El pasado 9 de marzo la Cámara de Diputados avaló en la generalidad la minuta mediante la cual es expedida la nueva Ley General de Educación Superior. A través de la expedición de esta Ley, queda abrogada la Ley para la Coordinación de la Educación Superior, la cual se expidió en 1978.
Sábado 13 de marzo de 2021
El dictamen de la nueva Ley pasará a ser discutido en lo particular, sin embargo, se prevé que no haya modificación alguna y se proceda a enviarse tal cual al presidente de la República.
La minuta en cuestión establece la supuesta gratuidad de la educación superior, empero, se dice que ello será de forma gradual y, además, siempre y cuando el presupuesto sea suficiente.
En cuanto al aspecto de la autonomía, queda establecido un supuesto respeto al esquema de autogobierno de las universidades autónomas, pero no se define mecanismo que articule la Ley en comento con otras encargadas de combatir actos de corrupción, garantizar transparencia institucional y un pleno respeto a la libertad de cátedra y a los derechos laborales de trabajadores de educación superior.
Lo que en ese tenor la Ley termina estableciendo, entre ambigüedades y contradicciones, es una figura de autonomía distorsionada que deja a las universidades y a sus comunidades en indefensión total frente a caciques universitarios y sus grupos políticos, como es el caso emblemático de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), tristemente célebre debido al uso clientelar que el rector de dicha Casa de Estudios, Juan Eulogio Guerra Liera, lleva a cabo bajo las órdenes del cacique Melesio Cuén, dinámica clientelar que nutre al nefasto instituto político que este último preside: el Partido Sinaloense (PAS).
Es importante mencionar que el impulsor de la nueva Ley General de Educación Superior es el senador morenista con licencia Rubén Rocha Moya, Presidente de la Comisión de Educación de la Cámara Alta y actual candidato a gobernador del Morena para Sinaloa. Rocha es el protector de Melesio Cuén; tanto así que para las elecciones de este año el PAS y el Morena van en alianza, juntos han conformado una mancuerna que azota a trabajadores universitarios y estudiantes UAS pisoteando sus derechos laborales y humanos.
Por eso se entiende que esta Ley reboce de ambigüedades y contradicciones y que al final no tenga posibilidad real de garantizar los derechos de integrantes de las comunidades universitarias.
El Senado aprobó este proyecto de Ley el pasado 10 de diciembre. El proceso estuvo acompañado de muchísimas pláticas que Rocha Moya estableció con otros caciques universitarios del país: hay que entenderlo, esta es una Ley a modo para poner un fuerte freno a ímpetus verdaderamente democráticos al interior de las universidades públicas.
Efectivamente el morenista Rocha Moya, como bien decía el lema de campaña de la coalición que lo cobijó en 2018, va a “hacer historia” como el Senador que, siendo presidente de la Comisión de Educación de la Cámara Alta y teniendo condiciones sumamente favorables para fungir como un tribuno del pueblo, de las y los trabajadores de la educación, así como para defender la educación pública, ha contribuido a la paulatina desaparición de normales rurales y, además y le regaló a los caciques universitarios y sus grupos políticos, una Ley General de Educación Superior que, entre omisiones y planteamientos, les permite perpetuarse en posiciones clave para dirigir las universidades públicas del país en detrimento de los derechos laborales y humanos de trabajadores universitarios y estudiantes