Según señala la organización No a la entrega de la Costa Quilmes-Avellaneda, Edesur solicitó autorización al Municipio de Quilmes, pero este “no es autoridad para otorgar tal autorización en el área”.
Martes 30 de octubre de 2018 17:20
Nuevamente la empresa Edesur realiza un desmonte de bosque nativo, en flagrante violación de la Ley 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, en la ribera de Quilmes, degradando todo un sector del área protegida que fue catalogado por esta ley como de alto valor de conservación.
Su nombre oficial es Parque Natural y Reserva Ecológica Municipal Selva Marginal Quilmeña, un área de unas 200 hectáreas que se extiende desde la autopista Buenos Aires-La Plata hacia el río y que abarca los ambientes costeros de las localidades de Bernal y Don Bosco, en el partido bonaerense de Quilmes. Forma parte del biocorredor y valle de inundación del Río de La Plata, en el sector rioplatense de la ecorregión del Delta e Islas del Paraná, aunque también integra elementos de las ecorregiones Pampa y Espinal, lo que ofrece una variedad de paisajes y biodiversidad muy interesante.
Entre sus diversos paisajes se cuentan los juncales, matorrales ribereños, bosques ribereños, selva marginal y humedales. Además, al construir la autopista y remover tierra, se formaron varias canteras que hoy están inundadas y se han convertido en lagunas. También persisten en la reserva pequeños talares, de los pocos que aún quedan en la provincia. La reserva es un sitio de recreación, investigación científica y educación ambiental que forma parte importante de la historia local de Bernal.
La asamblea vecinal nucleada bajo el lema “No a la entrega de la Costa Quilmes-Avellaneda” denuncia que Edesur realizó el sábado 6 de octubre una tala de árboles en un sector catalogado por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable (OPDS) de alto valor de conservación. La remoción de los árboles se debería a que por ese sector pasan cables de alta tensión, pero los vecinos aclaran que los mismos pueden podarse sin lastimarlos para evitar que dañen los cables.
En un comunicado la asamblea informó que Edesur solicitó autorización al municipio de Quilmes, quien autorizó una “poda correctiva extraordinaria”. Sin embargo, según denuncian, “el Municipio no es autoridad para otorgar tal autorización en el área de Bosques nativos. Quien debe autorizar el trabajo es el OPDS. A pesar de que el Municipio no es quien da la autorización, en estos permisos se habla de poda correctiva, no de arrancar los árboles de raíz”. Este desmonte genera que se fraccione el corredor biológico, afectando al lugar por donde pueden ingresar o egresar la fauna, y como consecuencia disminuye la biodiversidad de la región.
Un poco de historia
En 1996 se declara por la Ordenanza Municipal N° 8.255 la “Reserva Los Sauces”, la cual incluía el frente costero de Bernal. En el año 2002 se realiza una segunda declaración de reserva sobre el área, integrando la costa de Bernal y de Don Bosco, y se crea el “Parque Natural y Reserva Ecológica Municipal Selva Marginal Quilmeña” (ordenanza Municipal N° 9.348/2002 y ordenanza N.º 9.508/2003). Además, esta zona forma parte del área contemplada dentro del Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos para la provincia de Buenos Aires, Ley N° 14.488, enmarcada dentro de la Ley Nacional de Presupuestos Mínimos para la Protección Ambiental de Bosques Nativos N° 26.331.
Históricamente, toda esta área constituía un espacio de recreación utilizado como balneario por los vecinos y formaba parte del cinturón frutihortícola platense. Actualmente, ya no se realiza más esa producción, aunque los restos de las antiguas quintas aún pueden ser descubiertos mirando con atención entre la selva marginal.
El sector continúa siendo un espacio de recreación y disfrute para los pobladores locales. En la única calle que conecta la ciudad de Bernal con el Río de la Plata, la calle Espora, se encuentra el barrio “Ribera de Bernal”, que cuenta con aproximadamente 150 habitantes. Siguiendo por esa calle hasta casi llegar al río, aún se encuentra en pie un antiguo salón que data de 1914, cuando aún había balneario y Bernal todavía era zona de quintas: “La Tapera, donde llueve y no gotea”.
Valores culturales y ambientales
En esta reserva conviven varios ambientes como bosques costeros, selvas en galería y montes de tala, acompañados por humedales nativos. Todos ellos son fundamentales para mantener el equilibrio y salud ecológica, y cumplen importantes servicios ambientales como brindar oxígeno, eliminar contaminantes del ambiente, regular inundaciones, temperaturas y contribuir a mantener la diversidad biológica, sirviendo de alimento y refugio para animales.
Estrella Montalibet, estudiante de Biología de la Universidad de la Plata y coordinadora del Club de Observadores de Bernal, comenta sobre las particularidades de la flora y fauna que se puede encontrar aquí: “El área cuenta con las poblaciones más australes de varias especies vegetales como timbó (Enterolobium contortosiliquum), carpinchera (Mimosa pigra variedad pigra), la enredadera Sicyos polyacanthus, y algunas consideradas escasas, amenazadas por la reducción de su hábitat, o de distribución limitada por condiciones ecológicas restringidas, como el helecho culandrillo (Adiantum raddianum) y la orquídea terrestre Cyclopogon elatus”.
Agrega que entre los invertebrados han registrado especies de importancia, como el opilión Hernandaria scabricula, que merece atención por ser una bioindicadora, ya que en toda su distribución se encuentra relegada a bosques costeros donde la actividad humana es escasa o nula. Estrella, que es especialista en invertebrados, detalla que “se conocen 21 familias de arañas para el área, de las que destacan Stenoterommata platense, especie exclusiva de los bosques en galería y talares (por lo que la actividad antrópica puede afectar fácilmente su presencia), y Homoeomma uruguayense, tarántula pequeña que encuentra aquí su población más austral”.
Ella es parte del Club de Observadores de Aves de Bernal (C.O.A Bernal), miembro de la ONG Aves Argentinas, que realiza visitas regulares de observación y estudio de las aves presentes en el área. Han registrado alrededor de 190 especies de aves, que representa aproximadamente el 42 % de las que se conocen para la provincia. Algunas de ellas son de importancia en términos de conservación a nivel nacional, como el espartillero enano (Asthenes hudsoni), pajonalera pico curvo (Limnornis curvirostris), espartillero enano (Spartonoica maluroides), gaviota cangrejera (Larus atlanticus), lechuzón de campo (Asio flammeus), gavilán planeador (Circus buffoni), catita chirirí (Brotogeris chiriri) y matico (Icterus croconotus). Además, el área es sitio de refugio y alimentación para 28 especies migratorias.
La gestión popular contra la desidia estatal
Pese a tener la declaración de reserva natural oficial, con dos ordenanzas que así lo establecen, el área no cuenta con un plan de gestión pertinentemente, no tiene infraestructura para visitantes o personal, delimitación perimetral ni guardaparques.
Según relatan los miembros del C.O.A. Bernal, “esta falta de gestión es la madre de todas las problemáticas presentes en el área, siendo la más grave la amenaza del proyecto ‘Nueva Costa del Plata’ surgido en 2008”. Este proyecto es un emprendimiento inmobiliario del grupo Techint, según su página web el predio tendrá en total 220 hectáreas, pero se construirá un 25 %, dejando el resto a espacios públicos e incluso albergará una “nueva sede de la Universidad Nacional de Avellaneda”. Sin embargo, tras el slogan “cuidado del medioambiente y la protección de las especies autóctonas en la zona”, los vecinos denuncian el relleno de humedales y la pérdida de bosque ribereño de las localidades de Bernal, Don Bosco y Wilde, que significa esa urbanización.
Al conocer este proyecto, surgió la Asamblea Vecinal No a la entrega de la Costa Quilmes-Avellaneda, que logró llevar el caso a la justicia en 2012, luego de que se realizara un desmonte en un sector de selva marginal para adecuación de suelos para las obras del emprendimiento. A raíz de la acción de la asamblea, la justicia aplicó una medida cautelar que impide la continuidad de los desmontes y trabajos de construcción, y al día de la fecha la medida cautelar sigue vigente, así como la atención de los vecinos ante cualquier novedad referida a este proyecto.
Según señalan los vecinos, los desmontes ocurren cada año. Lo peor es que estas intervenciones descontroladas son realizadas por organismos estatales que desconocen la protección del sitio o poco les importa dañarlo. Desde el año 2015 que suceden estos casos, destacándose los realizados por la Secretaría de Servicios Públicos del Municipio de Quilmes y por Edesur, que acabaron con grandes áreas de vegetación y que luego los vecinos tuvieron que recomponer. Los responsables nunca explicaron por qué realizaron tales intromisiones.
Otro problema grave en el área y que también afecta las poblaciones urbanas adyacentes, es la contaminación que producen las industrias instaladas en esta zona. Parte del área se encuentra atravesada por un arroyo que descarga al Río de La Plata, en el cual la Papelera Smurfitt Kappa descarga sus efluentes, provocando contaminación de las aguas del río y el suelo de la orilla del curso de agua. Además existe un gran relleno sanitario (cuya extensión abarca parte de las zonas de bañados de las localidades de Villa Domínico, Wilde, Don Bosco y Bernal), perteneciente a la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado (CAMSE), que estuvo operando entre los años 1978 y 2004.
“Si bien el relleno no forma parte del área protegida y se encuentra en etapa de postcierre, linda inmediatamente con la reserva y aún presenta fuga de lixiviados en ciertos puntos, que se filtran hacia los humedales. El cierre definitivo del relleno sanitario estuvo dado a partir de la acción conjunta de vecinos nucleados en la Asamblea de las Madres de las Torres, movilizados tras episodios de incendios y muertes en la población aledaña por inhalación de humos tóxicos”, informan los miembros del C.O.A Bernal.
A pesar de toda esta problemática, los vecinos destacan que han logrado llevar adelante una “gestión popular” de la reserva. Aun así, aclaran que “lamentablemente, no se ha observado interés por parte de las autoridades municipales de poner en valor el área, así la convierten en una más de las tantas “reservas de papel” que existen en la provincia. Por eso, las acciones de educación ambiental y conservación las llevamos a cabo con el trabajo voluntario de vecinos, investigadores y organizaciones socioambientales, especialmente la Asamblea Vecinal No a la entrega de la costa Quilmes-Avellaneda y el Club de Observadores de Aves de Bernal”.
Esta reserva es parte del corredor biológico del Río de la Plata, una defensa contra las inundaciones, un espacio público recreativo, un área de alto valor de conservación por su rica biodiversidad y un resguardo del patrimonio histórico y cultural de la provincia. Como todos los espacios de este tipo que aún persisten, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en sus alrededores, parece que la lógica estatal es abandonarlos y propiciar su degradación para luego fomentar su entrega a la especulación inmobiliaria y su privatización, quitando el derecho al acceso y al disfrute de estos espacios a toda la población. Además, por ubicarse en un área que sufre las inundaciones y la contaminación de las industrias del polo industrial, mantener un humedal y un espacio silvestre de este tipo se convierte en una forma de defensa prioritaria y necesaria para mantener el equilibrio ambiental.