como me decían entonces: Emerson”.
(“Represión: el punk antes del punk”, libro inédito)

“Espera y verás”
(Los Violadores)
Y ahora qué pasa, eh?, 1985

“En el 83, una tarde me arrestaron por averiguación de antecedentes; me tuvieron dos días tirado adentro de un calabozo. Me habían sacado todo, pero había un señor, también detenido, que tenía lápiz y papel escondidos. Le dije si me los prestaba y escribí: “Estuve en lugar que tú no conoces / y en situaciones que nunca imaginé / yo estuve aquí / y estuve allá / ¿ahora qué me vienes a reprochar?”. Se lo dedicaba a los punks que decían que nos habíamos vendido, que nos cuestionaban porque cobrábamos en los conciertos y ganábamos dinero. No podían admitir que esto también era un trabajo, una profesión, una forma de ganarse, y pagarse, la vida. Hasta algunos fanzines nos dieron tupido cuando empezamos a crecer. Cuando miro para atrás, parece que nadie nos quita el goce de haberlo hecho, de habernos jugado”.
(2017, Más allá del bien y del punk, libro con Juan Carlos Kreimer)

“Más allá del bien y del mal”
(Los Violadores)
Fuera de sektor, 1986

“Como su título lo dice, tiene que ver con Friedrich Nietzsche. El que más lo había leído de nosotros era Stuka. Pero también está sacado de una película del cine sueco, que en los años 60’s fue muy importante, importantísimo a nivel mundial. Había un director, Ingmar Bergman, que hizo una película llamada El séptimo sello, donde un caballero medieval juega con la muerte al ajedrez. Con Hari B veíamos muchas películas, íbamos a ciclos de cine de autor en bibliotecas, ahí conocimos muchas de esas cosas”.
(2018, presentación del libro “Más allá del bien y del punk” en Humahuaca)

“La era del corregidor”
(Los Violadores)
Fuera de sektor, 1986

“Hablo de un personaje central al que le implantan algo en el cráneo, una nueva programación, y también del disquete y las computadoras que apuntan a que todos pensemos igual. Eso todavía no se llama “Pensamiento Único” sino colonización, o dominación: crear una generación de descerebrados. Hoy veo toda esa oscuridad que tiene ese tipo de tema, la oscuridad que tenía en mi cabeza cuando los compuse. Un tema en donde Los Violadores nos prendíamos fuego en vivo. Y cada vez que vuelvo a cantarlo, siento que perdurará porque siempre habrá movimientos y situaciones donde alguien, un régimen, o un iluminado, va a querer tomar posesión de vos”.

(2017, Más allá del bien y del punk, libro con Juan Carlos Kreimer)

“Mercado indio”
(Los Violadores)
Mercado indio, 1988

“Fueron vivencias peruanas. Estuve hablando con una periodista de allá, una piba de quince años. Y me recordó a la película Gallipoli. Es un film donde los soldados de Australia llegan a Egipto porque tienen que atacar Turquía, en la Primera Guerra Mundial, y compraban estatuillas egipcias que decían que eran faraónicas, pero unos las compraban a dos libras, y otros a veinte chelines, y otro a tres peniques, baratijas… En Perú estaba embalaba el bolso y la chica veía todas las túnicas y cosas incaicas que yo había comprado, de plata y cobre, y me decía: ‘Yo soy inca, descendiente de incas, pero a nosotros nos mataron y todo lo que te estás llevando es reciclaje de una cultura perdida, muerta”. Me quedó prendido en la cabeza”.
(1988, entrevista con Revista Humor)

“Seis novelas Pilsen”
(Pilsen)
Bajo otra bandera, 1993

“Otro tema que quiero mucho. Osvaldo Soriano todavía vivía cuando empecé a leer sus libros en los 80 y, a través de sus personajes, a sentirlo a él como alguien entrañable. Un tipo que por atreverse a escribir lo que pasaba por debajo de la realidad oficial debió rajarse del país. Cada vez que lo leía o recordaba porque alguien lo mencionaba, no podía dejar de verlo, enloquecido por San Lorenzo como era, escuchando los partidos por teléfono de Bélgica y Alemania. Me reconocía argentino en él. Al cantar “Seis novelas” sentía que estaba haciendo algo más que meter sus novelas dentro de un contexto lírico: que estaba como en una road movie reencontrándome con la Argentina. Sentía a Soriano como un gran amigo, muchas noches me acompañó mientras lo leía y muchas veces sentí que, a través de mi música, yo también estaba acompañando como amigo a muchos pibes”.

(2017, Más allá del bien y del punk, libro con Juan Carlos Kreimer)

“Le rouge et le noir”
(Los Violadores)
Rey o reina, 2009

“Rojo y negro fue un fetiche que me dejó haber leído el libro Le rouge et le noir de Sthendal. La primera canción que llevó esos colores en su nombre fue “Petróleo y sangre”, de Los Violadores. Corría 1991, Guerra del Golfo. Aunque ya había usado ese recurso en “Ellos son”: “Resistir hasta el final es el lema, rojo y negro son diferentes emblemas”. Más adelante hicimos “Le rouge et le noir”… “un pleito en la ópera”, y “Rot und schwatrz”, ya con la última formación de Pilsen. Hubo un intento de crear “Rosso e nero”, la letra hablaba sobre un amor fantasmagórico, pero no prosperó. Finalmente, en Carne, tierras y sangre grabamos “Por las mil y una noche más, rojo y negro persa”, una canción sobre una chica iraní que escapó de una lapidación”.

(2020, entrevista con alumnos de la UBA)

“Nonsanto”
(Pil y Los Violadores de la Ley)
Último Hombre, 2015

“En un disco de Los Violadores hice un tema que se llamaba “El hombre sin rostro”. Es como en la película Zeitgeist: no sabemos quién controla el mundo. Cuando los insectos no joden, los dejan, pero cuando son muchos, los aplastan. Y ahí vienen los insecticidas. De eso se trata el nuevo orden mundial. No conozco los aspectos técnicos, sí los ambientales. Lo que deja esto. Es gente que arrancó en 1914 y luego continuó con el Proyecto Manhattan y la búsqueda de la bomba atómica. Tipos trabajando secretamente en un edificio para el enriquecimiento de barras de uranio. La primera consecuencia fue la bomba de Hiroshima. Poco después, apareció el Agente Naranja. En Vietnam hay miles de personas malformadas por eso. Las derivaciones de todo esto las vemos en la Argentina con el cultivo de la soja. Tierra arrasada que parece pavimento. y el alimento nuestro de cada día envenenado por el uso de agroquímicos. ¿Qué tiene de común todo esto? La misma empresa. En algunos países está prohibida, pero otros le ponen la alfombrita para que entren”.

(2015, entrevista con Página 12)

“Alas para una revolución socialista”
(Pil y Los Violadores de la Ley)
Último Hombre, 2015

“Es gracioso eso, porque el tema se llamaba “Sin chances”. Y una periodista en Rosario entendió cualquier cosa y le puso “Alas para la Revolución Socialista” ¡Qué buen título al final! (risas)… Cualquier cosa, no sé cómo desgrabó… Yo le hablé de socialismo, de que el socialismo es mandar todo a la mierda en este sistema, de terminar con la burocracia… “Brindo porque va a llegar la lucha social y brindo por la revolución…” (canta). En algún momento sucederá, la lucha de clases existe. Con la democracia solo no va. La gente que está oprimida se tiene que levantar. El asistencialismo es como acariciar a un perro. El perro tiene que mostrar los dientes. La clase trabajadora tiene que mostrar otra cosa. También tiene que decidir bien cuando vota. Lo que pasa es que la clase está cansada porque el sistema te saca el tiempo, si estás todo el día sentado en la caja de un supermercado contando la guita de otro”.

(2017, entrevista con La Izquierda Diario)

“Carne, tierras y sangre”
(Pilsen)
Carne, tierras y sangre, 2020

“Carne, tierras y sangre me remite a fútbol, asado y vino. Cuando hice la letra, casualmente me puse a pensar en eso: “¿justo tres palabras?”. Y sí: en el fondo eran trípticos conectados. El fútbol es la tierra, la pasión; la carne es el asado; y el vino, la sangre. Si bien cuando hice “Represión” estábamos en plena Dictadura, ya había un neoliberalismo apoyado por esa represión. Pero antes de esto a la vez estaba instalado ese modelo agropecuario que viene de la generación del 1880. Y ahí tenemos una forma de ver la historia, claro: la de las mil familias dueñas de las tierras robadas, la oligarquía que comercia la carne con el apoyo de ciertos sectores políticos… y la sangre que cae siempre del lado obrero, laburante. Una reforma agraria no vendría nada mal en algún momento, ¿no?”.

(2020, entrevista con La Izquierda Diario)