Es un reconocido personaje por sus posiciones conservadoras y de derecha. ¿Cuál es el pasado de uno de los principales voceros de Cambiemos en los medios?
Jueves 20 de julio de 2017
Eduardo Feinmann, nacido en una casa de “gente bien”, terminó sus estudios secundarios en el Instituto Belgrano para después cursar en la Universidad de Belgrano por un tiempo y, finalmente, terminar su carrera de abogacía en la Universidad de Buenos Aires. Allí fue uno de los fundadores de la Unión Para la Apertura Universitaria.
“Tuve la oportunidad de escribir las bases programáticas de la UPAU. Fue una época extraordinaria”, recordó melancólico en una entrevista. En 1983, el joven Feinmann se presentó para conducir el Centro de Estudiantes de la facultad pero no consiguió resultados positivos.
La UPAU era una agrupación universitaria estrechamente ligada a la infame Unión del Centro Democrático (UCEDE), fundada en 1982 por Álvaro Alsogaray y de cuyo riñón salieron personajes como Sergio Massa. En otras palabras, era el brazo estudiantil de este partido conservador.
El panelista enemigo de los trabajadores no ejerció como abogado más de tres años. En ese tiempo, se dedicó principalmente a casos de derecho comercial. “Atendía los temas de la empresa de mi papá”, declaró. Se entiende de dónde proviene su defensa al “privilegio de pertenecer”...
Eduardo logró conquistar un lugar en los grandes medios de comunicación como el “Tano Pasman” de la política, que plantea efusivamente las derechadas requeridas por los empresarios y funcionarios de turno. Es para ellos un periodista amigo capaz de actuar de manera “políticamente incorrecta” en función de machacar sobre los sentidos comunes de los televidentes y empujar cada vez más a derecha la opinión pública.
Es tal su rol que la propia Mirtha Legrand, una millonaria homofóbica, racista y antiobrera, le preguntó en su programa: “¿Sos nazi?”. Hasta la propia “diva de los almuerzos” sintió curiosidad por las posturas ideológicas de su invitado.
Feinman, por su parte, nunca se escandaliza cuando lo interrogan sobre sus inclinaciones fascistas. Al contrario, aprovecha para reafirmar sus posiciones. Por ejemplo en una entrevista que dio a Sintonía Fina donde alegó: “Creo que existe un ladri-progresismo, mucha gente hace guita siendo progresista. Si estar contra de la droga, delincuentes, asesinos, violadores, corte de rutas, aborto, si eso es ser facho o de derecha, estoy contento con lo que soy”.
Con una clara intención política de atacar al pueblo pobre y las mujeres, y reforzar posicionamientos punitivistas, Feinmann despotrica contra los cortes de calle y los abortos. Así, se opone a las manifestaciones de estudiantes y trabajadores, tanto como al derecho básico de no morir a causa de los abortos clandestinos.
Este siniestro personaje no pierde la oportunidad para favorecer los intereses de las empresas y el gobierno. Sin ir más lejos, aprovechó su lugar destacado como panelista de Animales Sueltos para tirarse en contra de “los troskos” diciendo que son los que “patotean y aprietan en las fábricas”, los que “no dejan trabajar a los que tienen ganas de hacerlo” y otros cientos de comentarios macartistas contra las organizaciones de izquierda.
Esto no es casual, en el marco de la heroica pelea que vienen dando los trabajadores de Pepsico rodeados de una enorme solidaridad popular como mostró la masiva movilización que llevaron adelante con diferentes partidos, organizaciones de derechos humanos, estudiantiles y sindicales. Las “leonas” y “leones” que echó esta multinacional muestran un camino para el conjunto de la clase sobre cómo enfrentar el ajuste de Cambiemos y sus agentes… y Feinmann lo sabe. Vale recordar que en 2014 se había enfrentado duramente a las trabajadoras y los trabajadores de Lear, que luchaban por “Familias en la calle, nunca más”.
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“A la facultad se va a estudiar, al colegio se va a estudiar, y uno puede hacer política fuera de los horarios de colegio. Es como en el trabajo, vos no vas a hacer política mientras trabajás”, mencionó alguna vez de manera cínica este verdadero operador mediático.
En reiteradas ocasiones quedó al ridículo en los debates prepotentes a los que él mismo buscó exponer a los adolescentes. Estos redoblaron su apuesta y contestaron a la ofensiva, derrotando sus pseudo-argumentos.
Si bien se declara abiertamente antikirchnerista, no dudó en reivindicar a empresarios K: “Hablando con Cristóbal López, mientras nos vamos conociendo, lo mismo que con Fabián De Souza, me parece que es un señor, me parece un empresario argentino que solamente apuesta todo su dinero en la República Argentina que lo invierte acá que lo reinvierte acá y esos son los empresarios que a mí me gustan”, llegó a afirmar.
En definitiva, Eduardo Feinmann se enfrenta a cualquiera que pongan en discusión las desigualdades, la pobreza, la desocupación, el ajuste o la “meritocracia” de ricos. Es decir, esa misma que sostiene el macrismo y a la que él pertenece.