Seguimos con la serie sobre los empresarios empobrecedores despiden a las y los obreros que producen las riquezas. Volkswagen echó a Javier y a Ramón y 400 más de su planta en Gral Pacheco. ¿Qué hay detrás del ataque? Sus historias de vida y la lucha por la reincorporación y toda la realidad de la clase trabajadora.
Martes 10 de septiembre 13:45
Los trabajadores y trabajadoras producen 400 Amaroks y Taos por día, con un valor cada unidad de precio al público de 35 y 41 millones de pesos respectivamente. La producción se mantiene e incluso aumenta súper explotando a los que quedan. Sus ganancias mundiales (descontando impuestos y costos) fueron de 19.560 millones de dólares en 2023. En el último trimestre, fue de 4000 millones de dólares. Como dicen Javier y Ramón, están lejos de tener una crisis. La lucha recién comienza.
Adolf Hitler inauguró en 1937 la primera fábrica de VolksWagen ("el auto del pueblo" traducido al español) y el "Escarabajo" sería su primer (y único por décadas) modelo en ventas, llegando a ser uno de los más vendidos de la historia. VW tiene 600 mil empleados en todo el mundo y en la Argentina, 5000, entre sus plantas de Pacheco y Córdoba. Es la primera automotriz de Europa y tiene la fábrica de autos más grande del mundo, en Wolfsburgo, Alemania, siendo el mayor fabricante de autos del planeta. Mientras tira a la pobreza a los trabajadores, se compra nuevas marcas, posee las plantas de SEAT, Scania, Bentley, Porsche, Ducati, Audi entre otras.
"Volkswagen no son ustedes, somos nosotros"
Con esa frase las y los trabajadores de VW en Alemania se hicieron escuchar fuerte en la reunión con directivos que les fueron a tratar de convencer de que aceptaran despidos porque "la industria automotriz se tiene que reconvertir". El ataque a los obreros es el mismo en Alemania como en Argentina: quieren que sus crisis la paguen los que producen millones de autos y dólares por año, sea aquí o allá, no importa las fronteras, ellos actúan como una clase internacional, algo que los trabajadores hay que imitar.
Volviendo a la Argentina, el despido significa caer en la pobreza, y si sigue en pie el plan de ajuste de Milei y el FMI, el peligro es ir camino a la indigencia. La colaboración de la conducción del SMATA y de la CGT junto a todo el peronismo con el gobierno libertariano es un ya un crimen de primer grado agravado por el vínculo, como supuestos representantes de los obreros automotrices y del país.
Los trabajadores despedidos
Ramón y Javier son dos obreros y ex delegados que producen junto a sus compañeros 400 autos por día en la planta de Pacheco, Tigre. La Amarok y la Taos.
¡Ramón Vera nos cuenta que ingreso a trabajar en el año 1996, hace 29! años. "La empresa no tiene nada de crisis. Vienen de décadas de ganancias. Tanto en los gobiernos anteriores y sobre todo en este nos fueron llevando a esta situación, sobre todo con la ley bases el objetivo de la patronal es sacar a la gente de más antigüedad porque con un sueldo nuestro de ahora pueden pagar a dos pibes nuevos, con la complicidad de los sindicatos traidores que están entregando todo y que van a dejar que los contraten por unos meses y echarlos. Nosotros somos como la última generación que logramos tener una antigüedad de 20/30 años. Con esta maldita ley bases que favorece todo a los empresarios y acompañados por los burócratas traidores los pibes nuevos no van a llegar nunca a aquella antigüedad."
"En la fábrica hoy somos 3000 trabajando, y hay unos 400 despidos, y me parece que más. Cuando nos despidieron los compañeros estaban tristes y con bronca, aunque es difícil la comunicación por cómo se maneja el SMATA, como si fueran policías, mirando que nadie hable con nosotros y el que lo hacía los apretaban y amenazaban con el despido, porque nosotros si defendemos los derechos que conquistamos. El SMATA, las patronales como sus políticos manejan muy bien el miedo. Es vergonzoso" resume indignado.
Javier nos cuenta que "VW es una multinacional cuyos dueños, una parte, es del estado alemán. Entre hace 19 años y vi cómo fue cambiando la dirección de la fábrica a medida que iban cambiando los gobiernos alemanes. Y de niveles políticos de los más altos.
Cuando entre, en Alemania gobernaba la social democracia, y pusieron de director acá en la Argentina a Víctor Klima, un socialdemócrata quien fue nada menos que primer ministro de Austria. Era todo discurso de que éramos una gran familia. ¡Pero más allá de los vaivenes de la política patronal, ahora están con un plan de despidos acá en argentina y allá en Alemania quieren cerrar una planta de más de 20 mil trabajadores! En definitiva, es el aumento de sus ganancias lo que guía su política, sea el gobierno que haya, aunque pueden cambiar ciertas formas de opresión".
Pero Ramón y Javier mientras eran delegados se pusieron al frente contra los avances patronales, los que les hicieron pagar con años de persecución dentro de la planta.
Javier nos cuenta que "a nosotros con el ’negro’ Vera nos quisieron aislar. Habíamos sido delegados y éramos opositores a la conducción burocrática del SMATA ", y Ramón compara " era una persecución a todo el que habla con nosotros, meter miedo como si estuviéramos en una dictadura, como pasaba en esa época. Hasta llegaron a poner nuestra foto que le dio recursos humanos al SMATA en toda la fábrica para marcarnos".
Pero como dicen los obreros alemanes "VW somos nosotros", y Ramón lo gráfica, " a nosotros nos perseguían porque decíamos la verdad. Esta empresa la hicimos nosotros, nos rompimos todo el cuerpo laburando con maquinaría vieja, casi obsoleta, de lunes a lunes sin descanso durante años, y nos decían que éramos la familia VolksWagen, hasta que empezaron a robotizar la planta y a aumentar los ritmos de producción y a decirnos vagos porque estábamos con tratamientos médicos. Empezaron a echar y seguían produciendo lo mismo o más con menos gente". Una muestra cabal de uso y abuso de la fuerza que crea riqueza y es descartada apenas deja de rendir lo que exige mantener las ganancias al tope.
¿Y la vida y la riqueza obrera?
Nos cuenta Javier, " vivía en zona sur, Temperley, y hacia un viaje muy largo, y me vine para zona Norte, no me quedo otra. Y alquilo desde hace 20 años. Hay compañeros que, si viajan y no tienen nada de vida, es viaje y trabajo toda la semana. Nunca pude comprarme un terreno ni casa. Y muchos tuvieron que agarrar los retiros (IN)voluntarios para pagar el crédito hipotecario si no se quedaban sin nada. Tengo un hijo con muchos tratamientos médicos que nació prematuro, que ahora es cuesta arriba seguir pagando. Cuándo le dije que me habían despedido, se puso a llorar. Luego le gustó que lo pueda ir a buscar al colegio, tengo más tiempo para el, pero con la angustia de la situación económica y a la vez te das cuenta que dejas la vida en la fábrica, es así."
Sigue, "los viejos obreros de los 70, nos contaban que ellos ganaban el 10% del valor de un auto a la venta, ahora nosotros ganamos el 5% de una Amarok, que sale al mercado con un valor de 38 palos. Con la venta al público de una sola camioneta me pagaban el sueldo durante 19 meses, y tengo que leer que tenemos que cobrar lo que producimos jaja. ¡Para eso tenemos que gobernar los trabajadores!". Bromas (?) aparte, Javier insiste.
"Con nosotros dudaron en echarnos porque sabían que los íbamos a denunciar con todo, que íbamos a luchar por nuestro puesto de trabajo. Hicimos muchos medios estas semanas, un acto en la puerta de la fábrica donde participaron unos 100 compañeros/así de organizaciones solidarias junto a compañeros despedidos que nos venimos organizando, y seguimos en contacto diarios con nuestros compañeros de trabajo.
Ramón nos cuenta que tiene 5 hijos grandes y dos nietos. Tres están en blanco y dos con trabajos precarios. Entre todos se ayudan como pueden. Su casa la construyó el mismo sobre un terreno tomado, por eso entendió y apoyo con toda la toma de Guernica.
El barrio donde ambos viven es de clase trabajadora, dónde se nota la pobreza, la falta de servicios, las viviendas donde se les va haciendo un poco cuando se consigue un mango más.
¿Y ahora? Hay una salida: reducción de la jornada laboral para repartir las horas de trabajo
Hay bronca sí, pero no impotencia. Tienen un objetivo:
Javier dice que "SMATA está más preocupado por las necesidades de la empresa que por los trabajadores. Nosotros vamos por nuestro puesto de trabajo.
A nosotros nos mandan al tacho y ellos son cada vez más monopolios. Y tienen más ganancias aumentando los ritmos de explotación".
Ramón agrega que "Venimos perdiendo conquistas. Ellos exportan a todo el mundo. Y tranquilamente se pueden agregar turnos si quieren. Cómo la propuesta del PTS-Frente de Izquierda de reducir la jornada laboral a 6 horas, 5 días de trabajo, para repartir las horas de trabajo en las principales grandes empresas podrían crear 1 millón de puestos de trabajo. Y no, encima Sturzenegger dice que se van a flexibilizar los despidos".
Javier remata "muchas organizaciones están en manos de traidores que se preocupan por los empresarios. Hay que organizarnos para recuperar las organizaciones sindicales. Internas y sindicatos.
Nuestros antepasados entregaron sangre para tener una organización y derechos.
Nuestra campaña es para que frene todo lo que está pasando en VW, que gana millones, y nos descartan.
Hay bronca acumulada. A nosotros nos echaron cuando nos decían nuestros compañeros que teníamos que presentarnos como candidatos a delegados porque podríamos ganar nuevamente. Estamos peleando por nuestros derechos y frenar y tirar abajo el plan económico de Milei. Nos vamos a movilizar por los jubilados y en solidaridad con todos los sectores en lucha.
En el acto en la puerta como pudieron nos demostraron simpatía y nos saludaban sin que nos vean los de RRHH y la burocracia, se comentó en los vestuarios y comedores de la fábrica que estaba bien hacer algo, si no nadie se entera de nada." La pelea recién empieza.
Camilo Mones
Trabajador de la alimentación, despedido de Kraft y PepsiCo. Referente de la lista Bordó, oposición en el gremio de la alimentación. Dirigente del Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC | PTS + independientes)