La pandemia ha traído consigo, una dura crisis económica a nivel mundial. En ese marco, los grandes empresarios quieren que los trabajadores seamos quienes paguen la crisis. Es urgente abrir un debate sobre qué rol pueden jugar los sindicatos como el STUNAM.
Jueves 14 de mayo de 2020
El mundo del trabajo en México ha sido modificado al antojo e interés de los grandes empresarios, muestra de eso, es el desmantelamiento de derechos elementales como la sindicalización: en este país hay 30 millones de trabajadores que no cuentan con una representación sindical y cerca de 5 millones de trabajadores subcontratados o por outsourcing.
Los trabajadores sindicalizados, como en el STUNAM, solo agrupan al 8% de los trabajadores de todo el país, esto implica que más del 90% no cuenta con derechos laborales o se encuentra laborando bajo condiciones de extrema exploración con el outsourcing. En este contexto, los trabajadores del stunam pueden jugar un rol progresivo y plantear una salida a favor de los trabajadores en medio de una crisis económica de proporciones históricas.
El Consejo Coordinador Empresarial y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), tienen una política clara: que la crisis la paguen las familias trabajadoras, mediante despidos, recortes salariales, un endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional y un paquete fiscal para evitar que sus enormes ganancias se vean afectadas.
Esta política es respaldada por la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), que han avalado los despidos masivos que ya suman 700 mil en todo el país.
Por su parte el gobierno federal difundió hace un mes el nombre de las empresas que habían despedido y las que no acataban el cierre de sus centros de trabajo, pese a no ser esencial. Pero pese a los roces con los empresarios, no hubo una política clara para detener el abuso patronal, mostrando que son insuficientes las medidas que se han tomado.
El 1 de mayo clarificó que si bien la Unión Nacional de Trabajadores, central sindical a la que pertenece el STUNAM, llama a proteger el trabajo y a contramano de la Coparmex, impulsa un pacto nacional con el gobierno federal al frente, no denunció los despidos masivos y las nulas condiciones de salubridad en las que siguen laborando millones de trabajadores de sectores no esenciales. Es decir, tampoco están dispuestos a romper la tregua con el gobierno.
La vuelta a la normalidad
Hoy tras las presiones que ejerce el imperialismo estadounidense y la Coparmex para volver esencial la industria automotriz, el gobierno federal ha aceptado y dio luz verde al regreso al trabajo de casi tres millones de trabajadores a las fábricas, solo porque en medio de la crisis en Estados Unidos, los grandes empresarios presionaron para que las cadenas de autopartes instaladas en nuestro país, volvieran al trabajo.
El STUNAM como parte de la UNT debe analizar profundamente que los empresarios no están dispuestos a negociar nada, ellos van a hacer todo lo necesario para preservar sus enormes fortunas aún a costa de nuestras vidas, como lo hizo Ricardo Salinas Pliego con nuestro compañero Rodolfo Huvy, quien se contagió y falleció porque Grupo Salinas lo obligó a trabajar.
Es urgente que la UNT se pronuncie contra la vuelta a la normalidad en medio de la pandemia, cuyo principal objetivo es cuidar del bolsillo de las grandes empresas trasnacionales. Debemos exigir el decreto o la legislación de prohibición de los despidos y licencias con goce de sueldo al 100% para todos los sectores no esenciales.
Para combatir la pandemia y evitar más muertes y contagios, es fundamental tocar el bolsillo de los más ricos del país, por eso también se debe exigir impuestos progresivos a las grandes fortunas, para que este dinero fortalezca al sector salud, acompañado de medidas como la centralización del sistema de salud público y privado bajo control de sus trabajadores.
Si la industria automotriz quiere una vuelta al trabajo, debería ser sobre la base de la reconversión de su producción para satisfacer la necesidad de ventiladores, esta situación tendría que estar bajo control de sus trabajadores para evitar el lucro con la pandemia.
En medio de la pandemia y pese a que la universidad se encuentra cerrada, si el STUNAM no toma un posicionamiento a favor de los trabajadores del país, estaremos en peores condiciones cuando volvamos al trabajo. Las propias autoridades universitarias aprovechan la pandemia y la crisis económica para profundizar -aún más- las condiciones laborales de los académicos en todo el país mediante las clases en línea.
Las centrales sindicales que se reclaman democráticas deben estar puestas a servicio no solo de los agremiados sino del conjunto de la clase trabajadora del país., es momento de unidad y solidaridad entre los trabajadores y la UNT debe estar al servicio de esa perspectiva.