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Red Internacional
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INTERVENCIONISMO IMPERIALISTA. EEUU, en su plan injerencista, insiste que Asamblea de la OEA resuelva sobre Venezuela

El subsecretario de Estado de Estados Unidos, John Sullivan, volvió a insistir este martes que se vote en la Asamblea General de la OEA la resolución sobre Venezuela que el lunes no alcanzó la mayoría necesaria de votos durante la reunión de cancilleres.

Miércoles 21 de junio de 2017 00:00

El subsecretario de Estado de Estados Unidos, John Sullivan, volvió a insistir este martes que se vote en la Asamblea General de la OEA la resolución sobre Venezuela que el lunes no alcanzó la mayoría necesaria de votos durante la reunión de cancilleres. Además insta a imponer un grupo de países “para facilitar una salida” a la crisis del país, es decir, intervenir abiertamente en función de sus intereses.

Bajo un discurso de que su propuesta es la creación de “un grupo equilibrado de naciones interesadas en contribuir a una resolución de la crisis de Venezuela", lo que busca Estados Unidos es complementar su política injerencista que en las últimas semanas se ha visto acentuada buscando debilitar aún más al gobierno de Maduro

De cara a la Asamblea General de la OEA, el secretario del Departamento de Estado, Rex Tillerson, manifestó a mediados de junio, que preparan una "lista muy robusta" de miembros del gobierno de Maduro para ampliar sus sanciones argumentando “violaciones de derechos humanos” en Venezuela. Durante una audiencia en el comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, el secretario de Estado declaraba que "estamos trabajando con el Departamento del Tesoro para desarrollar una lista muy robusta de individuos" para sancionar. A las pocas horas, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, desde Guatemala, llama a condenar abiertamente al gobierno de Maduro, instando a los gobiernos de la región a redoblar la presión.

Dos días después, Trump pide a Tillerson promover mayor injerencia de la OEA sobre Venezuela, quien, mediante el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, el presidente de Estados Unidos “ha instruido al secretario Tillerson a colaborar con los países de la región para que avancen las discusiones sobre Venezuela en este importante encuentro". El mensaje de Trump llegaba poco después de que Tillerson afirmara, mediante un comunicado, que estaría en Cancún para liderar la delegación estadounidense en la Asamblea, la cita anual más importante de la OEA, pero que al final no terminó asistiendo, enviando al subsecretario John Sullivan.

Como vemos, Estados Unidos es uno de los países que ha venido impulsando que la OEA medie en la situación venezolana, pretendiendo imponer una serie de condiciones al gobierno de Maduro, contando para ello todo un grupo de países que lidera la derecha latinoamericana. Es por eso que, insatisfecho con que en la reunión de cancilleres del lunes no resolviera nada con respecto a Venezuela, volvió a insistir en la Asamblea General de la OEA la creación de lo que es llamado también de “grupo de contacto”. Por eso el subsecretario Sullivan, siempre bajo un claro cinismo, defendía que una autorización de la OEA para la creación del mencionado grupo, sería un "paso modesto", aunque no llegó a mencionar a los eventuales miembros, habló de de naciones de la región como a "actores externos" como El Vaticano y la ONU.

Una propuesta que, como era de esperarse, sería rechazada por la representación del gobierno de Maduro en la OEA. A pesar de que Maduro ha anunciado que Venezuela ya se había retirado de la OEA, aún continúa participando de sus reuniones, y se encuentra presente en la 47 Asamblea General. En el marco de esta Asamblea es que la canciller Delcy Rodríguez, en su réplica, le respondía a Estados Unidos que ese "grupo de contacto" es "completamente inútil e innecesario", más allá de la bravuconada de la canciller de que la única forma en que Norteamérica podría imponer su voluntad sobre Venezuela sería "con sus marines".

Pero además de esta tentativa por parte de Estados Unidos de crear dicho “grupo de contacto”, los países, que ayer no consiguieron obtener los 23 votos en la reunión de cancilleres de condena a Venezuela, que es liderado por México y del que es parte también EEUU, nuevamente negocian un proyecto de resolución Venezuela para aprobarlo en la Asamblea General. Esos países, entre los que también están Canadá, Brasil, Argentina y Panamá, entre otros, tratan de convencer a al menos 3 países para que se sumen a los 20 que ayer apoyaron su propuesta y así lograr una mayoría “incontestable” de dos tercios, como ellos sostienen.

Aunque, a diferencia de la reunión de consulta de cancilleres, de acuerdo con el reglamento de la Asamblea solo necesitarían 18 votos para aprobar una resolución, buscan mostrar que tienen los apoyos que requería la reunión de cancilleres, dos tercios de los 34 Estados representados en el encuentro, sino podría terminar siendo una resolución ya debilitada de por sí. El gobierno de Maduro ha sostenido que de cualquier manera, hará caso omiso de cualquier resolución que tome ya sea la Asamblea General o alguna otra próxima reunión de consulta de cancilleres. Pero el gobierno de Trump, parece decidido a ser más ofensivo con respecto a Maduro.

Es más que claro que hay que rechazar toda injerencia imperialista. Pues el cinismo del imperialismo estadounidense en su intervencionismo no puede ser mayor. Los gobiernos de Estados Unidos son responsables de la violación de los derechos humanos y los derechos elementales en decenas de países, incluso fronteras adentro, además de ejecutor de guerras intervencionistas contra pueblos enteros. Desde la campaña electoral, Trump no ha dejado de repetir su discurso racista contra los inmigrantes latinoamericanos, incluyendo la nefasta propuesta de construir el muro en la frontera estadounidense con México.

El rechazo a la injerencia imperialista no implica avalar en modo alguno al gobierno de Maduro, que lejos de tomar medidas que ataquen los intereses del imperialismo y sus socios venezolanos, frente a la crisis económica que atraviesa el país ha tomado medidas que afectan a los trabajadores y el pueblo pobre mediante medidas de ajuste, y es un fiel pagador de la deuda externa mientras el pueblo trabajador sufre las calamidades de la crisis.

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