Crisis y recesión. Dólar “Diarco”: otra confirmación del derrumbe económico al que empuja el ajuste de Milei

Este lunes la cadena de supermercados mayorista Diarco habilitó una nueva forma de pago. Aceptará aquellos dólares que habitualmente no son recibidos por los bancos y lo hará a un valor superior a los dólares paralelos. Ese valor se irá definiendo día a día, anunciaron desde la empresa. El anuncio fue festejado por el Gobierno y por sus trolls en las redes sociales. Fue presentado como el “primer paso hacia la dolarización” de la economía.

Pero no hay nada que festejar. La decisión de la cadena se inscribe en una crítica situación económica, donde el derrumbe de la economía y el consumo está llevando al empobrecimiento de millones. La medida implica una salida para que las familias -generalmente de clase media y sectores altos de la clase trabajadora- que tienen ahorros en dólares puedan usarlos para el consumo diario.

En los hechos, es una forma de hacer realidad aquella idea que planteó el ministro de Economía Luis Caputo hace algunos meses cuando habló “positivamente” de que las familias liquidaran los dólares guardados para garantizar el pago de los impuestos.

La decisión de la cadena Diarco tiene como trasfondo una enorme caída del consumo, que viene afectando fuertemente tanto a las grandes empresas como al consumo minorista de los pequeños negocios. Esa caída del consumo está motorizada por un fuerte ajuste, que incluye por ejemplo los tarifazos que están golpeando a las familias trabajadoras de todo el AMBA y el resto del país.

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El discurso oficialista que festeja la medida está -como casi todo en el Gobierno de Milei- pasado de rosca. Las tensiones económicas, tanto nacionales como globales, son muchas. La economía “libertariana” está en estado de crisis, con reservas netas negativas en el Banco Central y una tensión muy fuerte con las grandes patronales del campo que pueden liquidar divisas.

El “dólar Diarco” confirma que el plan económico conduce al desastre. Es necesario enfrentar el conjunto de ese programa, planteando en primer lugar la pelea por defender el salario y las condiciones de vida frente al ataque profundo que empujan el Gobierno, el FMI y las grandes patronales. Un ataque del que la CGT y el peronismo vienen siendo cómplices.

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