En un contexto de crisis económica y marcada recesión, inflación y aumento del desempleo, Cambiemos responde con una receta clásica de quienes defienden los intereses patronales: una ley de flexibilización laboral.
Jueves 1ro de septiembre de 2016
Cuando la semana pasada llegó al despacho de los funcionarios del Gobierno de Cambiemos que el índice de desempleo trepó hasta el 9,3% y era oficial del INDEC, todos los ojos miraron hacia el calendario. La preocupación de los “cambistas” se transformó entonces en que ese 9,3% baje cuanto antes de cara a las elecciones legislativas del 2017 que los partidos patronales ya están preparando y midiendo.
“¿Cómo se baja un índice de desempleo en pocos meses para aparentar que no hay más pobres y más gente que busca trabajo y no encuentra? Por estas horas los funcionarios del Gobierno y sus asesores se pasan como un fierro caliente esta pregunta. ¿La respuesta? La puesta en marcha de la elaboración por parte de Macri y su “equipo” de un proyecto de ley de Reforma Laboral.
Todavía no hay detalles específicos que permitan conocer hasta dónde querrá avanzar el macrismo junto a los empresarios para imponer la profundización de flexibilización en la contratación. Lo que está claro es que el límite se lo pondrán los trabajadores y trabajadoras organizados en asamblea y en las calles. Un aspecto importante será el referido a la juventud, sobre todo a quienes tengan entre 18 a 24 años y que nunca hayan tenido un trabajo en blanco. Abriendo la puerta a contratos basura, temporales y rotativos.
“El Gobierno de Macri quiere reeditar la ley de flexibilización laboral que ya esbozó con la ley de “primer empleo”, prima de la ley Banelco de De la Rúa”.
De los tres secretarios generales de la actual CGT, Carlos Acuña y Héctor Daer son parte del ala sindical del Frente Renovador de Sergio Massa, el otro, Carlos Schmid, es del sector de Moyano. Héctor Daer es además diputado nacional por el massismo, por lo que su responsabilidad ante la situación que se avecina crecerá a la par que el debate. ¿Lograremos ver a la CGT llamando a paro nacional con preparación en asamblea de base como parte de un plan de lucha?.
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En los pasillos del Congreso Nacional se sabe que Sergio Massa se reúne con Emilio Monzó (PRO), presidente de la Cámara de Diputados, cada dos semanas para analizar la situación política. Así, como el Frente Renovador brindó muchos funcionarios a Cambiemos como en la Provincia de Buenos Aires, el macrismo entiende que con Massa siempre existe la posibilidad de llegar a un arreglo para que una mano lave la otra, y que ese arreglo puede tener implicancias en lo que determine (no) hacer la CGT.
En estos 8 meses de Gobierno se expresó en las calles los ánimos para enfrentar las medidas contra el pueblo trabajador, lo cual dejó en evidencia la enorme tregua que los grandes sindicatos y federaciones le dan al gobierno sin preparar un plan de lucha con paro nacional.
La izquierda con los trabajadores
Pero no todo es tras bambalinas, ni acuerdos contra los trabajadores en el Congreso. La diputada nacional del Frente de Izquierda, Myriam Bregman, en ocasión de la sesión de informe en el Congreso preguntó al Jefe de Gabinete Marcos Peña, “¿Por qué desde el Estado se propicia y ejecuta una situación ilegal como es el pago salarial por debajo del salario mínimo que estipula la ley?”, en referencia al acuerdo del Gobierno con la compañía Arcos Dorados (McDonald’s) que en el marco del proyecto de ley de “primer empleo” se establece la contratación de 5000 jóvenes en “situación de vulnerabilidad” de 18 a 23 años, con una remuneración salarial de $4500 por seis horas diarias de trabajo.
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Este “ensayo” da una idea del carácter que tendrá un proyecto de reforma laboral hecho por empresarios con título de funcionarios público.
La respuesta por parte de la Jefatura de Gabinete no dejo dudas de qué lado de la mecha se encuentran. Dijeron “No estamos de acuerdo con el planteo respecto al cual se considera a las acciones del entrenamiento para el trabajo como una forma de precarización laboral, sino todo lo contrario”.
Quieren mostrar como una “acción de entrenamiento” la precarización laboral. Sigue diciendo, “Se trata de un paso intermedio hacia el empleo en tanto la persona está aprendiendo a trabajar y capacitándose”. Lo cual solo significa el cinismo más descarado que por estas horas uno pueda encontrar.
“Para la nueva conducción tripartita de la CGT será una prueba de fuego ante la opinión popular y los trabajadores”.
“Pensamos fortalecer y profundizar esta línea de trabajo con micro, pequeñas y medianas empresas”, es decir que quieren seguir avanzando sobre la juventud trabajadora para darle beneficios a los empresarios. Todas estas “acciones de entrenamiento para el trabajo” será para la gran satisfacción de tener esta experiencia “asentado en su historia laboral, alcanzando así una mejora en las condiciones de empleabilidad”.
Y termina con lo que es una mentira gigante: “El Estado no propicia ni ejecuta acciones ilegales como manifiesta la presente pregunta”. La respuesta que vale en este caso es la de las decenas de miles de trabajadores estatales despedidos sobre la base de su contrato precario.
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Nada está asegurado para el macrismo. El Congreso viene siendo un campo de experimentación para esta coalición de Gobierno que poco tiene de coalición. El paso del tiempo comienza a evidenciar que a medida que se acercan las elecciones, Cambiemos tendrá más problemas en “alinear” a la oposición peronista (Frente Renovador, Justicialistas con Bossio a la cabeza) como lo venía haciendo. De esta forma el margen se torna cada vez más chico para el Gobierno y la gobernabilidad un bien cada vez más preciado en tiempos en los cuales la crisis no encuentra dique de contención.