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Red Internacional
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Crisis política. El Gobierno de Maduro lanza ofensiva represiva directa en sectores populares que denuncian fraude

Luego de la oleada de protestas del pasado lunes 29 de julio, en respuesta al fraude de los resultados electorales, el Gobierno pasó al ataque con su aparato represivo, principalmente en las zonas populares de la Gran Caracas y el resto del país, bajo la orden de “movilización permanente del pueblo, los militares y la policía”. Una situación que la oposición proimperialista con María Corina Machado a la cabeza busca capitalizar.

Jueves 1ro de agosto 11:09

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Las protestas, con un gran componente espontáneo y popular durante el lunes 29 de julio, que tuvieron su inicio en las horas de la mañana, parecieron tomar por sorpresa al gobierno de Maduro, luego del que el CNE diera unos resultados poco creíbles, después de una serie de irregularidades que invitan a pensar en un descarado fraude, donde lo daban como ganador de los comicios electorales por un 51,2% sobre su competidor más cercano, el candidato de la derecha Edmundo González, con un 44,2%.

El silencio reinaba la mañana del 29 de Julio en todo el país, no había ni celebraciones ni muestras de desaprobación, sin embargo, a media mañana el silencio daba paso a las cacerolas y pocas horas después a la concentración y movilización de miles de personas en distintas zonas del país, con gran predominancia de los sectores populares, principales víctimas de las políticas hambreadoras del gobierno de Maduro.

Las protestas parecieron tomar por sorpresa al gobierno nacional que, aunque reprimió en varias zonas, en otras las fuerzas represivas fueron sobrepasadas por la masividad y quedó sin efecto el dispositivo represivo. Mientras el CNE acreditaba ganador a Nicolas Maduro de forma express, en el resto del país se realizaban grandes protestas por el fraude.

Es probable que las protestas del lunes en las zonas populares de Caracas tomaran por sorpresa a la ultraderechista María Corina Machado y su partner Edmundo González, que durante la noche del domingo habían declarado que no llamaban a la calle, y recién a la horas de la tarde-noche del lunes convocaron a una concentración frente a la sede de Naciones Unidas en Caracas, tratando de canalizar el legítimo enojo de los votantes y, como ya hemos denunciado, usando el descontento popular como base de maniobra para lograr negociaciones por arriba, de allí su interés de mantener el “orden” y evitar el desarrollo de la espontaneidad y protagonismo popular como en las protestas ocurridas este lunes.

Conforme avanzaban las horas del candente lunes post electoral, las fuerzas represivas del Estado se iban recomponiendo y se empezaron a ver mayores contingentes de efectivos militares y policiales hacia el centro de Caracas, además de las bandas parapoliciales habituales del gobierno, los mal llamados “colectivos”, que se pudieron ver disparando armas de fuego en medio de las protestas.

El contra ataque represivo y reaccionario del Gobierno

La represión paso al frente entre la madrugada de lunes a martes y a la noche del martes, cuando bajo un despliegue enorme de efectivos policiales y militares se empezaron a realizar detenciones en varias zonas del país, en muchos casos “casa por casa”, donde efectivos policiales entraron a la fuerza para llevarse a algunos de los manifestantes de la jornada de protestas.

El martes 30 frente al balcón del pueblo, el presidente Maduro declaraba, “máxima unión y movilización permanente del pueblo, los militares y la policía”, a la vez que anunciaba la extensión para la aplicación VenApp, usada regularmente para reportar problemas sobre servicios básicos, que podía usarse para denunciar a las personas que participaban en las protestas. Un gravísimo y ultrarreaccionario mecanismo de “sapeo” (delación) masiva hacia cualquier persona.

Horas después comenzaba un gran operativo con énfasis en las zonas populares de Caracas, donde se desplegó todo el poder represivo del gobierno nacional.

Petare: uno de los epicentros de las protestas en Caracas

La parroquia de Petare, uno de los sectores populares más grande de Latinoamérica, con más de 700 mil habitantes, fue uno de los epicentros en las protestas del lunes 29 de julio. La mañana siguiente de conocer los fraudulentos resultados del CNE, miles de habitantes bajaron de sus casas y se concentraron en La Redoma, el centro de la parroquia, para luego avanzar por la avenida Francisco de Miranda en dirección al centro de la ciudad. El hastío de las políticas antipopulares llevó a miles a salir a las calles.

Esto representó un desafío sobremanera al gobierno, que respondió luego con una oleada represiva mayor, una “revancha” para castigar la osadía en los sectores populares. Varios usuarios reportaron por las redes sociales la presencia de tanquetas, militares, policías y bandas parapoliciales entrando a los barrios en busca de operar el “casa por casa”, para llevarse detenidos a manifestantes y aplacar las protestas de una vez por todas.

En algunas zonas populares se reportaron enfrentamientos a disparos entre efectivos policiales, los parapolicías y el hampa común, que respondió a la incursión. Y hay que recordar que esta zona específicamente viene siendo campo de batalla del gobierno nacional, con infinidad de denuncias sobre ejecuciones extrajudiciales y abusos de las fuerzas represivas. Ya el año pasado vecinos de la zona de José Félix Ribas denunciaron estos hechos.

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Exigimos el cese de la represión policial, basta de los organismos parapoliciales que buscan generar miedo en la población, libertad para los presos por manifestarse. Exigimos como el resto de la población que se muestren las actas y se lleve a cabo un proceso transparente de conteo de los resultados electorales.