Les jóvenes deben dedicar el 107,63% de su salario al alquiler si quieren vivir soles. Y los caseros no aceptan salario emocional. Pero, ¿qué hay detrás de esto?
Jueves 29 de febrero
Si antes de la crisis de 2008 los jóvenes emancipados eran un 26,1%, en la actualidad tan sólo el 16,3% de la población joven está emancipada. La media de edad para emanciparse está en los 30 años, y lo que el gobierno progresista vende como ayudas a la vivienda son ayudas a los propietarios que no han dejado de subir los precios de los pisos y que se concentra cada vez más en fondos buitre y grandes tenedores.
Vivienda y juventud: solo el 16% de los jóvenes consiguen independizarse
Y ni casa, ni trabajo. Si bien ahora disfrutamos de menor cantidad de contratos temporales, que se han reducido en un 20,5%, el crecimiento de los contratos indefinidos en un 23,9% se centra en los fijos discontinuos, pero que de eso tienen solo el nombre, ya que siguen siendo trabajos estacionales, con bajos salarios y despido barato.
Y es que a pesar de los aumentos del SMI decretados por el gobierno, la subida del 5% del salario medio se sitúa por debajo del aumento del coste de la vida, con los alimentos ascendiendo en un 7,3% y los alquileres en un 10,1% en 2023 respecto a 2022. ¿Escudo social donde? ¿cual? Para los grandes propietarios hay escudo social, y es la policía desahuciando, como ocurrió esta semana en el barrio del Raval, en Barcelona.
Casi el 38% de les jóvenes que vivieron en alquiler el año pasado, tuvieron que compartir vivienda con gente que no era su pareja o familiar. Mientras, hay 3,5 millones de viviendas vacías al tiempo que aún compartiendo piso, el alquiler de media sigue costando más de un tercio del sueldo.
La juventud trabajadora es uno de los sectores sobre los cuales recae en mayor medida la precariedad y el retroceso en las condiciones de vida. Es evidente que el problema no es una juventud que no se esfuerza por su independencia sino que especuladores y grandes poseedores nos atan a vivir y morir acinados en habitaciones e infravivienda a precios desorbitados para que las ciudades queden desalojadas de pobres.
Ante una derecha que criminaliza a la juventud diciendo que es nuestra culpa porque no queremos trabajar, tampoco nos fiamos de un “gobierno progresista” que rescata a los propietarios y nos manda a la policía a desahuciar y reprimir cuando lo que hace falta es la expropiación de los grandes propietarios para poder acceder a vivienda sin que se nos vaya la vida tratando de ganarla.
Macrodesahucio de los Mossos d’Escuadra en defensa del fondo buitre Cerberus
Sabemos que otro mundo es posible, y estamos dispuestas a luchar por ello, con independencia de clase y desde abajo, la juventud junto a la clase trabajadora, las mujeres, las migrantes, el colectivo LGTBI y el resto de sectores oprimidos.
