Corrupción. El “Rey de la limpieza” es expuesto en el IPN por contratos millonarios

Una licitación del área de limpieza despertó polémica en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) al ser un contrato por 186 millones de pesos licitado a las empresas de José Juan Reyes Domínguez, el "Rey de la limpieza"; ya que existían acusaciones de favoritismo contra funcionarios de la institución educativa que, según información presentada ante la Secretaría de la Función Pública (SFP), favorecieron a Reyes Domínguez.

Se menciona que existe una red de empresas entre las que están Armot Seguridad Privada y Servicios Institucionales, Control de Accesos, Limpiacero, Limpieza Jored, Maxi Servicios de México, Racso Proyectos Industriales, Segumor, Servicio de Nanolimpieza, Servicios Inmobiliarios Iroa, así como Servicios Integrales Retimar. Todas, supuestamente, propiedad del "Rey de la limpieza" y, aunque se presentan como competidoras, todas pertenecerían al mismo dueño; o sea, si no gana con unas ganará con otras de sus firmas, pero el Rey siempre gana.

Otro elemento que genera malestar es, que estas empresas tampoco ofrecen los mejores precios del mercado para favorecer al Estado; incluso, se supo que había otras empresas, que ofrecían un servicio más económico y, a pesar de eso, la prioridad la tuvieron las firmas del Rey, que acordaron los precios antes de la licitación para obtener ventaja sobre el resto de licitantes, según las denuncias.

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Pero, ésta no es la primera vez que ocurre dicha situación en alguna institución estatal, sino que este esquema ya se había presentado en el Aeropuerto Internacional de la CDMX, el Metrobús capitalino y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), en donde también se ha beneficiado a Reyes Domínguez.

Hay que tener en cuenta que, si bien ésta es una práctica a la que nos acostumbraron todos los gobiernos de sexenios anteriores —llamados neoliberales por el gobierno actual— lo que hoy está en cuestión ha ocurrido desde 2021; es decir, en el sexenio de la 4T, en donde se han dado contratos jugosos por la limpieza del IPN y del ISSSTE, que conociendo el tamaño de sus instalaciones y múltiples edificios, puede deducirse que los montos de las licitaciones son de cifras millonarias, mientras el Estado garantiza que el Rey no tenga otros competidores.

Mientras tanto, continúa la precarización

Cabe mencionar las pésimas condiciones laborales de los trabajadores de limpieza, ya que su situación de precariedad es muy alta, pues los dueños de las empresas de limpieza pagan lo menos posible a estos trabajadores para maximizar sus ganancias, quienes, además de sueldos miserables, no tienen prestaciones ni seguridad social en la mayoría de los casos. Son ellos quienes van a llevarse pesadas cargas laborales y lidiar con los riesgos, mientras que Reyes Domínguez se embolsa millones de pesos.

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Y todo esto ocurre en alianza con el director general del IPN, Arturo Reyes Sandoval, que da beneficios jugosos a personajes como el "Rey de la limpieza", mientras las y los trabajadores de la institución, de mantenimiento, aseo, comedores y docentes temporales, siguen teniendo pésimas condiciones de trabajo, a la par que las autoridades de acuerdo con la burocracia sindical de la sección 60 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) mantienen y profundizan la precarización laboral e impiden que accedan a las mismas prerrogativas, que tienen los investigadores de tiempo completo; lo que profundiza las desigualdades y permite que haya trabajadores y profesores de primera y de segunda.

En el caso de los docentes, esta situación no sólo se presenta en el IPN, pues los profesores de asignatura, los externos, los eventuales, los interinos, los adjuntos, los prestadores de servicios profesionales docentes y por honorarios —todos ellos sin estabilidad laboral y con salarios de miseria— se estima que son unos 161 mil, según datos del 2019. Lo más aberrante es, que si asumimos que el total de maestros universitarios son 230 mil en todo el país, los precarizados son el 70 %.

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Una salida necesaria

Ante esta realidad es necesario cuestionar la sola existencia de las licitaciones, que permiten este tipo de negociados y corrupción permanente y que sea el Estado el que garantice todos los servicios requeridos para el desarrollo pleno de sus múltiples servicios, siendo sus propios trabajadores quienes los administren y organicen. Podrían generarse miles de puestos de trabajo genuino, acabando con la explotación y la corrupción.

Incluso, es muy probable que se gaste mucho menos, pues bien sabemos que los empresarios sobrevalúan el costo de sus servicios y aprovechan sus relaciones con funcionarios corruptos para garantizar sus jugosas ganancias, provenientes del erario público.

Para que esto cambie, es necesaria la unidad entre sindicalizados y precarios y la organización de las bases, se necesita que las y los trabajadores tengamos voz, representación y una injerencia real en los procesos de trabajo. Una organización democrática, que tome medidas para conquistar la basificación de todas y todos los trabajadores y termine con estas figuras legales de contratación precarizada, que incluya a las y los trabajadores de limpieza terciarizados (contratados por outsourcing).