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Red Internacional
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Con la plata de los jubilados. Economía le compró U$S 1.500 millones al Banco Central para pagar a bonistas de Nueva York

El Ministerio de Economía de Caputo concretó la compra de U$S 1.500 millones al Banco Central para girar por adelantado a Nueva York a una cuenta hasta el vencimiento de deuda en enero. A los pies del capital financiero, el gobierno de Milei destina la plata del ajuste a jubilados y trabajadores para garantizar los negocios de los bonistas.

Martes 17 de septiembre 21:44

Después de haber sacado lingotes de oro del país sin dar las explicaciones mínimas del caso y de haber deslizado en julio que enviaría miles de dólares dólares a una cuenta de un banco de Nueva York para pagarle a los bonistas, el Ministerio de Economía habría concretado hoy la compra de a U$S 1.530 millones al Banco Central, para ser giradas a Estados Unidos, según trascendió en distintos medios por confirmaciones de Economía.

Este dinero quedaría "en custodia" en una cuenta del Tesoro en el Bank of New York (BoNY) hasta enero, cuando caigan vencimientos de intereses de deuda a los tenedores de bonos por dicha cifra. El secretario de Finanzas Pablo Quirno había adelantado explícitamente hace unos meses que ese giro por adelantado es un "gesto" hacia los inversores.

El dinero no sale de otro lado que no sea la plata del ajuste a jubilados y trabajadores. Milei reconoció en cadena nacional que en lo que va de su gestión se recortaron U$S 90.000 millones y que la prioridad por sobre todas las cosas es pagar la deuda al FMI y los especuladores.

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El gobierno había anunciado que la plata para comprar esos dólares a ser girados a Estados Unidos saldría del "superávit" conseguido a base de un ajuste brutal. Una muestra cabal y muy concreta de que las prioridades son garantizar las ganancias de los especuladores de la deuda y de los grandes grupos económicos a costa del fuertes ataques a las condiciones de vida de las mayorías trabajadoras.

Además de los intereses, también el 9 de enero vencen casi U$S 3.000 millones más en concepto de capital de deuda, aunque eso no se enviará por anticipado y se prevé que tampoco sea renovado, en un contexto de riesgo país todavía alto, sino directamente pagado con dinero de las arcas del Tesoro y del Banco Central.

En el proyecto de Presupuesto 2025 del Gobierno se contempla la posibilidad de colocar deuda en los mercados internacionales por un monto aproximado de U$S 3.500 millones para refinanciar parte de los vencimientos de deuda del año próximo. Según el proyecto oficial, el 18% del total de las operaciones de crédito público previstas para el año “podrá colocarse en moneda y bajo jurisdicción extranjera”.

“En lo referido a la atención de los servicios de deuda en moneda extranjera que operen en el ejercicio, estos se podrán continuar cancelando en efectivo tal como se hizo en lo que va del presente año o, en un contexto financiero favorable internacionalmente, con la emisión de un nuevo instrumento emitido en los mercados externos”, apuntó el mensaje enviado al Congreso por el Poder Ejecutivo. Según un reporte de la consultora 1816, ese 18% de la colocación total de títulos públicos que podrá hacerse en dólares y en ley extranjera se estima en U$S 3.500 millones. No obstante, y a pesar del propio gobierno y de Caputo que apuesta a conseguir fondos frescos por parte del FMI con un nuevo endeudamiento del organismo, el Presupuesto descarta la posibilidad de que eso suceda.

En 2025, los compromisos en dólares del sector público consolidado, que incluye la Nación y las provincias, alcanzan casi los U$S 24.000 millones. El más inmediato de ellos es el 9 de enero, con el pago de intereses y capital de los Bonares y los Globales.

Frente a los anuncios de Milei de que serán necesarios más "sacrificios" para salir de la crisis, mientras se agudiza la recesión, y el "déficit cero" a toda cosa, existe otra alternativa. El desconocimiento soberano de la deuda externa y una ruptura con el FMI permitirían a la clase trabajadora poner un límite a la sangría de la deuda y alcanzar una moneda fuerte. Junto con la expropiación de las grandes cerealeras y el establecimiento de un monopolio del comercio exterior para poner fin a la fuga de divisas, se puede comenzar a sentar las bases de para economía planificada democráticamente desde abajo, que priorice solucionar las necesidades sociales y no la rentabilidad de un pequeño grupo de capitalistas.